Cartas
Día de la Gente de Mar
Día de la Gente de Mar, ocasión en que cada 25 de junio -desde su establecimiento en Manila, Filipinas, el año 2010- se hace un reconocimiento a la tarea que desarrollan los marinos mercantes en todo el mundo.
En Chile son muchos hombres y mujeres los que han volcado su mirada hacia el mar y en la actualidad desempeñan diversos trabajos en naves mercantes de tráfico internacional como nacional, donde que surcan las aguas del mundo y del litoral chileno, desde Arica a Puerto Williams. Es de mencionar de manera particular, el desarrollo observado en la actividad naviera y marítima inherente al "mar interior" de la Zona de Canales, ubicándose esta entre el Canal Chacao y el Cabo de Hornos.
Así, en el presente, la industria naviera con sus naves tripuladas por chilenos lleva a cabo su prestación, realizando cabotaje a lo largo de los archipiélagos de Chiloé, Chonos, canales patagónicos, Estrecho de Magallanes y Archipiélago de Tierra del Fuego. Allí confluyen las actividades de comercio marítimo, turística y de conectividad, tanto para la población como para vehículos rodados, y es en todo ese ámbito donde los marinos mercantes son actores preponderantes.
Jaime Barrientos Proboste
Proyectos de ley
En política, la mala fe se ha hecho regla. Desde la oposición hasta parte del oficialismo atacaron al Gobierno por el anuncio de admisibilidades. Sin reflexionar o pensar en su propuesta, lo acusaron de invadir las atribuciones del Legislativo.
Mientras Chile urge por debate de ideas y racionalidad, en el Congreso impera la desconfianza. Como si el mandamás fuese un leproso, todo aquello que proponga implica un absurdo. Bueno es recordarles a los legisladores que la política existe no para sus conflictos ególatras y superfluos, de los cuales buscan un aplauso fácil para lograr adeptos, sino que para solucionar, de una forma u otra, complejidades de la población.
Francis Fukuyama deja una lección para los congresistas: "En interés común, los ciudadanos deben aceptar resultados que no les gustan o que no prefieren; una cultura de tolerancia y empatía mutua debe ser capaz de anular las pasiones partidistas".
Nicolás Martins Fundación para el Progreso
Oposición
Tenemos un sector de la clase política que intenta cambiar la Constitución, pero no sabe respetar la actual, votando proyectos inconstitucionales. Este mismo sector habla de cambios de estrategia en la pandemia, critica la gestión del Ejecutivo como si fuese una suerte de ente inquisidor omnisciente y omnipotente, pide acuerdos y luego se resta, busca empecinadamente que le entre agua al buque, aun más de toda la que ya le ha entrado en estos últimos meses.
¿Qué hicimos mal como para merecer que nos llegue este azote de Dios?
Pedro Pablo Toledo B.
Política exterior
La política exterior no ha sido un tema que las constituciones chilenas hayan consignado, más allá de indicar los mecanismos para aprobar tratados internacionales y las facultades del Presidente de la República y del Congreso Nacional en dicha materia. ¿Por qué habría de ser diferente ahora?
Incluir las acciones externas en el marco constitucional asegura un mínimo de coherencia y hace predecible los acuerdos y la resolución de diferendos, disminuyendo incertidumbres y riesgos en medio de la situación de interdependencia en que vivimos, consignando la voluntad de participar en forma soberana, responsable y protagónica en la comunidad internacional.
Nuestra proyección global es relevante, puesto que un desarrollo vigoroso, territorial y socialmente equitativo depende de la presencia del país en el mundo. La supervivencia del planeta se encuentra amenazada por el cambio climático, la provisión de bienes públicos nos involucra a todos y la promoción de los derechos humanos se ha convertido en una obligación que traspasa fronteras, condiciones que, entre otras, hacen imprescindible señalar en nuestro orden jurídico la pertenencia al sistema internacional, facilitando afrontar problemas que han superado con creces el contexto del Estado-Nación. Por ello, Chile debe establecer de manera explícita los valores, principios e intereses que animan una política exterior construida por el conjunto de la ciudadanía.
Cristián Fuentes Académico Escuela de Gobierno y Comunicaciones, U. Central de Chile
Trabajo infantil en pandemia
A nivel mundial, diversas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han alertado sobre el aumento del trabajo infantil en tiempos en que atravesamos la pandemia del covid-19. Lo anterior, en respuesta al aumento de las condiciones de vulnerabilidad que enfrentan las familias producto de la crisis sanitaria y sus efectos en diversos ámbitos de la vida cotidiana, particularmente el empleo y la obtención de ingresos.
Es que la crisis sanitaria ha dejado en evidencia las profundas desigualdades que viven muchos. Según World Visión, en América Latina más de 10 millones de niños trabajan prevaleciendo las condiciones de trabajos peligrosos por su naturaleza. En Chile, según cifras de Unicef (2020) un 22,9% de los niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza multidimensional, cifra que se incrementa a un 37,4% para aquellos que residen en zonas rurales. Frente a estas cifras, el deterioro social y económico que traerá la crisis sanitaria no ofrece las mejores condiciones para salvaguardar y/o detener el avance del trabajo infantil en el país y la región. Es más, aumenta el número de niños y niñas que se encuentra en riesgo de realizar trabajos inadecuados o peligrosos.
Por ello, es fundamental brindar apoyos específicos a las familias más vulnerables y las que entran -a propósito de la crisis- en una situación de vulnerabilidad social y económica que se proyecten pospandemia. La evidencia muestra que nos enfrentamos a problemáticas sociales urgentes que afectan y afectarán mayoritariamente a niños y niñas, por cuanto son ellos los más afectados por la pobreza y sus efectos.
Si queremos alcanzar el compromiso de erradicar el trabajo infantil al año 2025, como nos proponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se deberán redoblar los esfuerzos públicos por dar prioridad a las necesidades de los niños y niñas más vulnerables durante la crisis y su recuperación.
Trabajo infantil Beatriz Aguirre Directora Nacional Trabajo Social Universidad Santo Tomás