Navegando en la tormenta perfecta
Pandemia, desempleo y caída de la actividad económica muestran una realidad que afecta a las personas y a sus medios de subsistencia. En Valparaíso mantienen su ocupación 731.460 personas, pero otras 140.000 han perdido sus puestos en los tres primeros meses del año, cuando los empleados llegaban 871.390.
Las malas noticias económicas se suman. Por un lado, el INE da cuenta de un desempleo del 11,2% y, por otro, el Banco Central informa de una caída del Imacec (Indicador Mensual de Actividad Económica) del 15,3%, cifra de mayo pasado que se compara con igual mes del año anterior. El ministro de Hacienda Ignacio Briones calificó la caída como "monumental" y anunció números peores para junio. Las dos cifras, fatalmente, se complementan, empleo y actividad económica.
En cuanto al empleo, la ocupación cayó a un 47,6% de la población en condiciones de trabajar, la peor cifra desde 2002. Para decirlo fácil, más de la mitad de las personas del país que podrían trabajar no lo están haciendo.
En el caso de la Región de Valparaíso, el índice de desempleo en el trimestre marzo, abril, mayo, alcanza al 12,4% de la fuerza de trabajo, levemente inferior a la anotada en 2009, crisis subprime.
Lo que no se puede olvidar es que tras estos porcentajes hay seres humanos que han perdido sus fuentes de ingreso y familias que a la amenaza de la pandemia y a la presión del confinamiento suman la incertidumbre de la subsistencia.
En Valparaíso mantienen su ocupación 731.460 personas, pero otras 140.000 han perdido sus puestos desde los tres primeros meses del año cuando los empleados llegaban 871.390, cifra además ya castigada por la violencia desatada en octubre. En cuanto a sectores, el más afectado es alojamiento y servicios de comida, con un descenso del 43,3%. Principalmente se trata del turismo, largamente azotado. También aparecen afectados construcción, -22,3%, y comercio, -11,4%.
Añadiendo realismo a estos números, el presidente de la Asociación de Empresas de la V Región, Ricardo Guerra, advirtió que en la zona hay más de 40 mil personas acogidas a la Ley de Protección de Empleo, quienes no figuran como desempleados en el recuento del INE.
Esa es la situación, que podrá ir empeorando, pero que debe ser asumida agilizando los planes oficiales de emergencia, para personas y empresas, a los cuales se deben agregar ayudas directas, como las cajas de alimentos, pues el hambre para muchos es algo más que un fantasma.
La pandemia y el confinamiento ofrecen algunas posibilidades de trabajo en lo relativo al abastecimiento y a la seguridad sanitaria, oportunidades que se deben incentivar. Además, hay que focalizar esfuerzos en la mantener las actividades económicas que están operando, como es el caso concreto de los puertos y la cadena logística asociada.
Pero la realidad es que navegamos en medio de una tormenta perfecta, con una pandemia de incierto control y números que muestran un derrumbe monumental de la economía. La única receta es trabajar unidos, remar en la misma dirección, evitar los errores no forzados y guardar para mejores tiempos la calculadora electoral.