"Cuando en octubre el Ejército sale a las calles, no lo hace ni a favor ni en contra de las demandas sociales"
Los 77 soldados que fallecieron en la sierra peruana, en una localidad llamada La Concepción, el 9 y 10 de julio de 1882, eran de la Cuarta Compañía del Regimiento Chacabuco. Por ello, el comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Martínez Menanteau, hizo un tiempo en su agenda en Santiago para viajar a Concepción, ubicación actual de esa unidad. La fecha se aprovecha para realizar la tradicional ceremonia de juramento a la bandera, ceremonia que este año se suspendió por la pandemia.
Martínez, quien asumió su cargo en marzo de 2018, habló con este medio sobre el trabajo que están realizando a propósito del estado de excepción, de la relación del Ejército con la comunidad y la posibilidad de realizar patrullajes en la provincia de Arauco, Biobío.
-En la región del Biobío apoyan el control por el toque de queda y estado de excepción. ¿Están realizando otras actividades?
-En el caso del Regimiento Chacabuco, que es muy emblemático para el Ejército, desde hace algunas semanas ya está prestando cooperación fuera de la ciudad. Está en Santiago, en Coquimbo y en Temuco. Y Concepción quedó bajo la responsabilidad de los medios de la Armada de Chile. A Santiago viajaron 180, a Coquimbo 20 y 40 a La Araucanía, aproximadamente.
-¿Por qué los envían a esas regiones?
-Porque son regiones que tienen menos medios militares y esa es una evaluación que se hace en el estado mayor conjunto, en coordinación con las instituciones y se analizan las fuerzas que están en cada ciudad y de qué manera son suficientes para esa ciudad, o eventualmente pueden cooperar en esta pandemia en otras ciudades.
-Si ocurriera algo particular en la zona me imagino que podrían volver. Hace algunos días hubo una alerta por el volcán Copahue...
-Eso siempre está presente. Vivimos en una situación de alerta constante por las catástrofes, terremotos, erupciones y, en este caso por la pandemia, que excede al propio Estado de Chile.
-¿Pero iría gente?
-Cuando el jefe de la Defensa tiene medios, él es responsable de distribuirlos y si le aparece otra tarea, tiene que resolver en función de eso. Si no le alcanzan, hay que ver cómo redistribuir y todo comandante sabe que lo primero que tiene que hacer es ver si las tareas puede cumplirlas con los medios que tiene asignado.
Relación con comunidad
Regularmente, el personal del Ejército apoya en labores que no tienen directa relación con la defensa nacional. Ayudan a llevar alimentos para los habitantes de las zonas cordilleranas y sus animales, en el arreglo de caminos o realizan operativos, coordinados con los municipios, para atender a la población de los sectores más apartados. Todo eso se hace cuando no hay estado de excepción ni toque de queda.
-¿Cuál es el impacto que tiene para ustedes este estado de excepción? Porque normalmente realizan, sobre todo en esta fecha, tareas como llevarle fardos a quienes viven en la zona cordillerana, de hacer traslados, ayudar en el arreglo del caminos. Me imagino que esas actividades están suspendidas...
-No. El Ejército continúa haciendo las tareas propias en un alto porcentaje. El trabajo que hacemos de cooperación en la protección de la frontera altiplánica se sigue haciendo. El trabajo de ayuda a la comunidad también. Un ejemplo bien marcado lo constituyen los ranchos solidarios. El Ejército se coordina con los municipios, va con sus cocinas de campaña y se cocina para los barrios más vulnerables de muchas comunas.
-¿Esto (el trabajo realizado durante el estado de excepción) es una oportunidad para vincularse más con la ciudadanía? Veníamos del denominado estallido social, donde las Fuerzas Armadas y de Orden no estaban muy bien evaluadas por la ciudadanía.
-Con respecto a lo que llamas estallido social, una cosa que hay que tener muy presente es que el Ejército se debe a la Constitución y las leyes. Por tal razón, cuando se da una orden legítima, el Ejército no tiene más que cumplirla porque ese es su deber. Por lo tanto, cuando en octubre el Ejército sale a las calles, no lo hace ni a favor ni en contra de las demandas sociales, sino que sencillamente sale con una tarea de orden público, de cooperar en ese orden público. Con respecto a la vinculación, el Ejército se siente muy vinculado a la población. Año a año hay un contingente de jóvenes, mujeres y hombres, que hace su servicio militar, aproximadamente entre 10 mil y 11 mil, que ingresan al Ejército. Nos sentimos muy orgullosos de ser un instrumento de movilidad social, porque precisamente representa la transversalidad de nuestra sociedad. Entre 2014 y 2018, 144 soldados conscriptos que hacen su servicio militar ingresaron a la escuela militar.
-¿Cree que existe un desconocimiento por parte de la ciudadanía respecto a su labor, entonces? En el centro de Concepción, después de la crisis de octubre empezaron a aparecer mensajes atacando a carabineros y a los militares...
-Creo que es injusto, pero es un grupo pequeño. Me quedo con la percepción de lo que uno habla y ve, que la mayoría de la gente aprecia al Ejército. Cualquier otra cosa son aspectos coyunturales que eventualmente le pueden ocurrir a una organización, porque el Ejército no es una organización perfecta. Está constituido por seres humanos que pueden equivocarse. Lo importante, más que las equivocaciones, es si estamos tomando acciones. A veces, personas hacen declaraciones en contra del Ejército, pero no somos un actor que pueda salir diariamente en los medios, porque por cualquier cosa que se pueda decir en defensa de aquella ofensa incluso te pueden acusar que estás teniendo algún grado de deliberación. El Ejército está sometido a todos los controles y obviamente que tratamos que los problemas sean los menores, y si tenemos alguno lo vamos a enfrentar.
Situaciones complejas
-Haciendo los controles, al parecer han tenido problemas puntuales...
-Gran parte de la población ha entendido la labor de ayuda, de cooperación que tienen nuestros soldados que se despliegan en las calles. Hemos tenido dos accidentes fatales. Uno, del cabo primero Alejandro Celis, del regimiento Colchagua, que cuando su vehículo se dirigía a una tarea en las afueras de San Fernando pierde el control y él sale expulsado del vehículo y muere por el impacto. El otro es el soldado conscripto Hugo Muñoz, del regimiento Sangra, que efectivamente en un control, un irresponsable lo atropella.
-¿Qué ha pasado con las investigaciones vinculadas a episodios puntuales del estallido social? Por ejemplo, en la Región del Biobío, el 22 de octubre del año pasado detuvieron a una persona en la remodelación Paicaví, le dispararon en la pierna a una distancia muy corta. De hecho, el cartucho no alcanzó a estallar. La persona quedó con muchos problemas. ¿Cómo va eso? ¿se terminaron las investigaciones?
-Tengo una opinión respecto a eso, pero no es prudente emitirla porque es una investigación que todavía está en curso. Lo que le compete al Ejército es colocar todos los antecedentes a la justicia.
-¿Pero qué se ha hecho en el Ejército? ¿Esto no ha llevado a que se haga algún ajuste?
-El Ejército siempre va a apoyar a nuestro personal que tiene que enfrentar una acción judicial en cumplimiento de una tarea de estado de excepción constitucional, porque los soldados están desplegados no por voluntad propia. Es porque pertenecen a una institución que es disciplinada, jerárquica, que obedece a las leyes y que en su minuto se ordenó que se desplegaran y en eso pueden ocurrir cosas. Es la persona la que enfrenta una situación determinada, pero el Ejército no puede desentenderse del apoyo legal que tiene que proporcionar a ese oficial, suboficial o soldado que, en cumplimiento de la tarea, está desplegado.
Situación EN ARAUCO
-Hace unas semanas las autoridades civiles hablaron de un despliegue de militares en Arauco. ¿Lo han conversado, están disponibles, cómo ven esa situación?
-La provincia de Arauco es responsabilidad del jefe de la Defensa en Biobío, que es el contraalmirante (Carlos) Huber. Por lo tanto, el Ejército no ha sido requerido para ese tipo de apoyo. Obviamente que este es un trabajo que se hace directamente entre el jefe de la Defensa y el estado mayor conjunto. Por lo tanto, lo que se pudo o no haber hecho, no tengo por qué conocerlo, porque no estoy en la estructura jerárquica del jefe de la Defensa, que depende directamente del Presidente de la República, que se relaciona con el ministro de Defensa. Todas las peticiones son canalizadas a través de estas autoridades y el Ejército solamente participa.
"Gran parte de la población ha entendido la labor de ayuda, de cooperación que tienen nuestros soldados que se despliegan en las calles". "Cuando en octubre el Ejército sale a las calles, no lo hace ni a favor ni en contra de las demandas sociales, sino que sencillamente con una tarea de orden público".