El consumo en china impulsa la deforestación de los bosque nativos
PROBLEMA. La demanda por maderas finas para elaborar muebles de lujo ha impulsado a niveles preocupantes la tala ilegal en Asia y en África.
Agencias
En las tiendas minoristas de toda China se venden muebles de lujo que, fabricados en una madera de tono rojizo oscuro, imitan el estilo antiguo. Su demanda comenzó a crecer a principios de los años 2000, con el aumento de la clase media en el país asiático, y alentó la tala ilegal de los bosques en África.
Esa madera es palisandro, también conocido como palo rosa o hongmu, y tras diezmarla en el sudeste asiático y América Latina, China la obtiene ahora de África, donde entre 2010 y 2015 crecieron más de 1.000 veces las exportaciones de ese recurso en su región occidental, convirtiéndola en líder de producción, según datos de la oenegé británica Agencia de Investigación Ambiental (EIA).
"A nivel político pedí que se pensara en un mensaje para que China prohibiera la importación de madera de los países sahelianos porque no tenemos bosques, tenemos el desierto en el norte que se nos viene encima", explica Haïdar El Ali, uno de los ecologistas más influyentes de África occidental, exministro senegalés de Medio Ambiente y actual director de la Agencia de la Reforestación de su país.
Exportaciones
Comenzaron por Madagascar, Estado insular con una rica biodiversidad y hogar de toda la población mundial de lemures, pero cuando se agotó continuaron por Gambia, luego Benín, Costa de Marfil y Ghana y, tras volverse a agotar, siguieron en Nigeria.
"En cuestión de meses, el país pasó de ser un importador neto de madera a ser el mayor exportador de palo rosa del mundo y uno de los mayores exportadores de madera del continente", explica la EIA en un informe en el que señala que, entre enero de 2014 y junio de 2017, viajaban diariamente unos 5.600 troncos de Nigeria a China. La relación maderera entre el gigante asiático y África está clara. China es el mayor importador mundial de madera y el mayor exportador de productos fabricados con ese material.
El Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED) de Londres estima que África exporta hasta el 75% de su madera al gigante asiático.
Pero esto ocurre en un contexto en el que entre el 15% y el 30% de toda la madera comercializada a nivel mundial se ha obtenido de manera ilegal, según un informe publicado en 2016 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Interpol.
Investigaciones de distintas organizaciones demuestran cómo una parte significativa de las maderas africanas apreciadas en el mercado internacional, como el palo rosa, el ébano o el ocume, se han obtenido de manera ilegal. Ese fenómeno ha provocado tanto la sobreexplotación de los bosques, como la aceleración de la desertificación y el cambio climático, sin que los beneficios repercutan en las poblaciones locales.
El bosque más grande
Según la última evaluación de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre los recursos forestales mundiales, "África tuvo la mayor tasa anual de pérdida neta de bosques en el periodo 2010-2020, con 3,9 millones de hectáreas". "La principal causa de deforestación (en África) es la agricultura itinerante de roza y quema, pero también tenemos la exploración artesanal, la minera y la explotación forestal industrial que no respeta un plan de gestión y causa numerosos daños", comenta Kendie Kenmoe, asistente técnico de África central y occidental del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) de Washington.
La cuenca del Congo, que abarca seis países y representa más del 90 % de las selvas tropicales de África, alberga el segundo bosque tropical más grande del mundo después del Amazonas. Pese a que está entre los más intactos de los trópicos, se están intensificando amenazas, como la minería descontrolada, la conversión de los bosques en productos de exportación, el desarrollo de infraestructuras o la tala comercial insostenible.
Gabón y República del Congo representan casi el 60% de la superficie asignada a las concesiones madereras de la cuenca del Congo: casi 50 millones de hectáreas, de las cuales 1,5 millones son administradas por Dejia Group, un influyente grupo maderero chino.
Balance desolador
La web de monitoreo de bosques Global Forest Watch sostiene que "varios países de la cuenca del Congo vieron continuar o empeorar la pérdida de bosques primarios en 2019, incluida la República Democrática del Congo" . Ello es porque "en los densos bosques de la cuenca del Congo, la tala ilegal es uno de los principales impulsores de la deforestación", asegura Kidan Araya, coordinadora de la campaña de EIA en África.
1.000 veces crecieron las exportaciones de madera de palisandro, o palo rosa, desde África a China entre 2010 y 2015.
3,9 millones de hectáreas de bosque nativo perdió África durante los últimos diez años, según estimaciones hechas por la FAO.