Donald Trump sugiere retrasar las elecciones en Estados Unidos: argumenta riesgo de fraude
POLÉMICA. Para lograrlo, debe tener el apoyo del Congreso, lo cual es muy difícil. Líderes republicanos rechazaron la idea y Barack Obama condenó además los "ataques hacia las minorías". El peligro que ve el mandatario es el voto por correo.
El presidente estadounidense, Donald Trump, sugirió que las elecciones, previstas para el 3 de noviembre y donde buscará la reelección, deberían retrasarse, basándose en falsedades sobre la inseguridad del voto por correo y pese a que debería tener un apoyo mayoritario del Congreso para ejecutar el inédito plan y que parece orientado a desviar la atención mediática.
A primera hora de ayer, el mandatario escribió el polémico tuit, cargado de desinformación en mayúsculas, para proponer una medida inédita que incluso los líderes republicanos del Senado rechazaron. "Con el voto universal por correo (no el voto en ausencia, que es bueno), 2020 será la elección más imprecisa y fraudulenta de la historia. Será una gran vergüenza para USA. ¿¿¿Retrasemos las elecciones hasta que la gente pueda votar con seguridad y apropiadamente???", planteó.
Trump volvió a trazar una diferencia entre el voto por correo y el voto en ausencia, que considera mucho más seguro, ya que él lo usó en marzo en las primarias de Florida, pese a que los expertos aseguran que es prácticamente lo mismo y se realiza con las mismas salvaguardas. El Presidente reiteró que el voto por correo, que varios estados están ampliando por la pandemia de covid-19, es fraudulento, lo que ha sido negado por expertos independientes y que responsables electorales de varios estados, incluidos republicanos, han asegurado que funciona correctamente y sin fraude.
El voto por correo que Trump critica es el sistema, adoptado por siete estados, en el que las autoridades mandan las papeletas por correo para que el votante la devuelva por vía postal o la deposite en una urna. Oregón, que fue el primero en adoptar este sistema, sólo ha registrado 12 casos de fraude entre más de 100 millones de papeletas enviadas.
El rol del congreso
Para retrasar el día de la jornada electoral, el Presidente debería contar con el apoyo del Congreso para modificar una ley federal de 1845 que establece el primer martes, después del primer lunes de noviembre, como el día para celebrar las elecciones legislativas, que corren en paralelo al proceso de elección del Presidente cada cuatro años.
Los demócratas controlan la Cámara Baja del Congreso y sería necesario, por tanto, que la oposición se alineara con el Presidente. "Seamos claros: Trump no tiene la capacidad de retrasar las elecciones. Nuestras elecciones están consagradas en la Constitución. La Constitución también dice que si la fecha de las elecciones cambia, deberá hacerlo el Congreso", dijo el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el demócrata Jerry Nadler, en Twitter.
Los principales líderes republicanos rechazaron la idea de Trump. El senador Mitch McConnell, líder de la mayoría en la Cámara Alta, dijo que "nunca en la historia del país, a través de guerras, depresiones y la Guerra Civil, hemos dejado de tener una elección programada federalmente a tiempo, y encontraremos la manera de hacerlo nuevamente este 3 de noviembre".
"Nunca en la historia de las elecciones federales no hemos celebrado una y debemos seguir adelante", dijo el representante Kevin McCarthy, líder de la minoría de la Cámara.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, no fue tan tajante y dijo que las elecciones se deben llevar a cabo de manera "legal", pero destacó que es importante que sean comicios "en los que todo el mundo confíe".
OBAMA y biden
Sin mencionar a Donald Trump, el expresidente de EE.UU. Barack Obama arremetió ayer contra quienes atacan a las minorías y el derecho al voto con "precisión quirúrgica, incluso socavando el servicio postal antes de las elecciones, que dependerán del voto por correo para que la gente no se enferme".
En abril, mientras tanto, el candidato demócrata Joe Biden auguró que Trump intentaría justificar un retraso en las elecciones, algo que es complicado legislativamente y también logísticamente para los estados.