Nuevos terremotos en la ciudad patrimonial
Al cumplirse un año del derrumbe del cerro Bellavista, en el que mueren seis personas, hay nuevas alertas sobre construcciones al borde del colapso. Hay edificaciones con orden de demolición que no se ejecutan. La municipalidad no tiene recursos, pero los inmuebles en riesgo tienen propietarios que deben responder.
Deudos, vecinos damnificados y comerciantes denuncian abandono tras el derrumbe ocurrido hace justamente un año a los pies del porteño cerro Bellavista, en que perecieron aplastadas seis personas.
El colapso de una vieja casona provocó un derrumbe sobre la escala que comunicaba el plan con la parte alta, esto casi en pleno centro de la ciudad, a metros de la municipalidad.
Tras cada muerte hay dolor y abandono, especialmente el caso de tres niños que perdieron a su madre. Recuerda la tragedia la presidenta de la Agrupación Gastronómica del Barrio Puerto, Graciela Lacalle, empleadora de tres jóvenes que murieron aplastados por los escombros. Acusa que "la municipalidad no ha hecho nada para evitar esto. La ciudad fue nombrada Patrimonio de la Humanidad, pero no se ha hecho nada".
Se quejan también los comerciantes de calle Huito. Cerraron tras las catástrofe, sufrieron en octubre "el paso de hordas de manifestantes que destruyeron todo y ahora estamos en pandemia", dice Luis Jeria, locatario del sector.
La escalera sigue cerrada y la municipalidad informa de estudios que estarán listos en cuatro meses para así iniciar la recuperación, mientras faltan por concretar los recursos anunciados en su oportunidad por el Ministerio de la Vivienda.
Con posterioridad a ese derrumbe ocurrió otro en el cerro Concepción, afectando también a una vieja casona, en sus tiempos construcción de buena calidad en un sector residencial, pero afectada por el paso del tiempo, los terremotos, las condiciones climáticas y la falta de mantención.
Casos que ganaron titulares y pantallas que no son excepción ni novedad; es la realidad del patrimonial Valparaíso. Y esto no ocurre en barrios marginales. Ocurre en sectores donde en su momento se construyó bien, pero se olvidó la mantención, a la vez que muchas veces necesidades habitacionales y el lucro han llevado a la subdivisión de espacios con peligrosas instalaciones improvisadas. Y así vienen los incendios.
Hay varias edificaciones con orden de demolición que no se ejecutan. La municipalidad no tiene recursos, es cierto, pero los inmuebles en riesgo tienen propietarios que deben ser identificados y responder. ¿Esperan que el tiempo y el fuego hagan su tarea para disponer así de un sitio eriazo que termine como rentable estacionamiento?
Se cumple mañana, 16 de agosto, un aniversario más del devastador terremoto de 1906, que arrasó parte de Valparaíso. Cinco meses después, el 17 de enero de 1907, se aprueban los planos de reconstrucción de la ciudad. Las obras, intervención urbana a fondo, partieron ese mismo año.
Se echa de menos esa celeridad cuando hoy vemos estos nuevos terremotos silenciosos que no se logran frenar y hacen que la ciudad patrimonial siga cayendo a pedazos.