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El diputado Osvaldo Urrutia, en tanto, expone que "el poner en duda un resultado electoral o cuestionarlo porque nos gusta o no, nos transformaría en una nación bananera al estilo de Venezuela, que cuando el resultado no es favorable, simplemente lo anulan o buscan artimañas. En las últimas décadas, nuestro país, se ha caracterizado por respetar la voluntad de la gente y no creo que si gana el 'Apruebo' o el 'Rechazo', debamos acomodar el resultado a intereses particulares".
Urrutia añade que tenía expectativas de alta participación hasta antes de la crisis sanitaria, pero puntualiza que "con pandemia y si las cifras son malas, el proceso se debería suspender porque justamente se utilizará el argumento de la baja participación para decir que carece de legitimidad por lo que creo que estamos viviendo un momento en el país y el mundo que no está para realizar este tipo de plebiscitos porque los riesgos de generar un contagio masivo, son muy altos".
Eso sí, las dudas en torno a la legitimidad y una potencial suspensión del proceso, no son una postura generalizada en el oficialismo. El diputado Andrés Celis (RN), lamenta "que a estas alturas, el debate se dirija hacia la representatividad del plebiscito de entrada, porque recordemos que el de salida, es decir, el que ratifica la propuesta concreta de nueva Constitución, requiere voto obligatorio. Nuestro país claramente no es líder en participación ciudadana para las elecciones, es cosa de recordar las últimas votaciones presidenciales, donde en 2013 Michelle Bachelet consiguió 3 millones 467 mil sufragios, correspondiente al 62,16% de los votos, o la votación del 2017, donde Sebastián Piñera superó a Guillier con 3 millones 790 mil votos, es decir, el 54% del total que participó".
"En mi opinión no es válido comparar la participación de 1988 porque se trata de contextos absolutamente distintos; en ese momento nuestro país estaba en dictadura, por lo que el incentivo para votar era absolutamente distinto. Actualmente estamos en democracia, venimos de un estallido social nunca antes visto, por lo que la participación debiese ser contundente, las personas están esperanzadas en que el cambio de la constitución, les permitirá mejorar una serie de falencias institucionales y también sociales", expresa Celis.
"La ciudadanía está muy consciente de que una Constitución dará el marco para hacer transformaciones. Todos queremos tener la más amplia participación y por eso, no nos gusta que ahora algunos se pongan creativos, y ante la derrota que tendrán en las urnas comiencen a inventar que se necesitan pisos mínimos de participación. Nosotros propusimos voto obligatorio y fue rechazado por la derecha. Nosotros con el Apruebo ofrecemos una alternativa para poder construir y desarrollarnos mejor como país. Ellos con el rechazo, no proponen nada".
Una postura similar es la que expresa el senador Juan Ignacio Latorre (RD). El legislador frenteamplista señala que "el plebiscito de entrada se definió que es con voto voluntario. Yo era partidario de que fuera con sufragio obligatorio, pero dado que no es así, no es muy pertinente andar pidiendo porcentajes de votación para declararlo legítimo o representativo. Creo que no es comparable con el plebiscito del '88, dado que era con voto obligatorio y se estaba estrenando un padrón, donde mucha gente se inscribió".
"Hoy estamos en un contexto de pandemia. Por lo tanto, hay población de riesgo como los adultos mayores, que normalmente en Chile tienen altos porcentajes de participación, pero que dada la situación sanitaria, puede que tengan temor de ir votar para no exponer su salud y eso es completamente legítimo; pero no porque no exista el interés en participar. En resumen, dado que el voto es voluntario, no corresponde andar exigiendo umbrales de participación para declararlo legítimo. Si fuera por eso, en las últimas elecciones municipales, muchos alcaldes y alcaldesas fueron elegidos con muy bajos porcentajes de participación respecto del padrón electoral universal, y no por eso no son autoridades legítimamente electas", puntualiza Latorre
Por su parte, el diputado Víctor Torres (DC) asegura que "es bastante paradojal que se levante este cuestionamiento de legitimidad previa realización del plebiscito, toda vez que quienes lo han realizado se opusieron a la reposición del voto obligatorio. Y esa diferencia respecto del plebiscito de 1988 lo hace una situación disímil y sin comparación posible".
Asimismo, y al igual que el parlamentario de RD, apunta al hecho de que en elecciones pasadas la participación estuvo por debajo del 50%, preguntándose: "¿Alguien ha cuestionado el resultado de dichas elecciones, incluida la legitimidad del actual presidente, del Congreso o de los alcaldes? No. Por esta razón creo que no es sino una mera estrategia que han levantado los sectores del Rechazo, que viéndose perdidos en el plebiscito de octubre, intentarán por todos los medios deslegitimar el proceso de construcción de una nueva constitución, cuestión requerida por una amplia mayoría ciudadana".
La senadora Isabel Allende (PS) se ilusiona con que "la participación sea lo más amplia posible, y hago desde ya, un llamado para que todas y todos asistan y participen del evento político más importante desde la recuperación de la democracia. Sin embargo, es evidente que la participación en las últimas elecciones en el país ha sido baja, lo cual se suma a la pandemia que hoy vivimos. A nivel internacional, la mayoría de las elecciones han tenido una disminución en su participación".
De todas formas, la parlamentaria socialista afirma que la participación no pondría en duda la decisión ciudadana expresada en el plebiscito "porque en democracia -y lo aprendimos con mucho dolor- respetaremos el resultado que entreguen las urnas. Las reglas del juego son claras, no se exige un número mínimo de participación, por lo cual la legitimidad del resultado no estará en juego con esto. De hecho, no existe ninguna legislación donde se exija un porcentaje para hacer válida una votación. Estas son argucias de quienes están por el 'Rechazo'".
Las y los ciudadanos han comprendido que para cambiar grandes dificultades que enfrentan, es necesario tener una nueva Constitución".
Estamos hablando de un proceso que va a marcar el destino del país y no puede ser que un porcentaje bajo de chilenos decida ese camino".
En las municipales, muchos fueron electos con porcentajes bajos de participación y no por eso no son autoridades legítimamente electas".
No nos gusta que algunos se pongan creativos y ante la derrota que tendrán en las urnas inventen que se necesitan mínimos de participación".
Si requisitos básicos de seguridad no se pueden cumplir, el acto no se puede realizar y se deberá posponer hasta que las condiciones lo permitan".
Es paradojal que se levante este cuestionamiento de legitimidad (...) No es sino una estrategia que ha levantado los sectores del 'Rechazo'".
Estamos viviendo un momento en el país que no está para realizar este tipo de plebiscitos, porque el riesgo de un contagio masivo es muy alto".
La labor del Gobierno será asegurar que el proceso sea extremadamente estricto en términos sanitarios".
"argucias del rechazo"
En la oposición, como era de esperarse, no cayó nada bien el que se condicionara la legitimidad del referéndum. El senador Ricardo Lagos Weber (PPD) expone que "este es un proceso histórico que vamos a vivir, tan relevante como el año 1988. Yo creo que hay muchas ganas de participar porque la ciudadanía quiere que tengamos una Constitución nacida en democracia, escrita en una hoja en blanco y con una Convención Constitucional compuesta de manera paritaria por hombres y mujeres y que, lo más probable, es que tenga escaños para pueblos originarios".
ESPERANZAS DE ALTA PARTICIPACIÓN
De cara al día en que se realice el plebiscito, el senador Chahuán considera que "si están dadas todas las condiciones habrá un alto nivel de participación, resultado en el cual la reforma constitucional que he presentado podría ayudar también".
En tanto, el senador Pugh espera, en primer lugar, "que se cumpla durante todo el proceso y ojalá para siempre, el compromiso del 'Acuerdo por la Paz' en todo el país. Las condiciones de seguridad necesarias para legitimar un proceso de esta relevancia incluyen el hecho de que no pueden existir amenazas ni mucho menos hechos de fuerza, de vandalismo o de destrucción. Mi expectativa es que sea un proceso pacífico, bien informado y que dé garantías y cabida a toda la sociedad. Sin temores, sin miedos, sin violencia de ningún tipo. Los países nunca parten de cero. La actual Constitución que ha sido modificada y perfeccionada innumerables veces, es el marco que nos regula desde hace 40 años y ha logrado que el país haya alcanzado niveles de desarrollo y bienestar que jamás habríamos pensado hace medio siglo".
Por su parte, la senadora Allende vislumbra que "tendremos una amplia participación, porque las y los ciudadanos han comprendido que para cambiar las injusticias, las inequidades y las grandes dificultades a que se enfrentan a diario, es necesario tener una nueva Constitución. Quizás en algunos sectores afecte el miedo al contagio, pero he percibido un gran entusiasmo frente a este plebiscito histórico".
"Asimismo, espero que la opción 'Apruebo' y la Convención Constitucional ganen por amplia mayoría y podamos elaborar una Constitución que sea realizada democráticamente, con representación paritaria, de los pueblos indígenas y de las y los chilenos en el exterior", expone Allende, en una opinión compartida por Lagos Weber, quien confía en que "el 'Apruebo' gane con un amplio margen y que en abril, podamos elegir a los integrantes de la convención constituyente".
Por último, el senador Latorre está esperanzado en que el referéndum cuente con una amplia participación. "Es la primera vez en la historia de Chile que se le pregunta al pueblo soberano si quiere una nueva Constitución, construida democráticamente, con amplia participación, donde está la posibilidad de una Convención Constitucional 100% electa, con paridad de género, pronto estamos por legislar escaños reservados para pueblos originarios, con participación de independientes y la sociedad, que responda a la necesidad de un nuevo pacto social. Creo que ha calado muy profundo, después del estallido social, la necesidad una nueva Constitución en el país que construya un nuevo pacto social, económico, ecológico, democrático y eso implica que tenga un amplio respaldo de la ciudadanía el 'Apruebo' y la Convención Constitucional". 2
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