"La municipalidad fue saneada,
Fue una voz sorpresiva en el coro de ediles que criticó el manejo económico de la alcaldesa Reginato, pero ella asegura que separa la cercanía personal de la función pública. Sobre la carrera por el sillón consistorial, apuesta por una primaria del sector y la reactivación de Viña.
La carrera por la alcaldía de Viña del Mar está más intensa que nunca. A pesar de su apuesta por quedarse un quinto periodo -incluso, esbozó que le gustaría ser jefa comunal viñamarina por muchos años más-, Virginia Reginato (UDI) deberá asumir los costos de la ley que limita la reelección de autoridades y dejar el espacio a la pléyade de candidatos interesados en liderar una de las comunas más importantes del país, varios de ellos surgidos en el seno del propio gremialismo.
En este escenario, la concejala Macarena Urenda (nacida en Viña del Mar, profesora de Castellano de la PUCV, con postgrado en Educación en la Universidad Católica, Magister en Comunicación Social en la UDP y Cursos de Relaciones Públicas en universidades de Boston y Miami) destaca tanto por su declarado interés por participar de las primarias acordadas por Chile Vamos, como por su trabajo desde el año 2012 en el Concejo Municipal. "Siempre he sostenido que Viña del Mar es una ciudad lo suficientemente madura para que se plantee una elección abierta en torno a quién será el próximo alcalde o alcaldesa. En ese sentido, lo que más me interesa es que se abra la cancha y dicho eso, por supuesto que me interesa competir si es que mi partido así lo define, pero creo que lo más importante es que de verdad los ciudadanos tengan opciones para elegir a quien va a administrar la ciudad por los próximos cuatro años", afirma.
Urenda, además, explica que ese proceso ya se había iniciado, organizado por el consejo comunal del partido entre los tres ediles en ejercicio: Jaime Varas, Pamela Hödar y la misma Urenda. "Pero este era un trabajo interno, porque a nosotros nos parecía importante prepararnos para lo que viene, en el entendido que va a haber una primaria abierta del sector. Ahora bien, este proceso, que nosotros mismos habíamos acordado mantenerlo en privacidad, como parte de nuestro ejercicio de debatir seriamente respecto de quién podría ser el representante de la UDI, lamentablemente se filtró y la verdad es que no nos resultó muy agradable que sucediera", indica.
- En su oportunidad, además, hizo hincapié en la necesidad de realizar primarias para determinar a la futura carta de la UDI. Con la alcaldesa Virginia Reginato impedida de competir se abre la puerta a una instancia más amplia de nombres. ¿Qué opina usted de Jaime Varas, su eventual constrincante en una primaria? ¿O de otros nombres que han sonado en su sector como Andrea Molina y Raúl Celis?
- Eso es democracia, competir abierta y legítimamente, y yo creo que quien se tiene que pronunciar no soy yo, sino que es la ciudadanía. Eso es lo que me parece bonito del proceso, de que todos podamos competir. Entiendo que la idea de los partidos era hacer, primero, una primaria interna -que era en lo que nosotros estábamos-, y luego, con el candidato electo, ir hacia una primaria abierta con el resto del sector. Eso me parece súper saludable y considero que es lo que corresponde. Pero no voy a opinar, porque quienes opinan acá, y eso es lo válido de una democracia, son los votantes, de acuerdo a las percepciones que ellos mismos se forman.
- En ese sentido, ¿prefiere que el nombre del futuro alcalde o alcaldesa provenga del concejo municipal, tomando en cuenta que varios ediles en ejericio estarían interesados en competir?
- No necesariamente que salga del concejo, porque eso, de alguna manera, sería autolimitarnos. Pero por supuesto que considero que el haber estado en algún trabajo de gestión municipal proporciona una ventaja, porque tú aprendes. Es cierto que los concejales no tenemos muchas atribuciones, pero tenemos la posibilidad de aprender cómo funciona un municipio, cómo se administra, fiscalizar, conocer por dentro los proyectos, los planes de la ciudad y, por supuesto, tenemos la gran posibilidad de contactarnos con la ciudadanía durante nuestro ejercicio. Entonces, tenemos, por así decirlo, una ventaja, pero no me limitaría, no afirmaría que un alcalde tiene que haber sido concejal. Un alcalde tiene que ser alguien que tenga la formación, las competencias, que haya trabajado de alguna manera en el servicio público y que sea local.
Macarena Urenda (UDI), concejala y precandidata a la alcaldía de Viña del Mar: