Nubes en el horizonte de
Según estudio del Centro de Políticas Públicas de la UC, la región tiene el mayor porcentaje de fuerza laboral expuesta a contagios de coronavirus. El comercio y la educación son los focos de preocupación, mientras el Gobierno afina sus planes de ayuda a emprendedores.
No es misterio para nadie que la situación económica de la Región de Valparaíso, ya resentida por los efectos del estallido social, sintió un auténtico golpe de gracia con la pandemia del coronavirus. Muchos locales, principalmente del comercio detallista, la hotelería y los restaurantes, que intentaban recuperarse de las consecuencias de los convulsos días de movilizaciones, incidentes y saqueos, tuvieron que cerrar nuevamente sus puertas, ahora a consecuencia de las medidas de emergencia sanitaria y el confinamiento de la población.
El comercio detallista requeriría de una fuerte inversión para adecuarse a los protocolos sanitarios de reapertura.
Ahora, muchos restaurantes apenas sobreviven a través del sistema de delivery o reparto a domicilio; el sector turístico resultó herido de muerte con la prohibición de desplazamiento y las cancelaciones de vuelos; y el comercio minorista que no vende artículos de primera necesidad como alimentos y útiles de aseo, cerró sus puertas y ve con impotencia lo que aseguran como "competencia desleal" de parte de los grandes supermercados, ya que ellos pueden vender artículos electrónicos, ropa y juguetes, además de artículos de primera necesidad.
Para la economía regional es urgente volver a retomar un flujo normal de transacciones y garantizar el regreso de los clientes a sus servicios. Sin embargo, todo plan de normalización va de la mano con la estrategia de reapertura que dispuso el Gobierno, como también con la necesidad de reducir al mínimo la probabilidad de que trabajadores y usuarios estén expuestos al contagio de covid-19. Porque, a pesar de las propuestas de desconfinamiento y el desarrollo a contrarreloj de una vacuna, el virus sigue en el aire.
Claramente, toda reapertura de la actividad económica debe cumplir con las medidas sanitarias de prevención que han fijado las autoridades, para que se garantice el efectivo distanciamiento físico en tiendas y lugares de trabajo, asegurando también la disposición de alcohol gel y elementos de protección personal. Medidas que necesariamente requieren de una gran inversión monetaria por parte de los propietarios, pero que de acuerdo al tamaño de la empresa, puede significar una carga adicional para emprendedores que han visto mermadas sus expectativas y sus recursos.
alta exposición en comercio y enseñanza
Detectar cuáles son las ocupaciones más expuestas a un contagio de coronavirus, como también los costos de la reactivación de la economía y de las medidas de prevención que se deben implementar, fue el foco del estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Para el primer criterio se identificaron los niveles de exposición, los riesgos de contagio, las posibilidades de realizar trabajo remoto y de automatización de los puestos de trabajo. En el segundo indicador, tras revisar los protocolos de reapertura a nivel nacional e internacional, se hizo un cálculo de la inversión mensual que tendrían que hacer diferentes tipos de empresas en el país, para cumplir con esos parámetros.
Ahora, dentro de toda la información que aparece en el estudio, se hizo un desglose por regiones en lo referido al riesgo de contagio que tienen los trabajadores, ya sea por proximidad física o por exposición a infecciones. De acuerdo a los indicadores, la Región de Valparaíso tiene un 46% de trabajadores ocupados en sectores con mayor proximidad física, un punto abajo de la media nacional (47%). Pero en el caso de los ocupados en sectores con mayor exposición al contagio, la zona toma el primer lugar a nivel nacional, al registrar una proporción de 17%, versus el 13% del total país.
Nicolás Muñoz, subdirector de Investigación Aplicada del Centro de Políticas Públicas UC, estimó que esta cifra se explicaría por la composición de las principales actividades económicas de la región, orientadas hacia el comercio y los servicios educativos, al ser un polo universitario. "Lo que uno advierte es que hay una alta cantidad de actores, el comercio, pero también en los servicios de enseñanza, donde eventualmente puede tener mayores niveles de exposición; y si uno hila un poco más fino, en la región el sector que concentra la mayor cantidad de ocupados es el comercio, y en segundo lugar los servicios de enseñanza. Eso tiene una distinción cuando se mira a nivel país, porque el primer lugar es el comercio y el segundo la manufactura", asegura.
Francisco Meneses Vera
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