Gastronomía con la soga al cuello
El rubro presenta una grave situación que afecta a establecimientos de norte a sur del país con un cierre del 89% de los locales. La Asociación Gremial de Restaurantes acusa una situación discriminatoria en las medidas, pues "los supermercados y malls están abiertos, fuimos los primeros en cerrar y vamos a ser los últimos en abrir".
Somos el paciente agónico que para sobrevivir requiere un tratamiento de shock y no medidas paliativas". Declaraciones de Máximo Picalli, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía presentando la situación que afecta a su sector, castigado de norte a sur del país, primero por la violencia de octubre y luego por el obligado cierre parte de las políticas para frenar la pandemia.
Esa realidad se suma a la situación general de la economía uno de cuyos aspectos más graves y dolorosos es el desempleo. La estadística oficial señala que el desempleo nacional llega a un 13,1% de la fuerza de trabajo. En lo regional la cifra se eleva al 13,8%.
Sumando y restando se puede concluir que buena parte de esa cifra de desempleo regional está condicionada por la crisis de la actividad gastronómica y hotelera que se manifiesta en el cese de actividades de decenas de establecimientos, grandes y pequeños.
El dirigente Picalli en sus declaraciones afirma que el 89% de los locales del país se encuentra cerrado o trabajando al 15% de su capacidad. En este cuadro hay que considerar que la función gastronómica genera, según sus dirigentes, más de 400 mil empleos. Esta cifra se debe situar en el contexto nacional de la pérdida de un millón 830 mil puestos de trabajo en el periodo de 12 meses, la peor marcación desde 1986.
En ese escenario la actividad gastronómica ve pocas posibilidades de recuperación. Y la Asociación Gremial de Restaurantes acusa una situación discriminatoria en las medidas del Gobierno, pues "los supermercados y malls están abiertos, fuimos los primeros en cerrar y vamos a ser los últimos en abrir. Tenemos a la soga al cuello".
Analizando las medidas para el sector en el plan "Paso a paso", advierte el gremio que las disposiciones que se les imponen son económicamente poco viables para operar, que sería el caso de las anunciadas ayer.
El dilema está, como siempre, en fijar prioridades mirando el impacto de cada actividad en la economía general, en el empleo y la vida diaria de las personas. Tras cada décima de alza o baja de la ocupación hay personas y familias que necesitan recursos para su subsistencia.
En el caso del rubro gastronómico, ligado al turismo y a la demanda de servicios o proveedores, se debe medir la prioridad que da el consumidor al sector, ahora con la apertura muy limitada de locales que anunció ayer el ministro de Salud, lo que indudablemente no será suficiente para solventar la pérdida pasada. Así, pese a una esperada pero limitada bonanza, se justifican subsidios y créditos blandos para cubrir aquellos gastos de un sector con gran futuro, hoy con reducida demanda para su oferta de servicios en un universo de desempleo y restricciones.