Correo
Validez
¿Qué validez tendrá este plebiscito de octubre, cuando gran parte de los posibles votantes no ejercerá su derecho a voto por temor al covid-19 y otro grupo importante de chilenos no podrá hacerlo por padecer de este virus? Estimo que se cuestionará para siempre su resultado, sea cual sea este.
Edward Gibbons
Desigualdad escolar
Un estudio del Mineduc y el Banco Mundial señala que en promedio 40% de los escolares en Chile recibe formación a distancia durante la crisis sanitaria. Al abrir la cifra se constata que prácticamente sólo 1 de cada 4 lo hace en colegios más vulnerables, a diferencia de 9 de cada 10 en sectores que no lo son. Es evidente que la desigualdad en el acceso a este formato educativo obedece a condiciones estructurales que vive la infancia más excluida, aquella que las escuelas de su barrio sólo llegan a octavo, no cuentan con áreas verdes ni mucho menos con conectividad.
El no poder estudiar es derribar las últimas barreras protectoras en un escenario del más alto riesgo, constatar un hecho como la falta de conectividad no puede ser un acto pasivo, inerte, cuya solución sea esperar la vuelta a clases, sino que debe movernos a solucionar esta falta de conectividad o, en su defecto, focalizar planes de refuerzo al aprendizaje con una alerta temprana efectiva que llegue a los sectores identificados. Impulsar inmediatamente acciones que permitan llenar brechas de aprendizaje, garantizar en oportunidad y calidad el acceso a recursos pedagógicos que permitan nivelar esta brecha y disponer en los territorios de programas reforzados de reingreso educativo y de retención escolar.
Además, la crisis económica estima en más de un 20% el aumento del trabajo infantil, es decir, hoy nos enfrentamos ante las peores condiciones, con un posible aumento en deserción escolar.
Es el momento de prevenir oportunamente los efectos de esta desigualdad con mayor decisión y voluntad. Está en juego el futuro de miles de niños y niñas, es el momento de dejar de llegar tarde.
Marcelo Sánchez Gerente general de Fundación San Carlos de Maipo
Desarrollo de vacunas
La pandemia de covid-19 evidencia la dependencia de Chile respecto a la producción de vacunas, un panorama que plantea la necesidad de volver a desarrollar las propias, tal como se hicieran hasta el año 2002. Ahora, si bien por tiempo no alcanzamos a hacer nuestra propia vacuna para erradicar este virus, desde la industria farmacéutica sí creemos necesario tomar esta experiencia y diseñar desde ya, a nivel país, un plan que permita, en un futuro próximo, producir vacunas y productos biotecnológicos que resuelvan de manera oportuna la aparición de nuevas enfermedades. Esto, a pesar de opiniones detractoras que sostienen que el proyecto sería una alta inversión para un país de sólo 17 millones de habitantes.
Chile tiene razones de sobra para el desarrollo local de vacunas: investigadores de primer nivel en los centros científicos y universitarios; un eje sanitario riguroso y eficiente, somos Agencia nivel IV de la OPS en el Instituto de Salud Pública; además de un trabajo productivo que aporta con gran impacto a la economía local. De acuerdo al reciente estudio de la Sofofa "Impacto de la Industria Farmacéutica en Chile: The Economist Footprint", el sector farmacéutico es el segundo más productivo del país. Entonces, ¿qué faltaría? Sólo apoyo e incentivo estatal.
Elmer Torres Cortés Vicepresidente ejecutivo de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa)
Impuesto al patrimonio
Muchos países están discutiendo cómo enfrentar los problemas fiscales, a raíz de la crisis provocada por la pandemia. En Chile existen dos determinantes claves para aumentar la recaudación fiscal: la disminución de la evasión en el IVA, que bordea el 20%, e impuesto a la Renta, que no es medido; y la reducción de las "erosiones a la bases tributarias", que son exenciones, siendo necesario revisar las de ganancias de capital, la situación de las contribuciones de bienes raíces, entre otras.
El Gobierno ha trabajado en ello y espera recibir los comentarios del FMI y la OCDE. Ambas medidas deben ser revisadas sí o sí en una posible modificación a la normativa tributaria.
Por el contrario, se ha promovido en algunos sectores subir el impuesto al patrimonio, medida discutida en España, Suiza, Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Perú. Sin embargo, la recaudación es baja: en Colombia llega a un 0,4%; en Uruguay bordea el 1% y en Argentina, un 0,2%, como porcentaje del PIB. También, en Alemania, el BID y la OCDE se han propuesto subir el impuesto a la propiedad de las personas; y en Italia y Guatemala surgió la idea de subir el impuesto a la renta personal. El problema de esta última es la baja recaudación en América Latina, 2,2% del PIB versus los países OCDE, 8,3% del PIB.
Un impuesto al patrimonio no recauda mucho y es caro de implementar. Existen medidas más efectivas, como las mencionadas, que pueden aumentar la progresividad del sistema, recaudando más recursos.
Gonzalo Polanco Director Centro de Estudios Tributarios, Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile