El caso Enap y las deudas pendientes
A la formalización de ejecutivos de la petrolera estatal se agrega ahora la reformulación de cargos por la Superintendencia del Medio Ambiente. Enap responde que "los eventos de intoxicación sólo se detuvieron luego de la entrada en vigencia de los planes operacionales de emisiones aplicables a todas las empresas del complejo industrial".
Las andanadas contra Enap, empresa estatal, arrecian. Tras la reformulación de cargos por el episodio de contaminación masiva en el área de Quintero y Puchuncaví en agosto de 2018, el Ministerio Público de la Región del Biobío anunció que pedirá los antecedentes del caso a la entidad acusadora, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA).
Ya en noviembre pasado esa Fiscalía formalizó por presunto delito ambiental a seis ejecutivos de empresas dependientes de Enap a cargo de operaciones en Biobío, Quintero y Concón.
La formalización tiene su origen en supuestas fallas en el proceso de descarga de petróleo crudo iraní desembarcado en el puerto austral y en el terminal marítimo de la refinería de Concón de la bahía de Quintero.
A esa formalización se suma la reformulación determinada por la SMA basada en siete infracciones sobre el tratamiento que se dio al crudo tras su descarga. Dos de esas infracciones, según Cristóbal de la Maza, superintendente del Medio Ambiente, son gravísimas y serían causa de la masiva intoxicación.
También disparan contra la petrolera estatal los abogados querellantes. Remberto Valdés, que representa a 1.187 afectados por la nube tóxica, junto con exigir "moralidad y probidad" a una empresa del Estado, llama al Presidente de la República a disponer que se indemnice a los afectados. En tanto, Luis Araya, abogado de la Municipalidad de Quintero, acusa a la Enap de "ocultar antecedentes".
La estatal se defiende: "Nos sorprende la decisión de la SMA, luego de haber transcurrido más de 500 días desde el cierre de la investigación y de haber demostrado Enap, de manera fehaciente -y con respaldo técnico de reputados expertos- que las infracciones que se le imputaron no han causado efecto alguno en la salud de la población".
Afirma la estatal que la SMA ha sostenido tres tesis acusatorias y que ahora agrega una cuarta "con hechos potenciales y afirmaciones condicionales" y agrega que "los eventos de intoxicación sólo se detuvieron luego de la entrada en vigencia de los planes operacionales de emisiones aplicables a todas las empresas del complejo industrial".
Con esta afirmación, Enap intenta, con o sin justificación, compartir responsabilidades en una materia que va muchos más allá del grave episodio de agosto de 2018. Pero saliendo del campo de las declaraciones viene ahora una etapa procesal con los descargos de Enap ante la autoridad fiscalizadora y eventuales sanciones que van desde $ 600 millones por cada infracción hasta la clausura de las plantas.
Este caso muestra a la institucionalidad ambiental en funciones -ya ha tenido pronunciamientos contundentes como el de Pascua Lama-, pero acusa deudas, derrame del "Mimosa", y mucho peor, la vieja deuda, tras décadas de contaminación, que han dañado al medioambiente y a las personas sin una efectiva mitigación.