Delicadas finanzas en Viña del Mar
La paralización del Casino Municipal podría representar una caída de casi un tercio de los ingresos previstos para la ciudad este año. El municipio propone una operación financiera para compensar la caída en los ingresos, pero los concejales esperan de la alcaldía una señal de austeridad. En ambos casos, el futuro de las arcas viñamarinas es bastante sombrío.
En los aciagos días que vive el municipio de Viña del Mar, uno de los temas que concita la mayor preocupación es la brusca caída de los ingresos que entrega el Casino, cuyo funcionamiento quedó paralizado desde marzo debido a la pandemia. En una dura exposición ante los concejales, el administrador municipal, Claudio Boisier, precisó que los recursos no percibidos por cada mes que las salas de juego de Enjoy no han funcionado alcanzan los $ 2 mil millones, cifra que a septiembre equivale a $ 14 mil millones. Como todo indica que la situación sanitaria no permitirá la apertura total de recintos comerciales cerrados en lo que resta del año, la caída de ingresos se empinará en diciembre hasta los $ 20 mil millones. Por cierto, la importancia económica del Casino Municipal de Viña del Mar va más allá de las arcas consistoriales. Decenas de empresas medianas y pequeñas que tienen su domicilio en la ciudad operan en función de las necesidades de esta casa de juegos viñamarina, considerada una de las tres plazas más importantes de la industria de juegos de azar en el país. Esta concatenación virtuosa, rota desde hace seis meses, no será fácil de reconstruir, tanto porque la situación económica del país hacer prever un futuro de recursos escasos, como porque ni siquiera la llegada de una vacuna permite asegurar una normalización instantánea de la vida interrumpida por la llegada del covid-19. En un ambiente marcado por las necesidades, el municipio recibió un nuevo mazazo. Mediante una circular, la Superintendencia de Casinos de Juego aplazó la obligación que tenía Enjoy de pagar a la comuna una renta de $ 23 mil millones, comprometida como parte de la nueva concesión otorgada el año 2018 al grupo que integra la familia Martínez. El regulador también descartó cobrar una millonaria boleta de garantía por el incumplimiento en los arreglos que Enjoy debía hacer al Casino viñamarino, obras que tienen avance, pero que quedaron inconclusas debido a la instalación de la cuarentena en la Ciudad Jardín.
Ante la brusca caída en los ingresos, una de las soluciones planteadas por la alcaldía que lidera Virginia Reginato es materializar una operación de leaseback que le permitiría al municipio obtener más de $ 9 mil millones en recursos frescos. Sin embargo, ante el mecanismo planteado los ediles advirtieron la necesidad de que la casa consistorial viñamarina reduzca dramáticamente sus gastos, una petición difícil de cumplir en un ambiente marcado por las necesidades sanitarias. Aunque los concejales se han allanado a la aprobación del leaseback, queda pendiente en qué consistirá este segundo "apriete de cinturón" en la sede de calle Arlegui, una penuria más que se suma a las que propinan la cuarentena y el sombrío futuro del Festival 2021.