Cartas
Recurso
Es extraño que un destacado académico como don Agustín Squella Narducci, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, confunda peras con manzanas y, además, trate de confundir a los lectores al criticar ácidamente el recurso de protección presentado por don Gonzalo Ibáñez Santa María ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
No es que el profesor Ibáñez confunda el peso en importancia que tiene un festival con un acto cívico, sino lo que busca contrastar y representar a la Corte es la cantidad de personas que convoca cada uno de estos eventos: el primero, miles de personas; el segundo, millones de personas.
No sé si al profesor Squella le queda más claro el tema después de esta explicación y pueda deducir dónde hay más posibilidades de contagio.
Alejandro Niklitschek Heck
Proceso constitucional
La Constitución de los Estados Unidos fue redactada en la Convención Constitucional en Filadelfia en 1787, firmada el 17 de septiembre de 1787 y ratificada por el número requerido de Estados (nueve) el 21 de junio de 1788. Su Constitución rige desde hace 213 años, y a la cual se le han hecho varias reformas a través del tiempo.
En Chile han existido diez textos constitucionales (1811, 1812, 1814, 1818, 1822, 1823, 1828, 1833, 1925 y 1980).
Sería mucho más maduro y democrático que, en vez de tener una multitudinaria convención, como la que se propone ahora y que votaremos el 25 de octubre, se reduzca el número de constituyentes y, segundo, se permita a los chilenos y chilenas participar directamente en esta tarea democrática y no ser excluidos por parlamentarios, quienes, de ser elegido(a)s, no tendrán tiempo para cumplir las labores para las cuales fueron nombrados bajo juramento.
Mauricio Pilleux Dresdner
Octubre y Estado de derecho
Es inexplicable entender cómo octubre se ha transformado en un mes capaz de relativizar todo. El Gobierno no asume con fuerza la posición de garante respecto de la estabilidad social, la oposición no toma un rol activo en el rechazo de la violencia en las manifestaciones públicas y, por su parte, la sociedad vive en una incertidumbre donde la mayoría pasiva simplemente parece "esperando" que este octubre no sea peor que el anterior.
Octubre es ahora y, sin quererlo, sinónimo de "banda ancha" para salir a enarbolar banderas de lucha. Y pareciera que el sistema social lo está internalizando como natural y obvio; y puede que salir a manifestarte sea efectivamente un derecho constitucionalmente garantizado, pero lo es también el derecho de los demás a vivir en paz.
Hoy, octubre relativiza el Estado de derecho y no porque esté institucionalmente definido, sino porque los actores sociales llamados a su defensa no toman posición activa y se transforman más bien en espectadores de lo incierto. Puede que la oposición tenga intereses políticos y puede que la sociedad finalmente sea la que acepte este estado de continua lucha, pero ¿qué pasa con el Gobierno? El discurso queda en lo lamentable de cada situación, pero faltan acciones concretas que efectivamente aporten seguridad y confianza a la ciudadanía. Hoy, el Gobierno, nuevamente, pasa a ser espectador de su propio día a día y dejar a Dios lo que ocurra en octubre parece ser la única esperanza.
Vicente Ríos Urzúa
Leaseback
Hemos visto cómo recientemente se ha aprobado por el Concejo Municipal un leaseback por $ 9.500 millones, el cual veremos si finalmente hay oferentes interesados o no. A esto hay que agregarle que, según proyecciones, el déficit proyectado a fin de año sería de $28 mil millones.
Esto nos lleva a la reflexión de que más allá de un préstamo, lo que se requiere es lograr una gestión que sea eficiente y, por sobre todo, transparente, donde se busquen nuevas formas de ingresos y se realice un plan de ahorro en base a un ordenamiento y priorización de los gastos.
Si no se realiza un cambio real de la forma de operar, los viñamarinos seguiremos pagando las consecuencias de una mala administración.
Georg Hübner Arancibia
Inmigración
Nuestras autoridades y representantes parecen no percatarse, o en su defecto, no dar la importancia merecida a la próxima crisis migratoria que sufrirá Chile.
Muestra clara de ello ha sido el ingreso irregular por las fronteras del norte, situación por la que muchos iquiqueños han demostrado su disconformidad a través de distintos cacerolazos por el poco resguardo que existe en el área limítrofe.
El problema no es que lleguen migrantes. Nuestra historia está llena de ellos y con grandes aportes que derivan de nuestra integración cultural.
El problema es cómo se aborda el arribo ilegal en tiempos de covid y, por sobre todo, cómo se afrontará cuando las fronteras deban volver a la normalidad.
Pero más importante aún, antes que se tome cualquier decisión al respecto, es preguntarnos si en los próximos cinco años estamos en condiciones para absorber una ola migratoria.
Agustín Soto Fundación para el Progreso
Violencia en La Araucanía
Araucanía: cuatro carabineros que investigaban un delito tuvieron que refugiarse en un cerro y los dos vehículos policiales en que se movilizaban resultaron quemados.
Me pregunto, ¿en qué quedó aquello que el Estado tiene el monopolio de la fuerza? Parece que en estas zonas es al revés: los carabineros escondidos y los montoneros, amos y señores. Lo anterior demuestra que a grupos organizados, entrenados y fuertemente armados hay que oponerles al menos una fuerza equivalente.
¿Cuándo fue que el Estado entregó el monopolio de la fuerza? Un hito fundamental fue la eliminación del imprescindible, pero mal bautizado, Comando Jungla. En ese momento, los políticos responsables quedaron satisfechos con la medida, pero la lectura correcta era que el Estado se rendía incondicionalmente en La Araucanía.
Hubo un evidente fortalecimiento de una montonera armada que siembra el terror como nunca antes en la zona. Los responsables de eliminar la fuerza del Estado dejando que floreciera la violencia de sólo un bando no han reconocido su error.
Los habitantes y trabajadores de la zona tienen el mismo derecho que todos los chilenos a vivir en paz, el mismo derecho de las autoridades que viven y trabajan relajadamente en Santiago.
José Luis Hernández Vidal