"Con 'Mentira' es una cosa muy especial, porque es tan conocida que ya solo le falta una versión en cueca"
Hace unas semanas, Buddy Richard cumplió 77 años y la celebración lo pilló confinado en su natal Graneros, localidad de la cual es hijo ilustre y en la que vive con su mujer, hijos y nietos. "En estos meses de pandemia, en que me he cuidado, solo salí una vez y la verdad que no me he sentido prisionero ni nada por el estilo. Afortunadamente, vivo en un lugar cómodo y tengo mi red de apoyo familiar, con lo cual no necesito nada más para estar tranquilo", reflexiona el legendario compositor e intérprete de hits que son parte de la banda sonora de la música popular chilena.
Uno de sus éxitos, "Mentira", el más internacional de su repertorio, cumple 40 años desde su irrupción mediática en un concurso de canciones del programa "Aplauso" de Canal 13, que animaba César Antonio Santis.
- ¿Usted ya disponía de la canción o la compuso especialmente para el programa?
- Ocurre que yo estaba en el proceso de un disco larga duración (Long Play) y ya tenía un grupo de temas en los que estaba "Mentira". Entonces fue que llegó el telefonazo de Gonzalo Bertrán, el director del programa, quien me comentó de este concurso para autores, que era algo muy bonito, y me preguntó si tenía algo para participar. Le dije que iba a revisar lo que tenía y cuando me decidí, partí con mi cinta a los estudios del canal, que en esa época estaban en la calle Lira, y a esa hora solo me encontré con Andrea Tessa, a quien hice escuchar la canción. Después de oírla me dijo: "¿De dónde sacaste esta huevada?", tal vez muy sorprendida con la calidad del tema. La cuestión es que empecé a competir, me fue muy bien, la canción fue sensación, pero curiosamente no gané el concurso. Esa vez se impuso Cristóbal con "Basta ya", pero dio lo mismo, porque mi canción ya había logrado mucha repercusión.
-¿Ahí fue cuando se le acercó Valeria Lynch a pedírsela prestada?
-Ella estaba de invitada como figura estelar al programa y cuando me vio ensayar "Mentira" paró la oreja y quedó fascinada. Andaba con su marido y con un productor que yo conocía, y cuando me abordaron en el Hotel O'Higgins me pidieron la autorización para grabarla y les dije inmediatamente que bueno. De ahí ya se disparó la cosa, porque el cantante Hernaldo también me la pidió y con eso la internacionalización estaba asegurada. Después, yo mismo me encargué de difundirla en mis propias actuaciones y discos. Fue todo muy rápido.
- Usted explora la doble militancia de compositor e intérprete. ¿Le cuesta mucho prestar sus canciones?
- En absoluto. Soy de la base que mientras más difunda, más aumenta el prestigio del compositor y, bueno, también te genera más plata. Si tampoco hay que ser tonto (ríe). Con "Mentira" es una cosa muy especial, porque es tan conocida que ya solo le falta una versión en cueca. La he escuchado en salsa, merengue, en la voz de Iva Zanicchi, en fin, tantos estilos. Para mí mejor que la toquen en otros ritmos y hasta sería muy notable escucharla, por ejemplo, en versión heavy metal. Si me la pidiera Iron Maiden para cantarla, yo feliz. También una vez me la pidió un charro mexicano. En esos años yo cantaba en unos restorantes de Nueva York donde también se presentaban Celia Cruz, Sandro y Manzanero. Fue una versión en ranchera muy linda y cuando se la escuché me emocionó mucho.
- De todas las versiones que ha escuchado, ¿cuál es la que lo satisface más?
- Yo creo que la de Valeria (Lynch), porque es muy bueno el arreglo musical. Algunos la encuentran gritona como cantante, pero a mí me gusta mucho. Después ella quería que le compusiera más canciones, pero no es algo que yo haga. No soy muy prolífico en ese sentido y me doy mi tiempo en la creación, por eso no podría tener la presión de componerle a alguien más.
- Desmenuzando la canción, ¿de qué estamos hablando musicalmente?
- Es una balada orquestada que tiene mucha influencia de los italianos. A mí me encantaban Gianni Morandi, Albano y todos esos cracks. Sacando a los Beatles, los italianos siempre la han llevado. Mira mis canciones "Te necesito", "Quiera Dios" o "Mentira" y verás cómo tienen mucho de la balada italiana. Por algo le llamó la atención a Iva Zanicchi, quien terminó grabándola. Hay gente que también dice que tengo mi lado rockero por "Tu cariño se me va", pero yo me siento más baladista.
- ¿La letra de "Mentira" está basada en un hecho real?
- No, para nada. Tal como dice su título, es una gran mentira (ríe). Es anecdótico lo que ocurrió ahí, porque la pregunta que siempre me hacen es: "¿Oye, cuánto te demorái en escribir una canción?". Eso no se sabe nunca. Ahí tienes el caso de "Balada de la tristeza", tenía como 14 años, no más edad, y me acuerdo del contexto de estar en una tarde de piscina con una chica. Entonces llegué a mi casa, tomé una guitarra bien rasca que tenía y la canté de arriba abajo, con letra y música. No tenía grabadora y fíjate que no se me olvidó nada. En cambio con "Mentira" estuve hueveando como un año y medio para sacarla. Los acordes primero y luego, la que era mi señora entonces, me dijo que la cortara, me trajo lápiz y cuaderno para que la escribiera de una buena vez. Hasta que por fin salió.
- En los años 60, principalmente, usted versionó hits del inglés al español con bastante éxito.
- Los sellos empujaban mucho para que vendieras discos. A Camilo Fernández, productor fallecido, le encantaba ese sistema y tenía por costumbre encargar revistas extranjeras que traían el ranking del Billboard. Entonces tomaba las que estaban número uno y, por ejemplo, me presentó la canción "Sunny", de Bobby Hebb, que me encantó. Acá yo le modifiqué la letra para que pegara en español y también le cambié en título a "Cielo" y anduvo muy bien. Claro que de repente Camilo me ofrecía otras que, por más que fueran los number one en Estados Unidos, no me gustaban para nada. Por esas cosas nos peleamos un rato hasta que llegamos al acuerdo de que como los discos de 45RPM tenían una canción por cada cara, un tema sería grabado a gusto de Camilo y la otra a gusto mía. Lo hice y justo la que yo elegí era "Espérame", que le fue increíble, mientras con la suya no pasó nada y ahí no me insistió más.
- ¿Qué compositor en español le provoca admiración?
- En Chile, los Klaun (Nano Prado y John Eliott); en Argentina, Alejandro Lerner, pero para mí el más grande es Camilo Sesto. Era completo, cantaba bien, componía, se metía en los arreglos, impresionante. Me tocó varias veces compartir escenario con él. Con Camilo y Leo Dan hicimos una gira muy linda por Ecuador en que llenamos las plazas de toros y los estadios. Tengo total admiración por su trabajo. Y ni siquiera te menciono el musical "Jesucristo Superestrella", cuya adaptación musical es extraordinaria.
- Se ha dicho que si usted hubiera nacido en un país con mayor desarrollo en la industria, como España o México, habría llevado su carrera a otro nivel. ¿Qué opina?
- Es muy probable. Mucha gente de la industria me dijo que si me hubiese promocionado mejor, yo habría estado un par de peldaños debajo de Camilo Sesto y Julio Iglesias o por ahí. Quizás cometí algunos errores estratégicos, como hacer la pega de hormiga. Yo me iba con mis cintas a Bolivia, me hacía de cierta fama y luego pasaba a otro país. Así me gané a los públicos de toda América del Sur y Centroamérica, pero faltaba el pez gordo: México. En eso estaba cuando se produjo el golpe de 1973, restringieron la entrada a ese país y era engorroso el proceso para conseguir la visa. Había que sacarla en Venezuela y no quise. Yo tenía en México a mi yunta, a Carlos Reinoso, famosísimo futbolista que me habría ayudado a abrir las puertas. Pienso que debí partir al revés, comenzar por México y de ahí difundir mi trabajo al resto de la región.
- ¿Tiene como una espina clavada?
- No, para nada. No me quejo de la carrera que he construido. En países como Ecuador, Perú y Bolivia soy muy reconocido. De hecho, he llegado a esos aeropuertos donde no me ubican por el nombre, pero les empiezo a tararear "si me vas abandonar…" y se acuerdan altiro.
- ¿Se siente una suerte de tesoro humano vivo de la música?
- Suena bonito eso. Mira, yo no soy para nada de homenajes, pero me han nombrado hijo ilustre, el alcalde de acá parece que quiere ponerle mi nombre a la calle y sí un sinfín de cosas de las que estoy muy agradecido. Pero el mayor premio es cuando de repente un flaco me para en la calle y me dice. "Gracias por tu música". Con eso ya me doy por pagado.
"A esa hora solo me encontré con Andrea Tessa, a quien hice escuchar la canción. Después de oírla me dijo: "¿De dónde sacaste esta huevada?", tal vez muy sorprendida con la calidad del tema".
"Para mí el más grande es Camilo Sesto. Era completo, cantaba bien, componía, se metía en los arreglos, impresionante".