El desafío que partió en un martes 13
El ingreso al Paso 2 de Valparaíso y Viña del Mar exige una conducta individual responsable en la lucha contra la pandemia. La amenaza del covid-19 sigue presente con nuevos fallecidos en la zona. Ataca con fuerza en muchos lugares del mundo y en regiones de nuestro país como Magallanes. Una nueva ola puede significar el retorno al encierro de nuestras ciudades.
Ayer, martes 13, mala fecha para algunos, se inició el gran desafío para Valparaíso y Viña del Mar: el fin del confinamiento tras largos cuatro meses. El término de esa etapa no puede significar desbande, descontrol o desborde. Por el contrario, este avance al Paso 2 en la lucha contra la pandemia debe estar marcado por el autocontrol.
Claro que hay una responsabilidad de parte de la autoridad sanitaria en cuanto a realizar más de 2 mil test PCR diarios, como lo recomienda el presidente regional del Colegio Médico, Luis Ignacio de la Torre, igual que aumentar la trazabilidad de cada caso. También está en el control de los desplazamientos interregionales que aumentaron el reciente fin de semana largo en que las barreras sanitarias fueron, nuevamente, tardías. Las próximas cifras de contagio podrán reflejar los efectos de ese reciente mayor movimiento.
Pero la gran responsabilidad está en el comportamiento individual de las personas evitando las aglomeraciones, usando mascarillas, manteniendo el distanciamiento social y lavándose con frecuencia las manos. Conductas básicas que deben ser rutina de la vida diaria.
La amenaza del covid-19 sigue presente con nuevos fallecidos en la zona. Ataca con fuerza en todo el mundo -gran aumento en Argentina y España- y en regiones de nuestro país como Magallanes. Una nueva ola puede significar para Valparaíso y Viña del Mar, casi 800 mil habitantes en total, el retorno al encierro, con un grave daño que va desde la salud mental hasta la economía.
Desde hoy puede abrir el comercio no esencial, castigado desde hace meses, lo que debería significar una recuperación del empleo y esperanza para la subsistencia, pese a que muchos han caído para siempre. No podrán atender público en forma presencial restaurante y lugares de expendio de comidas. Sin embargo, como algunos lo han estado haciendo, podrán mantenerse e incentivar ventas con reparto a domicilio, delivery, modalidad que puede ser salvadora.
La responsabilidad también refiere a reuniones sociales dentro de los horarios sin toque de queda, con un máximo de 20 personas en lugares abiertos y 10 en cerrados.
El desafío ante el riesgo está, justamente, en la concentración y cercanía con las personas, en el comercio, las calles y en el transporte público. También está en la reaparición con fuerza del comercio ambulante, que debe ser frenado desde un primer momento, pese a que muchas personas basan sus ingresos en esa actividad.
Este avance al Paso 2 es una etapa de prueba. El exitoso cumplimiento de las normas permitirá mayores avances ganando en seguridad sanitaria y en la recuperación de nuestra maltratada economía. Pero en esta nueva etapa el factor dominante es la responsabilidad individual, en una lucha donde nosotros mismos conformamos la primera línea.