16 años, 3 novelas escritas
"Desde que aprendí a escribir, nunca he dejado de crear historias", cuenta la joven viñamarina, cuya primera obra en librerías es de corte juvenil y tiene un título enigmático: "Serendipia antémica".
y una de ellas ya publicada
La imaginación es un recurso inagotable. Leer es la mejor forma de aprender a escribir. Hasta 2015 nadie sabía que yo escribía. En 2017 gané dos concursos, pero no me emociona la poesía. La literatura juvenil es la más universal de todas. Tengo 16 años y tres novelas escritas, empecé muy chica.
Son algunas de las categóricas declaraciones de Isabel Margarita Saieg Díaz en su podcast literario "Libreta juvenil", en las que despliega una visión de mundo forjada por múltiples lecturas que le permitieron publicar a esta edad una de sus obras inéditas, Serendipia antémica, gran parte de la cual la escribió el año pasado en Queensland, Autralia, durante una visita cultural que realizó en representación de su colegio, el St. Margaret's de Viña del Mar.
¿Por qué su primera novela -publicada por Editorial Forja- tiene un nombre tan poco común? De hecho la palabra antémico no aparece en el diccionario de la Academia de la Lengua Española. "Ver títulos con palabras cuyo significado no sé mientras vitrineo en librerías siempre me ha encantado. Por eso quise hacer lo mismo con mi novela", relata. De manera que cuando le preguntan qué significa, responde elusiva: "eso es parte de la trama". Dice que cualquier persona que la lea, después de familiarizarse con el nombre, "será capaz de entender por qué elegí esa frase como título a pesar de ser tan complicada".
Una novela muy emocional
"Serendipia Antémica es la segunda novela que escribo y la primera que publico. Narra la historia de cuatro adolescentes que, por diversos motivos, se ven aprisionados por los fantasmas de su pasado. Algunos intentan volver a lo que fueron, otros intentan escapar de lo que son, con la intención de lograr que todo funcione de manera perfecta. El destino los une y comienzan un viaje de autodescubrimiento, conociéndose entre ellos, forjando amistades y encontrando el amor", detalla.
La define como "una novela muy emocional", donde se tocan temas como el abuso psicológico en relaciones entre un mayor y una menor de edad, consumo de alcohol y drogas durante la adolescencia, traumas infantiles y problemas intrafamiliares; pero también otros menos oscuros, como la esperanza en el amor, la amistad, la pasión por el arte, la música y la poesía, entre varios otros.
"No creé personajes perfectos", aclara. "Al contrario, los protagonistas cometen muchísimos errores, y eso es lo mejor de todo. Representan tanto las buenas experiencias que la adolescencia puede traer consigo, como los peligros a los que uno se puede exponer. Es bastante realista y un tanto onírica, pues la forma en la que está narrada embellece y poetiza la verdadera historia".
Sumida en el universo literario
Isabel Margarita comenzó a escribir a los 5 años y su primer intento de novela fue a los 9. La literatura es su ambiente más cotidiano, el mundo donde se mueve con máxima soltura.
"Me encuentro completamente absorbida por la literatura, en la mejor manera posible. He estado sumida en el universo literario toda la vida. Aprendí a leer a los dos años y siempre me gustaron los cuentos. Desde que aprendí a escribir, nunca he dejado de crear historias y materializarlas en papel. De hecho, estoy escribiendo mentalmente todo el tiempo; formando oraciones, creando personajes, aunque termino olvidando una parte importante de ellos porque me es imposible anotar todas mis ideas", cuenta.
Pero no es una vocación que la esclavice y tiene las actividades propias de una joven de su edad: estudios, deporte y amistad. Dice que antes de la pandemia, salía las noches de los fines de semanas, "pero eso no interfería con mi quehacer literario. Al contrario, diría que las experiencias que he vivido hasta ahora me han ayudado a que mis historias sean más completas y viceversa".
Lo que lee y escribe la ha ayudado "a sobrellevar situaciones del día a día, los problemas y dramas en los que siempre nos vemos metidos", y la ha hecho disfrutar su adolescencia "y aprovecharla de una forma que solo un artista podría comprender".
Confinamiento y producción literaria
A diferencia de lo que le ha ocurrido a muchas personas, el encierro impuesto por la pandemia no perjudicó en su actividad literaria a esta autora capaz de releer una y otra vez Una habitación propia de Virginia Woolf; El cuervo y Corazón delator, de Edgar Allan Poe.
El confinamiento, remarca, le ha traído muchas cosas buenas, empezando por la publicación de Serendipia Antémica. Además inició "Libreta Juvenil", que aparte de encontrarse en Spotify, entre otras plataformas, es transmitido por la radio online Tarea Compartida dos veces a la semana.
Su producción literaria se vio beneficiada incluso porque antes de la pandemia, además de escribir y leer, entrenaba atletismo varias veces a la semana y también salía mucho con sus amigos, "por lo que, al ser privada de estas actividades, mi enfoque literario se volvió mucho mayor. Suelo demorar 9 meses aproximadamente en terminar el primer borrador de una novela, pero la que estuve escribiendo durante el confinamiento demoró solo 6. Ahora estoy editándola para poder empezar a moverla e intentar publicarla a en uno o dos meses más".
Sus proyecciones son ambiciosas. "Sé que quiero seguir escribiendo toda la vida, sé que quiero dedicarme a las artes y la cultura, sé que quiero recorrer el mundo y que quiero leer, estudiar, salir, vivir y conocer lo más posible". Egresa en 2022, quiere irse a vivir a Europa para estudiar Literatura y ya tiene en mente la carrera de Análisis Literario y Cultural en la Universidad de Ámsterdam.
Aplicada y amante del conocimiento, se visualiza en 10 años más, a los 26, "con una pasión igual o más grande que la que siento ahora, escribiendo constantemente, con varios libros publicados y conociendo el mundo y su cultura en todas sus formas."2
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercuriovalpo.cl