Cartas
Convención Constitucional I
Por lo visto, todo aquel que tiene cierto número de seguidores en una red social quiere postular a convencional. Como todo en la vida, esto tiene elementos positivos y otros negativos. Resulta positivo ver que este proceso genere un despertar democrático que motive a todo hijo de vecino con mediana popularidad a participar como candidato para las elecciones del 11 de abril de 2021.
Con todo, escribir una nueva Constitución es cosa seria, necesitamos convencionales capacitados, capaces de redactar una Carta Fundamental. De lo contrario, el proceso constitucional será capturado por un grupo de expertos que desde "la cocina" tendrán que suplir el déficit de conocimiento que presenten los convencionales faranduleros.
En último término, los electores tendremos la palabra final el 11 de abril y dependerá de nosotros elegir representantes adecuados para este proceso tan fundamental.
Juan L. Lagos Fundación para el Progreso
Convención Constitucional II
Un chileno o chilena independiente, sin recursos para hacer campaña y además desconocidos, pero que quieran estar en la Convención Constitucional deberán sortear varias barreras de entrada. Deberán competir contra partidos que apoyan financieramente las campañas de sus candidatos y movilizan sus estructuras en favor de ello. Además, deberán competir con personajes de la farándula, por ejemplo, que ya son conocidos y que accederán fácilmente a cupos para ser candidatos. O deberán, eventualmente, cumplir con algún requisito para acceder a escaños reservados que probablemente ya ciertos grupos de interés tendrán asegurados y asignados entre sus miembros.
Considerando las enormes barreras mencionadas antes y que se espera que la Convención Constitucional se conforme mayormente de ciudadanos independientes, quizás sería bueno recordar que, como decía Montesquieu, "el sorteo es una manera de elegir que no ofende a nadie; le deja a todo ciudadano la esperanza legítima de servir a su patria".
Jorge Gómez Arismendi
Convención Constitucional III
Todos quieren estar la Convención Constitucional. Lo único que pido es que esta instancia clave para el país esté conformada por los mejores, por quienes tienen vastos conocimientos para redactar una nueva Constitución. No hay espacio para la ignorancia, para los populistas, para rostros sin contenido. Por favor, no repitamos lo que vemos en el actual Congreso, con parlamentarios vociferantes que hacen de la política un espectáculo mediocre y lastimoso.
Hernán López
Proyecto I
Respecto de la carta de don Agustín Squella Narducci, publicada el día viernes 30 de octubre, en la que afirma que el Gobierno presentó un proyecto de reforma constitucional para permitir que aquellos alcaldes que no puedan repostular, sí puedan hacerlo a otros cargos de representación popular, quiero aclarar que dicha iniciativa fue presentada por un grupo de diputados (RN y DC) y no por el Gobierno. Esto solo con el objeto de clarificar las actuaciones de uno u otro poder del Estado.
Independiente de la consideración anterior, creo que hay alcaldes que, por su experiencia y proximidad a los ciudadanos, podrían ser un buen aporte en la composición del nuevo Congreso Nacional y nadie mejor que los electores para decidir su eventual elección.
Nibaldo Morales Marín
Proyecto II
Parece que los políticos, los partidos, el Gobierno, no desean "escuchar y entender" el mensaje que da el resultado del plebiscito constituyente. La gente les ha dicho: "No más políticos tradicionales, no más de los mismos partidos, no más corrupción, no más defensas de privilegios corporativos, no más polarización ideológica, no más "izquierdas ni derechas, ni los partidos con esas posturas cambiando de nombre como lo pretende hacer el diputado Marcelo Díaz".
Se necesita una renovación de la institucionalidad chilena que llegue a legitimarla en el tiempo, lo que implica generar una cultura diferente. Sin embargo, el Gobierno insiste en patrocinar un proyecto de ley que pretende quitar las inhabilidades que tienen políticos con diversos cargos, a fin de que se eternicen en el poder.
La gente desea un país que apunte a un gran acuerdo nacional con gente diferente; un país con un sistema socioeconómico que apunte al bien común, donde todos estemos incluidos, un cambio de cultura que promueva la honestidad, la ética, el esfuerzo, la capacitación y el estudio, la no discriminación, el respeto a la diversidad, a los DD.HH. de quienes hacen manifestaciones pacíficas y a castigos severos a la delincuencia; respeto por parte de cada uno de nosotros en asumir sus responsabilidades ciudadanas, con una renovación de quienes gobiernan, sin privilegios por origen de familia o por pitutos.
Nathan Novik
Chile, nuestra casa común
El poder trasformador de las sociedades humanas ha impactado el ambiente en que vivimos, llegando a modificar el clima global del planeta, nuestra casa común. El momento constituyente que vivimos en Chile es una oportunidad para enfrentar este problema, incluyendo en la nueva Carta Magna principios socio-ecológicos que nos ayuden a salir de la tragedia de la sobreexplotación y agotamiento de los recursos naturales.
Un fuerte sentido de pertenencia hacia una localidad, paisaje o territorio, expresiones de nuestra casa común, ayuda a pavimentar el camino hacia la sostenibilidad. Grupos con fuerte sentido de pertenencia son capaces de priorizar soluciones a largo plazo por sobre los beneficios a corto plazo, fortaleciendo el compromiso colectivo. Los modelos de uso colaborativo y autogobierno comunal de un recurso pueden promover la equidad en el acceso, el control democrático y un mayor cuidado de los recursos compartidos.
Esto requiere que se reconozca el derecho a la autoorganización, a gestionar recursos, negociar consensos sobre los objetivos de sostenibilidad y la flexibilidad para renegociar estos objetivos.
La comprensión que tengamos hoy sobre los bienes comunes y sus formas de derechos de propiedad será crítica para una transformación sostenible, ya que estas definiciones se relacionan estrechamente con los conceptos que manejemos sobre el Estado, el mercado y las relaciones de poder y posesión.
La construcción de una nueva Constitución será un espacio de democracia deliberativa para plantearnos estas preguntas y buscar soluciones en común.
Nelson A. Lagos & Rodrigo Estévez Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático (CiiCC), Universidad Santo Tomás