"Quiero representar a una derecha que no sea acomplejada, que defienda las virtudes del modelo"
El abogado Ruggero Cozzi también está en campaña para llegar a la Convención Constitucional, representando al Distrito 7. Militante de Renovación Nacional (RN), fue presidente del Centro de Alumnos de Derecho de la Universidad Católica de Chile en 2009. En 2010, desde el movimiento Solidaridad UC, compitió con Giorgio Jackson por la presidencia de la FEUC, por lo que asegura representar a una generación que quiere disputar la calle y el debate de ideas a la nueva izquierda.
"De algún modo la gente está pidiendo rostros nuevos en política y yo quiero representar a una derecha que no sea acomplejada, que sea capaz de defender las virtudes del actual modelo de desarrollo, pero que no le tenga miedo a hablar de solidaridad, de derechos sociales, protección del medio ambiente, de un respeto irrestricto a los Derechos Humanos", manifestó el profesional que integra el Instituto Libertad.
- ¿Cuáles serían sus principales lineamientos que presentaría en la Convención de resultar electo?
- Mi gran compromiso va a ser que se garantice, en la nueva Constitución, el derecho a vivir sin miedo. Cuando uno recorre los cerros de Valparaíso, se da una vuelta por los distintos barrios de Viña del Mar, como lo he hecho en las últimas semanas, el diagnóstico es siempre el mismo. Las personas viven encerradas en las casas, acorraladas por la delincuencia, el narcotráfico, el alcoholismo y por un entorno que en definitiva no les permite ser libres y vivir con tranquilidad. Esto es muy dramático y ha estado en los últimos años siempre en las principales prioridades de la gente, seguridad y combate a la delincuencia. Desde la nueva Constitución podemos colaborar en todo sentido, por un lado estableciendo las bases de instituciones fuertes, modernas, efectivas en asegurar la seguridad y este derecho a vivir sin miedo de la gente (...) Por otro lado, me parece que debemos enfrentar un debate que se ha querido eludir por la nueva izquierda, que es un rechazo claro y concreto a la violencia política.
- Respecto de otras demandas surgidas a nivel país, como educación, salud, pensiones, descentralización, ¿cuál es su postura?
- Me parece que los derechos sociales forman parte también de los derechos que tienen que estar garantizados en toda Constitución. De la dignidad humana emanan distintos derechos y libertades, libertades políticas y derechos sociales. Al final del día tenemos que asegurar que todos los ciudadanos tengan un piso mínimo para enfrentar contingencias como enfermedades o la vejez, por eso es relevante el tema de la salud y las pensiones. Sin embargo, tengo una diferencia con la nueva izquierda, me parece que garantizar estos derechos, incorporándolos en un catálogo en la nueva Constitución, no es suficiente; lo que tenemos que pensar es cómo a través del Estado y del mercado vamos materializando progresivamente una pensión y una salud digna.
- ¿Cómo se ve el proceso constituyente en Chile Vamos, teniendo en cuenta que la mayoría de sus militantes apoyó la opción Rechazo?
- Creo que la nueva Constitución tiene que ser la Constitución de las personas que votaron Apruebo, Rechazo o que no fueron a votar en el plebiscito de octubre. En ese sentido, creo que hay que dar vuelta la página y concentrarnos en los debates de las ideas y del contenido de esta nueva Constitución.
- ¿Cómo cree que será la discusión y el trabajo de la Convención, viendo el panorama político que hoy por hoy existe en el país, sobre todo por lo que planteó el Partido Comunista de que el proceso debe ir acompañado de "la movilización de masas"?
- El panorama, sin duda, es preocupante. La nueva izquierda dice ser la renovación de su sector, y aquí estoy pensando en el Frente Amplio; sin embargo, en los hechos, en la realidad, lo único que han traído ha sido polarización, extremismo en las ideas y posiciones y una pésima gestión en los lugares donde han tenido que administrar municipios, y estoy pensando concretamente en la alcaldía de Sharp en Valparaíso.
- ¿Cree que pueden prevalecer tendencias que apuntan a grandes transformaciones o aquellas que solo buscan cambios moderados?
- Creo que habrán transformaciones, porque aquí tenemos que responder a este llamado que se hizo en el plebiscito de octubre. En definitiva, aquí hay profundo malestar con el mercado como con el Estado. Las personas, de algún modo, se aburrieron de la colusión entre empresas, la mala atención a los consumidores; pero también y sobre todo en los sectores más vulnerables, que dependen de los sectores públicos, se han aburrido de la mala calidad, de las listas de espera en los consultorios, de un Estado que no está, que es deficiente y que no está respondiendo oportunamente a las necesidades de los chilenos y chilenas. Entonces, yo creo que sí va a haber una gran transformación y sobre todo en lo que dice relación con la transformación del Estado, porque si queremos que garantice mayores derechos sociales, vamos a tener que entrar a modificar varios aspectos que hoy la discusión política no permite, como por ejemplo una carrera de funcionarios públicos que sea realmente meritocrática, donde haya evaluaciones y a los malos funcionarios públicos se les califica mal y se les pueda remover con mayor libertad.
- ¿Es posible llegar a un consenso para la Carta Fundamental si el ánimo de la clase política y de la calle cada vez es más exaltado, a juicio de ciertas personas?
- Aquí tenemos que abocarnos a tratar de generar condiciones de mayor diálogo y generar consensos transversales, en aquellos sectores que están disponibles para el diálogo. Honestamente creo que el FA y el PC se van a seguir restando de estas conversaciones, el PC no estuvo en el Acuerdo por la Paz y una nueva Constitución y, probablemente, va a estar torpedeando constantemente este proceso, como ya lo intentó también la diputada Camila Vallejo con esta modificación al quórum de los acuerdos en la nueva Constitución. Para mí, eso no es sorprendente, pero creo que hay una responsabilidad en los sectores moderados de la derecha y la centroizquierda, de sentarnos a conversar y pensar en un acuerdo que permita la convivencia de Chile en las próximas décadas y que también permita que, independiente de las mayorías contingentes, esta nueva Constitución no tenga un solo color político, sino que sea verdaderamente la Constitución de todos los chilenos.
"La nueva Constitución tiene que ser la Constitución de las personas que votaron Apruebo, Rechazo o que no fueron a votar en el plebiscito de octubre".
"La nueva izquierda dice ser la renovación de su sector, (...) sin embargo, en los hechos, en la realidad, lo único que han traído ha sido polarización, extremismo en las ideas".