Los coletazos del fin de semana se dejaron caer con un nuevo gaffe del Presidente Sebastián Piñera, al pasearse sin mascarilla y fotografiarse con gente en la playa de Cachagua, sólo dos días antes de que se anunciara el complejo retroceso a fase 2 para toda la Región Metropolitana. Denuncias y presiones de por medio -entre las primeras, la del ambientalista Luis Mariano Rendón; entre las segundas, las del diputado Andrés Celis y el ministro Enrique Paris -, el Mandatario se vio obligado a autodenunciarse por el hecho. Simultáneamente, casi tres mil personas no respetaban las recomendaciones sanitarias y llegaban al Santuario de Lo Vásquez, en Casablanca, para la celebración de la Inmaculada Concepción de la Virgen.

Sólo horas antes, un temblor de 4,3 grados en la zona central habría causado la rotura de un colector que une Quilpué con Viña, registrándose una descarga de desechos orgánicos en la Playa Casino, lo que gatilló la inmediata reacción de Esval, la Armada y la Seremi de Salud. Si de señales se trata, el accidente no presagiaba nada bueno.

Entonces fue que sobrevino la decisión del Gobierno de dar marcha atrás en el plan "Paso a paso" en la capital, lo que provocó una avalancha de cancelaciones de reservas, los más sentidos lamentos de los gremios vinculados al turismo e incluso la posible suspensión de los Fuegos Artificiales de Año Nuevo anunciada por el intendente, lo que vendría siendo algo así como la última palada de tierra a un sector que -por lejos- ha tenido el año más difícil de su historia. El viernes cerró el mítico restaurante "Hamburg", famoso por sus crudos, arenques y schops.

En lo político, el Tribunal Electoral Regional (TER) acogió las quejas de la candidata de Evópoli, María de los Ángeles de La Paz, respecto de ciertas inconsistencias en mesas que le dieron la victoria por solo 31 votos al UDI Carlos Bannen en la última primaria legal de Chile Vamos para la alcaldía porteña.

El eterno Agustín Squella anunció finalmente su decisión de ir como candidato a la Convención Constituyente, en cupo del Partido Liberal, pero manteniendo su independencia. En la vereda próxima, la Unidad Constituyente ha tenido más problemas de los esperados para armar su primaria convencional del 20 de diciembre, con la bajada, sin mucha explicación, de uno de los candidatos (el PPD Mancilla) y la negativa de otro (Jaime Morales, Ciudadanos) a siquiera posar para una foto con el DC Marcelo Barraza, el PS Patricio Rozas y la PR, Priscilla Fleming.

Donde nada termina de cuajar pareciera ser en la centroderecha, que no consiguió acuerdos transversales en Viña del Mar, Quillota y San Antonio. En la primera ciudad, Andrea Molina se tardó diez días en conseguir la fidelidad de RN. La de Evópoli aún es una incógnita, que insiste con su candidato Georg Hübner. En Concón, por su parte, ya nadie entiende nada. Primero, suman a Jorge Valdovinos (PRI), para luego tirarle la cadena. Cuando éste gana, se anuncian nuevos candidatos, entre ellos el funcionario Pablo Rojas, el director del Fosis, Luis Rivera, y (así entre nosotros, no le vayan a contar a nadie) la posibilidad de que el empresario Ricardo Urenda descarte su candidatura a gobernador regional en favor de Manuel Millones y vuelva a la carga por el sillón de calle Santa Laura.

El 2020 ya pasó a la historia de las instituciones, de las sociedades y del mundo entero. Se trata de un tiempo excepcionalísimo que ha impactado en una multiplicidad de aspectos. Ha sido un año de extraordinaria complejidad que ha demandado y puesto a prueba capacidades de adaptación, innovación, organización, comprensión, solidaridad y sentido de comunidad. La pandemia llegó a Chile sin que ninguno de nosotros tuviera experiencia comparable y con conocimientos muy limitados.

Sin embargo, las universidades adoptaron medidas extraordinarias desde el comienzo de marzo: declararon la suspensión de todas sus actividades presenciales para evitar contagios y levantaron planes de contingencia determinando el cambio de modalidad desde presencial a virtual. La tarea no era fácil porque muchos/as estudiantes carecían de equipos y conectividad, y otros/as vivían fuera de la región o en zonas aisladas. Ello significó el envío de materiales a los domicilios y sistemas virtuales remotos diferidos.

Esta adaptación conllevó la instalación de un sistema de perfeccionamiento para académicos/as y estudiantes que permitiera entregar contenidos y generar competencias con la máxima calidad, y fue necesario diferir prácticas, así como usar sistemas de realidad virtual.

Por ello, es preciso agradecer el compromiso de los/as académicos/as, de quienes -en su mayoría- optaron por continuar estudiando y de nuestros/as funcionarios/as que asumieron el teletrabajo como nueva forma de continuar con sus desempeños.

En materia de salud, la Universidad de Playa Ancha, comprometida con la sociedad, rápidamente puso a disposición equipamiento y especialistas para integrar la red de laboratorios universitarios para realizar exámenes de covid-19, transformándose en laboratorio de referencia para la región con robots proporcionados por Sofofa para aumentar la cantidad de exámenes diarios. A ello se suma lo realizado por el Laboratorio de Análisis de la Facultad de Salud, en convenio con el IST.

Este año ha sido muy difícil para las universidades regionales como la UPLA, que han sufrido severos impactos por la pandemia. En un año de altas exigencias económicas y disminución de ingresos por menor matrícula, retiro de estudiantes y mayores gastos, el proyecto de presupuesto 2021 produjo consternación, en especial por las rebajas en educación superior en ciencia, tecnología y cultura. Sin embargo, el trabajo de los referentes universitarios (CRUCh, CUECh, AUR y G9), los diálogos con el Gobierno y el apoyo del Congreso permitió que, en general, al menos se repusieran los recursos asignados a estas partidas en 2020.

La UPLA ha seguido trabajando todo el año y ha realizado importantes aportes al desarrollo del territorio. Creó tres nuevas carreras, todas con el sello institucional: Derecho, Ingeniería Civil Informática e Ingeniería Comercial, y organizó charlas, seminarios, estudios de género, programas de cuidados para prevenir el covid-19 y eventos de carácter internacional, como un reciente conversatorio con el jurista Baltasar Garzón.

A pesar de las dificultades, las universidades regionales y la Universidad de Playa Ancha avanzan guiadas por su compromiso con la sociedad y con la convicción de su comunidad respecto del rol público que deben asumir en la sociedad.

El 2020 ya pasó a la historia de las instituciones, de las sociedades y del mundo entero. Se trata de un tiempo excepcionalísimo que ha impactado en una multiplicidad de aspectos. Ha sido un año de extraordinaria complejidad que ha demandado y puesto a prueba capacidades de adaptación, innovación, organización, comprensión, solidaridad y sentido de comunidad. La pandemia llegó a Chile sin que ninguno de nosotros tuviera experiencia comparable y con conocimientos muy limitados.

Sin embargo, las universidades adoptaron medidas extraordinarias desde el comienzo de marzo: declararon la suspensión de todas sus actividades presenciales para evitar contagios y levantaron planes de contingencia determinando el cambio de modalidad desde presencial a virtual. La tarea no era fácil porque muchos/as estudiantes carecían de equipos y conectividad, y otros/as vivían fuera de la región o en zonas aisladas. Ello significó el envío de materiales a los domicilios y sistemas virtuales remotos diferidos.

Esta adaptación conllevó la instalación de un sistema de perfeccionamiento para académicos/as y estudiantes que permitiera entregar contenidos y generar competencias con la máxima calidad, y fue necesario diferir prácticas, así como usar sistemas de realidad virtual.

Por ello, es preciso agradecer el compromiso de los/as académicos/as, de quienes -en su mayoría- optaron por continuar estudiando y de nuestros/as funcionarios/as que asumieron el teletrabajo como nueva forma de continuar con sus desempeños.

En materia de salud, la Universidad de Playa Ancha, comprometida con la sociedad, rápidamente puso a disposición equipamiento y especialistas para integrar la red de laboratorios universitarios para realizar exámenes de covid-19, transformándose en laboratorio de referencia para la región con robots proporcionados por Sofofa para aumentar la cantidad de exámenes diarios. A ello se suma lo realizado por el Laboratorio de Análisis de la Facultad de Salud, en convenio con el IST.

Este año ha sido muy difícil para las universidades regionales como la UPLA, que han sufrido severos impactos por la pandemia. En un año de altas exigencias económicas y disminución de ingresos por menor matrícula, retiro de estudiantes y mayores gastos, el proyecto de presupuesto 2021 produjo consternación, en especial por las rebajas en educación superior en ciencia, tecnología y cultura. Sin embargo, el trabajo de los referentes universitarios (CRUCh, CUECh, AUR y G9), los diálogos con el Gobierno y el apoyo del Congreso permitió que, en general, al menos se repusieran los recursos asignados a estas partidas en 2020.

La UPLA ha seguido trabajando todo el año y ha realizado importantes aportes al desarrollo del territorio. Creó tres nuevas carreras, todas con el sello institucional: Derecho, Ingeniería Civil Informática e Ingeniería Comercial, y organizó charlas, seminarios, estudios de género, programas de cuidados para prevenir el covid-19 y eventos de carácter internacional, como un reciente conversatorio con el jurista Baltasar Garzón.

A pesar de las dificultades, las universidades regionales y la Universidad de Playa Ancha avanzan guiadas por su compromiso con la sociedad y con la convicción de su comunidad respecto del rol público que deben asumir en la sociedad.

El miércoles 9 de diciembre, el presidente del Banco Central de Chile, Mario Marcel, hizo la presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM), correspondiente al mes de diciembre, ante la Comisión de Hacienda del Senado de la República, el cual, como todos los IPoM entregados durante 2020, ha tenido como elemento central del escenario económico local e internacional la evolución de la pandemia del Covid-19 y sus efectos en la movilidad de las personas y en el funcionamiento de la economía global y local.

La magnitud de la crisis y los impactos de ella, en términos de masividad y simultaneidad, han sido de dimensiones no conocidas recientemente en la historia económica. En el caso de nuestro país, es importante recordar que entre marzo y mayo la actividad económica tuvo una abrupta y significativa caída que implicó registros en términos de pérdidas de empleos, ingresos y cierres de empresas que no se habían dado desde hace varias décadas. Con posterioridad, derivados de menores tasas de contagios y consecuentemente un mejoramiento de la movilidad de las personas, unido a un impulso activo de la política monetaria y fiscal, se fueron minimizando o morigerando los enormes impactos de la pandemia en las personas, en los hogares y en las empresas.

Este IPoM reduce las proyecciones que se habían estimado en el IPoM de septiembre. Solo para ilustrar algunos indicadores duros, la caída del PIB estará entre -5,75% y -6,25%, la demanda interna caerá un 9,1% y la inversión o formación bruta de capital fijo disminuirá en un 13%. Si bien en el último trimestre se ha observado un aumento de la movilidad de las personas y la reapertura de varias actividades económicas, no hay que olvidar que las restricciones sanitarias aún persisten, como lo acaba de evidenciar la Región Metropolitana con el retroceso a la fase 2 y sus efectos en una recuperación más lenta en sectores como la construcción, el comercio, el turismo y los servicios. El IPoM de diciembre mejora las proyecciones de recuperación para el 2021 y eleva la tasa de crecimiento del PIB a niveles positivos entre 5,5% y 6,5%, como asimismo un mejoramiento en el comportamiento del gasto del PIB en consumo, inversión y exportaciones netas. No obstante, las mejores proyecciones para los próximos dos años no nos deben obnubilar. El país transita por un escenario complejo, donde la recuperación económica enfrenta los desafíos de la evolución de la pandemia y fundamentalmente las expectativas relacionadas con el desarrollo y la distribución de las vacunas, como asimismo las incertidumbres derivadas de la crisis social y política que vivimos desde hace un poco más de un año.

Finalmente, la pandemia ha traído impactos territoriales y sectoriales dispares en la recuperación económica, lo cual conlleva enormes desafíos para la recuperación económica. Por ejemplo, nuestra Región de Valparaíso registrará por tercer año consecutivo una caída de su PIB regionalizado y, por ende, estamos técnicamente en recesión. En términos de inversión proyectada para los años 2020-2024, la Corporación de Bienes de Capital registra al tercer trimestre del año proyectos -públicos y privados- por un monto de 1.305 millones de dólares, equivalente al 2,1% del total nacional, cifra significativamente muy baja si la comparamos con la participación regional del 7,8% en el PIB nacional durante el 2019. Y en términos de empleos, nuestra región ha perdido en el último año 178 mil ocupaciones, alcanzando una tasa de desempleo del 12,9%, una de las más altas del país.