Fact checking: investigar y dar a conocer la verdad
En una época donde la desinformación abunda en las redes sociales, Tomás Martínez y su equipo se dedican a verificar la veracidad de ciertos acontecimientos. "Pueden ser un arma de doble filo" sostiene sobre las RRSS, probablemente, la mayor fuente de noticias falsas.
El fenómeno de las noticias falsas -fake news- no es nuevo en el país ni en el mundo. El término que se hizo popular durante la primera campaña presidencial y el gobierno del mandatario estadounidense Donald Trump, en el contexto de la seguidilla de críticas y cuestionamientos que enfrentó tanto en su carrera a la Casa Blanca como en su administración, a pesar de no ser nuevo fue multiplicándose alrededor del globo y se ha sido utilizado en un sinnúmero de oportunidades, la mayoría de las veces con un foco político e involucrando a una serie de autoridades.
En el caso de Chile, recordado es el episodio de falsas acusaciones de maltrato intrafamiliar que pesaron sobre el diputado y excandidato a presidir la Cámara Baja, Gabriel Silber (DC), por parte de un colaborador del parlamentario René Alinco, razón por lo que desistió de sus pretensiones y dio inicio a una denuncia en tribunales donde se acreditó la falsedad de la acusación. El único indagado hizo pública una carta de disculpas pero el efecto de la imputación fue devastador para Silber.
De todas formas, quizás el momento en que más proliferó este tipo de informaciones fue en el estallido social, donde rápidamente se viralizaban por redes sociales imágenes, fotografías y videos que acusaban montajes o, en su defecto, un actuar por lo menos cuestionable de las fuerzas policiales y armadas. En este contexto de sobre información, nació en noviembre del año pasado Mala Espina Chek, proyecto fundado por el periodista Tomás Martínez del Río y que tiene por objetivo "ser un aporte a la ciudadanía chilena para luchar contra la desinformación, que aumentó desde el inicio de la crisis".
"Partí solo los primeros cuatro meses y después fueron llegando colaboradores, que son periodistas recién egresados y algunos estudiantes, y después fue girando a otros temas que generan desinformación. (…) Luego, por la contingencia, el chequeo de información fue girando al tema del plebiscito. La forma la revisar y elegir temas, es por varias vías: una es lo que nos llega por redes sociales o a nuestro Whatsapp; y otra es la que nosotros podemos detectar en estas mismas redes, y ahí la idea es desmentir las cosas que estén más viralizadas, cosa de frenar la desinformación que tiene mucha difusión en Internet", explica el comunicador.
El peligro de las rrss
Martínez explica que el fenómeno de las noticias falsas se arrastra desde hace siglos, sólo que gracias a la masificación de las RRSS se ha extendido. Este medio ha cobrado mucha más fuerza y es posible que el contenido que se publica tenga una capacidad mucho mayor para llegar a una audiencia más grande.
"Creo que puede ser un arma de doble filo. A los medios pequeños como el nuestro, las RRSS nos sirven harto para difundir nuestro contenido. Sin embargo, a la gente que se dedica a desinformar también le acomoda mucho el tema de las RRSS, sobre todo aquellas más abiertas, donde hay personajes más bien incógnitos, como cuentas anónimas en Twitter que viralizan sus contenidos, a diferencia de Whatsapp, que es una red más privada, donde tiene contactos más cerrados", subraya el periodista, agregando que estas plataformas "alimentan mucho el tema de la desinformación.
El profesional advierte sobre el efecto que tienen las fake news en un ambiente política y socialmente tan complejo como el que se viene experimentando desde el estallido social: "Tiene un impacto bien fuerte, principalmente en las emociones que puede provocar en la gente, que por lo general las desinformaciones o mal llamadas noticias falsas, generan emociones muy fuertes en la gente".
"Por ejemplo -continúa-, en el peak de casos de coronavirus, se dijo que iba a haber una hibernación en la Región Metropolitana, lo que era falso y eso llevó a lo mejor a que mucha gente fuera a abastecerse de manera urgente a supermercados. Entonces, cuando influye en las decisiones a tomar, ya sea sobre elecciones o decisiones de abastecerse porque se va a cerrar la ciudad, va generando cierta confusión y alimenta un poco de pánico de la ciudadanía".
De todas formas, el fundador de Mala Espina Check es cauto al momento de cargar responsabilidades en cuanto a la intencionalidad que hay detrás de la publicación de información o imágenes cuestionables. "Creo que en algunos casos, evidentemente, hay mala intención; en otros, sin embargo, puede haber ingenuidad, ignorancia o falta de educación sobre la información", sostiene.
Por lo mismo, señala que "el llamado que siempre hacemos es pensarlo dos veces antes de compartir la información que te está llegando si es que esta te genera dudas, y hacer el ejercicio de verificar. Hay fórmulas en Internet que son de fácil acceso y gratuitas para que la misma persona que está frente a una posible noticia o imagen falsa, la pueda corroborar, como la búsqueda inversa de imágenes en distintos sitios para determinar si una foto fue sacada de contexto o fue manipulada, por ejemplo".
Reconocimiento en pandemia
De todas formas, Martínez afirma que la mala intención detrás de las publicaciones en RRSS es un fenómeno que vieron bastante en los acontecimientos más importantes del último año: estallido social y coronavirus. "En el caso de este último, se aplica como un concepto ancla el tema de las desinformaciones, que es el peligro que le puede generar a la gente en su bienestar médico: cuando te dicen estas soluciones o recetas mágicas que te van curar el coronavirus, que algunas pueden ser para la risa, pero otras pueden ser sumamente peligrosas para la salud. Creo que ahí se ve harto el tema de la desinformación", indica.
La información que gira en torno a la pandemia, por cierto, ha sido un tema al cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) le ha prestado atención casi al inicio de la crisis del coronavirus. El secretario general de la entidad sanitaria, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un artículo publicado en febrero en el sitio web del diario español El País, ya advertía de esta situación, definiéndola como infodemia (epidemia de la información), asegurando que "está obstaculizando las medidas de contención del brote, propagando pánico y confusión de forma innecesaria y generando división en un momento en el que necesitamos ser solidarios y colaborar para salvar vidas y para poner fin a esta crisis sanitaria".
Respecto de esta situación, Tomás Martínez apunta que "se leía muchísima información y como venía diciendo, muchas de estas eran como recetas o soluciones mágicas que, incluso, eran sumamente peligrosas para la salud de las personas. Un ejemplo es decir que tomar cloro te podía curar el coronavirus u otras más absurdas, como hacer gárgaras con agua y sal para aliviarte o evitar la enfermedad. Cosas así se fueron multiplicando y repitiendo muchísimo, sino también en varios países más en medio de la pandemia".
Cabe destacar que producto del trabajo que realizan Martínez y su equipo, fueron invitados a sumarse a la iniciativa LatamChequea, la cual reúne a 30 organizaciones de fact checking de América Latina, España y Portugal, donde su principal trabajo era "combatir la desinformación del coronavirus". 2
Nicolás Reyes Acevedo
reportajes@mercuriovalpo.cl
periodista explica que los fenómenos a los cuales más tiempo le han dedicado en el proyecto, son el estallido y la pandemia.