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El deseo de cambio en la sociedad chilena es ampliamente distribuido y casi consensual. No hay elecciones o plebiscitos en países democráticos que se ganen por el 80%. Eso habla del nivel de consenso en la ciudadanía y también del diagnóstico compartido de que la Constitución es parte del problema".
Adiós a la cuestionada psu
- La última PSU fue muy traumática para estudiantes, padres y autoridades universitarias ¿La Prueba de Transición (PDT) tiene un efecto pacificador de los ánimos?
- Es la expectativa que tenemos todos. Esperamos que los hechos lamentables que tuvimos que presenciar el año pasado no se repitan. Esta prueba incorpora algunas correcciones, pero no son definitivas. El problema de fondo no es la prueba, sino que nuestro sistema de educación es de los más segregadores del mundo, donde los aprendizajes en los distintos niveles no son los esperados. Y de alguna forma, los test o pruebas que se aplican son un reflejo de esa realidad que se produce a lo largo de la trayectoria educacional de los alumnos. Por eso, como universidad, hemos incorporado factores de corrección, como la valoración de notas y ranking, que son mejores predictores de comportamiento en la educación superior, y tienden a corregir la desigualdad que produce el sistema. Me parece también que una nueva prueba nacional para ingreso a la universidad debería considerar además la evaluación de otras competencias -como redacción- que no pueden ser medidas fácilmente con la selección múltiple.
- La directora del DEMRE, María Leonor Varas, planteó que la superación de la PSU "elimina una fuente de desigualdad muy importante" y que la PDT es "un sistema más inclusivo que valora la diversidad".
- Creo que en la prueba de transición se han tomado algunas medidas que tienden a corregir sesgos muy evidentes -por ejemplo de género u origen- que reproducía la PSU, que completó su ciclo y era un instrumento agotado. Pero insisto, el objetivo que persigue una prueba de este tipo es predecir el comportamiento de los estudiantes en la educación superior. Me parece que siendo correcto que la prueba de transición corrija ciertos elementos más dramáticos de discriminación y sesgo, todavía falta un trecho por avanzar para tener un instrumento adecuado a la realidad país.
Presupuesto y capacidades universitarias
- Finalmente el presupuesto 2021 para educación superior aseguró recursos basales, uso de excedentes del Fondo Solidario de Crédito Universitario, autorización del endeudamiento a largo plazo y repuso los montos para ciencia y tecnología. ¿Es un triunfo para el CRUCh en tiempos de pandemia?
- Nosotros le agradecemos al Parlamento el esfuerzo de reducción del daño que hizo en la materia. De $41 mil millones, que era la disminución inicial del aporte directo, bajó en $12 mil millones. Sin embargo, de ninguna manera podríamos decir que es satisfactorio en general, y para las universidades públicas en particular. En tiempos de pandemia, donde ha sido evidente la necesidad de tener instituciones capaces de generar el conocimiento necesario para enfrentar el momento que vivimos, la reacción de los países desarrollados no es la de contraer los presupuestos ni de mantenerlos mínimamente, sino que apuestan por la generación de conocimiento.
- ¿En que se evidencia la opción restrictiva aquí?
- Cuando empezó la pandemia, el único laboratorio en condiciones de analizar PCR en todo el Gran Valparaíso era UVCLIN, de nuestra universidad. Por eso una parte de los exámenes se iba al hospital de San Felipe, nosotros éramos los únicos con la capacidad instalada, y así y todo era insuficiente para hacerse cargo de la cantidad de PCR necesaria para realizar un seguimiento. En ese momento, obviamente, la política pública miró a sus universidades, lo que me parece bien, pero hubiésemos esperado para ese evento que la política pública expresada en el presupuesto actuara proactivamente, fortaleciendo a las universidades para enfrentar lo que venía. Chile hoy no tiene la capacidad autónoma para producir una vacuna, que sí poseen Argentina y Brasil, y tendremos que importarla. Podría haberse hecho una apuesta robusta, con visión de futuro, para fortalecer las capacidades que las universidades tenemos para enfrentar esta clase de emergencias.
- Cada año las universidades del CRUCh destinan más recursos a complementar el pago de aranceles de los alumnos en gratuidad que no terminan sus carreras en el plazo establecido. ¿Los excedentes del Fondo Solidario resuelven esto?
- Ayudan a paliar esa situación. Pero fue como si a las universidades nos hubiesen autorizado el retiro del 10%, ya que no permite absorber el total del costo y es una solución de horizonte limitado. En lo inmediato es un alivio para la UV acceder a esos fondos, pero no es una solución estructural. Convencionalmente se considera que un estudiante se titula en forma oportuna cuando lo hace en el tiempo que dura su carrera, más un año. Pero ese plazo es una excepción, totalmente, porque hay muchas circunstancias -y no necesariamente la dejación o el desinterés- que explican que alguien demore más en titularse. Como problemas familiares o de salud que hacen que el alumno tome sólo una parte de las asignaturas durante un año y eso obviamente se traduce en que tiene que cursar el resto en un tiempo superior. Entonces, va a haber que buscar una solución de fondo. Hoy estamos aliviados porque a las universidades les han autorizado el retiro de su 10%.
Plebiscito y docentes convencionales
- ¿Qué reflexión le generaron los resultados del plebiscito?
- El deseo de cambio en la sociedad chilena es ampliamente distribuido y casi consensual. No hay elecciones o plebiscitos en países democráticos que se ganen por el 80%. Eso por sí mismo habla del nivel de consenso y también del diagnóstico compartido en la ciudadanía de que la Constitución es parte del problema, un escollo para que las transformaciones que la sociedad pide hace muchos años, se materializaran. A mí me ha generado mucha curiosidad escuchar a gente que dice que "no lo vio venir". No sé qué país estaba mirando. Le puedo asegurar que desde las universidades nosotros sí lo vimos venir, y muchos académicos habían alertado de que en Chile se estaba acumulando un gran malestar producto de situaciones de desigualdad intolerables, y que eventualmente, de no corregirse, iba a producirse una situación como la de octubre de 2019. Muchos académicos habían anticipado que la Constitución era un escollo; que el Tribunal Constitucional, tal como estaba constituido y con sus prerrogativas, operaba como una tercera cámara, que en algunos casos contrariaba la voluntad democrática del Parlamento. Todo eso había sido dicho. Entonces, pienso que el país logró encontrar un camino institucional para salir de esta crisis a través de una convención constitucional, y yo creo que todos tenemos una gran expectativa respecto a lo que será su trabajo.
- El rector de la Universidad de Chile anunció que los docentes que se conviertan en convencionales tendrán permiso sin goce de sueldo. ¿La UV también adoptará esa medida?
- Para nosotros es un orgullo que académicos y académicas de nuestra universidad hayan tenido un papel tan destacado en este proceso y que aspiren a formar parte de esa asamblea constituyente. Me refiero a profesores como Agustín Squella, Jaime Bassa, Alejandra Zúñiga, Christian Viera. Yo creo que parte de la misión de las universidades es ilustrar el debate público, participar y comprometerse con el futuro de la sociedad a la que pertenecemos. Nosotros, por lo tanto, apoyamos y estimulamos que los académicos y las académicas que quieran formar parte de la convención constituyente lo hagan. Veremos la modalidad específica a través de la cual eso pueda materializarse sin que ellos pierdan la condición de académicos de la universidad.
Representatividad de organizaciones estudiantiles
- También Ennio Vivaldi planteó que una de las grandes fallas del sistema político chileno en los últimos tiempos fue no haberles prestado atención a los jóvenes. ¿Comparte esa opinión?
- En toda sociedad, a través de la historia, los jóvenes han sido un motor de transformación y cambio, pero yo creo que en el caso del estallido social estamos ante un movimiento transgeneracional. Que ha tenido un actor muy relevante en la juventud, que es la que gatilla y desencadena el proceso en la forma que tuvo el 18 de octubre, sí, pero no hay que olvidar la serie de movimientos sociales que emergieron a partir del 2011 y tal vez un poco antes. Me refiero a movimientos como No + AFP, al que demandaba transformaciones en la salud y al de los propios estudiantes para lograr cambios en la educación. Mi percepción es que la clase política chilena no escuchó a la sociedad en su conjunto -incluidos los jóvenes-, que venía formulando un conjunto de demandas que, finalmente, desoyó.
- A usted, que fue vicepresidente de la FEUV, ¿qué le parece que la FECh, que estaba en la Mesa Social, no haya alcanzado quórum para generar directiva porque votó sólo el 14% del universo electoral? La crisis de representatividad y confianza también alcanza a las organizaciones estudiantiles.
- Creo que las organizaciones estudiantiles no están exentas de la crisis de representatividad que afecta a toda la sociedad, y que se expresa, por ejemplo, en la bajísima participación que tuvieron las elecciones primarias del domingo 29. Es una realidad transversal en muchas democracias occidentales, de la que ellas no están exentas, como tampoco lo están los sindicatos ni los partidos políticos. Dicho eso, yo también quisiera hacer un llamado a los jóvenes a buscar fórmulas para rearticular las organizaciones estudiantiles, porque necesitamos interlocutores con los que podamos dialogar, eventualmente llegar a acuerdos y avanzar. Yo los insto a explorar fórmulas para reinventar sus organizaciones, como se está teniendo que reinventar en general la política, desde un punto de vista tal vez más horizontal y participativo, que sea más coherente con los tiempos que corren.
- El vicepresidente ejecutivo del CRUCh, Juan Antonio Zolezzi, declaró que espera que la educación superior en Chile sea gratuita, como en Finlandia, Suecia, Dinamarca y muchos países del mundo. ¿Cree que Chile lo puede asumir?
- Es una expectativa que yo también tengo. Pienso que, al menos, la educación superior estatal debería ser gratuita, íntegramente financiada por el Estado. En el país tenemos un tema pendiente, que es la rearticulación de un sistema de educación pública -en todos los niveles- que fue desarticulado por mucho tiempo, lo que se evidencia en el decaimiento de algunas importantes instituciones de educación pública que, producto del abandono, han perdido crecientemente matrícula y otras cosas. Tenemos una conversación pendiente con el Estado en lo que respecta a avanzar hacia un nuevo trato con las universidades públicas. No es posible que, hoy día, la única diferencia entre una universidad estatal y una privada sea la cantidad de regulaciones que pesan sobre nosotros. Hay universidades muy respetables, yo no estoy diciendo que no, pero que son privadas, que captan mayores aportes fiscales directos que nuestra universidad. La UV recibe alrededor de un 6% de su presupuesto como aporte fiscal directo, siendo una universidad del Estado. Y hay instituciones privadas que obtienen del orden del 15%, lo que en el marco de los presupuestos que manejamos las universidades, puede llegar a ser muy relevante. Creo que en el marco de esa discusión sobre la gratuidad, y previo a ella, tenemos que llegar a conversar acerca de un nuevo trato del Estado hacia sus propias universidades, que no pueden seguir siendo tratadas como oferentes privados de educación superior. Y una forma de avanzar en eso podría ser establecer gratuidad, al menos, entre las universidades estatales. Que la educación superior pública fuera gratuita. 2
Pienso que, al menos, la educación superior estatal debería ser gratuita, íntegramente financiada por el Estado. En el país tenemos un tema pendiente, que es la rearticulación de un sistema de educación pública en todos los niveles, que fue desarticulado por mucho tiempo".
Cuando empezó la pandemia, el único laboratorio en condiciones de analizar PCR en el Gran Valparaíso era UVCLIN, de la UV. En ese momento, la política pública miró a sus universidades, pero hubiésemos esperado que eso se expresara en el presupuesto, fortaleciéndolas para enfrentar lo que venía".
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