Contaminación en medio de pandemia
Escurrimiento de aguas servidas en el estero Marga Marga alerta sobre la necesidad de un control permanente de las redes. Fisura en un ducto se originó en un sismo, generando un episodio de contaminación que afectó las aguas que a través de un canal recorren Viña del Mar para desembocar en la Playa Casino.
La condición sísmica de nuestro país es una realidad que debe ser asumida por todos los sectores. En la construcción, con la experiencia lograda a través se años, se ha avanzado en calidad y seguridad.
La responsabilidad de considerar esta condición corresponde tanto la autoridad, dando normas y controlando, y al sector privado en la ejecución de sus proyectos.
Particular importancia en una política preventiva corresponde a las empresas que suministran servicios a la población, como energía eléctrica, comunicaciones, gas y agua potable y desagües.
Esta exigencia se reitera ante lo ocurrido el lunes pasado cuando un sismo de mediana intensidad provocó una fisura en un colector de desagües situado en la cuenca del estero Marga Marga a la altura del puente ferroviario Las Cucharas. Por esa fisura escurrieron aguas servidas provenientes de Quilpué y Villa Alemana.
El escurrimiento contaminó las aguas del estero que en su etapa final recorre Viña del Mar, de oriente a poniente, a través de un canal situado a su costado norte, rematando en Playa Casino.
Detectado el problema, se acometieron las reparaciones del caso, mientras la autoridad de Salud inició un sumario contra la sanitaria Esval que opera el suministro de agua potable y la recolección, tratamiento y vaciamiento de las aguas servidas.
El problema es grave pues a la contaminación circulante por el área urbana, se suma el hecho que junto al mencionado canal, al pie del Puente los Castaños, funciona una feria libre, importante fuente de abastecimiento de la comuna. Además, en el mismo eje, se encuentran el Mercado Municipal y estacionamientos que concentran gran cantidad de vehículos.
La gravedad del hecho aumenta cuando nos encontramos azotados por una incontrolable pandemia.
Se ha trabajado en reparar la tubería y se han empleado diversos productos para mitigar el alcance de la contaminación en las aguas que, finalmente, llegan al mar.
Es imprescindible realizar mediciones del nivel de contaminación actual de las aguas del estero y borde costero, considerando posible daño en la arena de las playas y, consecuentemente, una acción de mitigación profunda.
Pero fuera de esa tarea contingente, el daño de esa matriz alerta sobre de la necesidad de una política de revisión preventiva de las redes, en parte de gran antigüedad. Los daños son frecuentes y al caso de aquellas destinadas a aguas servidas se suman pérdidas en ductos que conducen agua potable, esto en un escenario de crisis hídrica. La tarea, responsabilidad de Esval, exige a la vez un control permanente de la Superintendencia de Servicios Sanitarios en resguardo de la salud de la población.