Correo
Año Nuevo
En las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado, mis recuerdos de la celebración de Año Nuevo se remontan a unos potentes reflectores y sirenas emitidas por nuestra Escuadra Nacional y por algunos buques mercantes surtos en la bahía.
Este espectáculo, que nos llenaba de emoción, nostalgia y recuerdos, iba acompañado por unos pocos fuegos artificiales oficiales y por otros tirados por nosotros, los niños, muchas veces con consecuencias de salud, enhorabuena ahora prohibidos.
Estamos pobres y sometidos a la pandemia y por prudencia y realismo debemos actuar en consecuencia. Los reflectores y sirenas no requieren que la gente se aglomere, se ven y escuchan en todas partes de nuestra ciudad y resultan baratos contando con la colaboración desinteresada y siempre presente de nuestra gloriosa Marina.
Creo que volver a lo que fuimos es un signo de consecuencia porteña que enaltece.
Renzo Follegati Ghio
Templo de Diana
"Cualquier loco prende fuego al Templo de Diana; pero reconstruirlo es tarea que requiere estudio, observación, cálculo, principios y reglas que deben ser respetadas" ("Una aproximación a la realidad", de Fernando Villafuerte).
En estos tiempos de inmediatez, anomia, revueltas, quejas y reivindicaciones, es notable observar cómo quienes luchan/desean un mundo más fraterno, igualitario, respetuoso, en fin... amoroso de un "otro", no dudan (ni siquiera se cuestionan) en destruirlo todo: destruir la historia, destruir lo ancestral, destruir las relaciones, destruir los vínculos, las tradiciones... como si lo nuevo que se quisiera armar viniera de una "nada", y por el solo hecho de ser nuevo sería bueno y mejor.
La reflexión, el diálogo, la razón, la constancia, la prudencia, en definitiva aquel "respeto" que se exige, no aplica cuando la emocionalidad, la ignorancia y el miedo embriaga los espíritus saturados de opciones, posibilidades, información y caminos que los de ayer ni siquiera soñaron. Ante tanto estímulo exterior, este espíritu se extravía, ya que no logra siquiera visualizar que la verdad de su existencia no está allí... afuera.... sino dentro de sí mismo, y mientras no se ame así mismo, no podrá dar nunca a cualquier "otro" lo que tanto le exige
Gonzalo Tellería
DD.HH. e indultos
Los derechos humanos y las responsabilidades humanas que de esos derechos emanan son para todos los ciudadanos.
El pretender legislar para indultar y dejar sin castigo a los delincuentes que bajo el pretexto de que estaban "protestando" destrozaron edificios, negocios, incendiaron y atacaron con bombas molotov, es una gravísima violación al derecho humano ciudadano de trabajar, de caminar por sus ciudades y barrios sin temor.
El tratar de dejar impunes a los autores de delitos de violación a los derechos humanos a través del terror al resto de la ciudadanía no es un tema ideológico, es una alienación mental de personas que, teniendo cargos políticos en algunos de los partidos actuales ya ampliamente desprestigiados, pretenden legalizar el caos.
La violación al derecho humano de vivir en paz generando violencia y destrucción, en muchas partes del mundo se califica de terrorismo, ya que siembra la inseguridad, el terror y tiene fuertes penas en esos países. Acá, en Chile, algunos políticos con cargo de legisladores en lugar de penalizar como corresponde a esos delitos pretenden dejarlos en la impunidad, creando así otro grupo de delincuentes privilegiados. Se pretende legislar para legalizar el caos. Viva Chile.
Nathan Novik
Emergencia climática
El calentamiento global es una amenaza que no puede ser eludida y que debe comprometer el accionar de gobiernos y quienes componemos la sociedad planetaria.
El 12 de diciembre tuvo lugar la Cumbre de Acción Climática, desarrollada de manera virtual a causa de la pandemia que afecta al mundo, en la cual se constató que desgraciadamente son precarios los avances en torno a los compromisos adoptados hace cinco años en la Conferencia de París.
Es preciso recordar que la COP21, celebrada en París en diciembre de 2015, fue catalogada como un "acuerdo histórico" en que los países concordaron en la causa común destinada a combatir el cambio climático y en la aceleración e identificación de acciones e inversiones necesarias para un desarrollo sostenible con bajas emisiones de carbono. El objetivo específico del acuerdo es mantener el aumento de la temperatura mundial en el siglo XXI muy por debajo de los 2° C por encima de los niveles preindustriales, prosiguiendo los esfuerzos para limitar el aumento de dicha temperatura a 1,5 grados centígrados.
No se debe claudicar en los objetivos fijados y hay que crear la condiciones para asumir el llamado de Naciones Unidas y declarar por parte de los Estados la "emergencia climática", que permita reducir drásticamente las cerca de 45 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero que se calcula son emitidas a la atmósfera cada año.
Edgardo Riveros Marín Académico de la Facultad de Derecho y Humanidades, UCEN