"Me sentí considerada no solo como paciente, sino como un ser humano con anhelos,
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con temores, con ganas de vivir"
Patricia Castro junto a Cecilia Carrere, musicoterapeuta de la UMI de FALP.
Aprincipios del año pasado, la abogada Patricia Castro decidió consultar con un médico debido a diversas molestias que se habían prolongado por algunas semanas. No consiguió un diagnóstico claro en La Serena, donde vive, pero recordó que en FALP contaba con la cobertura del Convenio Oncológico Fondo Solidario que había contratado años antes en su trabajo, y pidió hora. El diagnóstico fue cáncer de ovario y el tratamiento consistió en una extensa cirugía, seguida por seis ciclos de quimioterapia.
Durante su largo posoperatorio y en las ocasiones en que se internaba para recibir quimioterapia, Patricia recibió las visitas de las especialistas de la Unidad de Medicina Integrativa (UMI) de FALP, que se acercaron a ella para brindarle apoyo psicológico, y también para invitarla a experimentar con la musicoterapia y arteterapia, actividades que la sostuvieron a lo largo de su tratamiento.
"Durante mi hospitalización, las visitas de la Unidad de Medicina Integrativa me permitieron liberar emociones, sentir que ni siquiera estaba enferma. Era como volver a ser niña, me reencontré con lápices de colores, témperas, pinceles, y con ellos plasmé lo más íntimo de mí. Y retomé el violín, que fue mi instrumento de infancia y había dejado en el olvido. Con él sentí vibrar mi corazón y un bienestar emocional inexplicable. Nunca imaginé que en este proceso dramático del cáncer, que se veía tan negro al principio, iba a empezar a ver la luz. Las terapeutas de la UMI hicieron bonito ese tránsito, me sentí considerada no solo como paciente, sino como un ser humano con anhelos, con temores, con ganas de vivir", cuenta Patricia.
Musicoterapia y arteterapia son terapias expresivas que -en conjunto con el apoyo psicológico y terapias complementarias- forman parte del conjunto de herramientas con que la Unidad de Medicina Integrativa de FALP apoya a los pacientes en sus procesos de tratamiento. "Cuando una persona tiene cáncer, se enferma de manera completa. Por eso es necesario un abordaje integral del paciente oncológico, dándole importancia en su dimensión humana", explica el Dr. Yuri Moscoso, jefe de la UMI.
¿En qué consisten las terapias expresivas? "Tienen relación con el uso de las artes con fines terapéuticos más que estéticos, por lo que no se necesitan habilidades ni conocimientos específicos, ya que no están enfocadas en el resultado final, sino que en el proceso", explica Pamela Oyarzún, arteterapeuta de FALP.
En los pacientes oncológicos, dice, son un importante apoyo porque una vez que comienzan sus tratamientos, entran rápidamente en una rutina de exámenes, consultas y otras tareas relacionadas con la enfermedad que ocupan gran parte de su tiempo. Es habitual, además, que intenten parecer fuertes frente a sus cercanos para no preocuparlos, viviendo esta experiencia de manera muy solitaria.
"Todo el proceso interno, exigencias físicas, el dolor, el cansancio y las preocupaciones económicas se postergan. Para la mayoría, se trata de una experiencia nueva y límite. Las terapias expresivas permiten un espacio para sacar fuera y poner en el mundo emociones de las que a veces no se puede hablar, sin necesidad de darles una lógica lineal ni nombres. Así ayudan a la elaboración de los procesos", explica.
"Las terapias expresivas atienden el mundo interior del paciente, todo lo que ocurre a partir de su tratamiento físico, como son sus necesidades emocionales, psicológicas y espirituales. Además, estas son personas que están sujetas a indicaciones médicas estrictas, por lo que encuentran aquí un espacio de libertad", complementa Cecilia Carrere, musicoterapeuta de FALP.
El modo de trabajar con los pacientes va a depender de las necesidades de cada uno y de los objetivos que se quiera conseguir. "A veces, el utilizar las terapias expresivas con fines solo recreativos ya alivia una cotidianeidad que puede ser muy pesada, y en otras ocasiones se utilizan para apoyar procesos psicoterapéuticos muy profundos. El arte hace aflorar sensaciones y emociones que de otra manera se quedarían atoradas dentro de los pacientes, y ellos se sorprenden al ver que son capaces de crear", dice la arteterapeuta Pamela Oyarzún.
"En la musicoterapia trabajamos experimentando con todos los elementos del sonido: altura, ritmo, tono, intensidad. Podemos mirar la música como un lenguaje que cualquiera puede hablar y que te permite encontrarte con cualquier persona", comenta Cecilia Carrere.
Las terapeutas de FALP explican que la sanación de los pacientes es algo distinto que la curación de su enfermedad, ya que apunta a la posibilidad de encontrar un propósito y experimentar paz y plenitud. Las terapias expresivas buscan esto.
"Mi experiencia como paciente en FALP me permitió descubrir que no solo la quimioterapia puede ayudar a salir adelante; hay otra medicina poderosa que es el arte", reflexiona hoy Patricia Castro sobre su acercamiento a las terapias expresivas, que no solo la motivaron a reparar su violín, que llevaba tanto tiempo guardado, sino también a experimentar con la pintura y el bordado. "Empecé a transmitir mi sentir a través del arte, sin importar si queda bien o mal hecho, porque lo que cuenta es expresar mis emociones. No puedo estar más agradecida, porque tuve la oportunidad de reencontrarme con cosas hermosas que me hacen feliz y, sobre todo, con mi ser interior", finaliza.
FALP es integrante de la
Organización Europea de
Institutos de Cáncer
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