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La académica explica que si bien los partidos no siempre cumplieron con el espíritu de la ley, proponiendo cartas femeninas prácticamente para llenar sus listas, "aun así hubo un aumento importante de mujeres en el Parlamento y se transformó en una especie de puntapié para motivar la participación de mujeres en política, y también el hecho de que los partidos las tomaran más en serio. Eso es lo que estamos viendo hoy, hay varios partidos que están optando por figuras femeninas para competir para las elecciones parlamentarias y también en constituyentes. Se ve un cambio cultural que está partiendo, pero que parece bien aspectado".
En una línea similar, Felipe Venegas, académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), destaca que de acuerdo al último reporte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la participación de las mujeres en cargos de poder ha aumentado de 12% a 26% en el ámbito político, el que mayor crecimiento ha tenido según el estudio.
"Esta mayor participación se debe a cambios institucionales (como las políticas de cuotas), voluntad política dentro de las organizaciones y una demanda generalizada por una mayor igualdad de género. En tal sentido me parece muy positiva la existencia de varias candidaturas de mujeres a la alcaldía de Viña del Mar. Sería esperable que esto se extendiera a todos los cargos de representación política a nivel nacional", remarca Venegas.
Por su parte, la jefa de la carrera de Periodismo de la Universidad Viña del Mar (UVM), Marcela Porto, considera que lo que se está visibilizando "es una representatividad de la mujer que siempre ha formado parte de la sociedad y que ahora tiene una posibilidad de poder saltar a las esferas públicas y a las primeras líneas en cargos de responsabilidad y de elección popular. Entonces, creo que tiene sentido con todo el empoderamiento y la conciencia que las mujeres han ido adquiriendo en relación a reclamar espacios significativos para la esfera pública, y también una consciencia que los varones van adquiriendo respecto de la paridad y de cómo vamos haciendo de que estas aportaciones en la esfera de lo público, sean compartidas por hombres y mujeres".
"También creo que tiene que ver con la necesidad o imperativo en una sociedad democrática de los reconocimientos. Así como hablamos de la mujer, podríamos hablar de pueblos originarios, de diferentes identidades, de grupos de personas que conforman una sociedad, pero que tienen todo el derecho de sentirse representados y formar parte de la repartición del poder político, y para eso tener incidencia", agrega Porto.
Felipe Vergara, analista político de la Universidad Andrés Bello (UNAB), valoró este fenómeno, ya que a su juicio "los partidos políticos se han dado cuenta de que la tendencia es hoy hacia una paridad de género; lo vimos en la elección para la convención constitucional, en la que tiene que haber una mitad de mujeres y hombres de manera obligatoria. Eso es ya un buen indicio. Y los partidos empezaron a entender y asimilar que para ser competitivos no basta con los nombres tradicionales, sino que se requiere una mirada fresca. Se sabe que el padrón es de 50% mujeres y hombres en caso chileno, y que hay que darle más 'tiraje a la chimenea' en la inclusión de las mujeres. Es un tema estratégico y de un convencimiento paulatino, duro, pero conveniente".
Empatía, sensibilidad, cercanía
Al margen de cómo se desarrolle la eventual gestión municipal, Felipe Venegas indica que "se considera en los estudios de participación de la mujer en política, que aparte del compromiso político y la capacidad de gestión, el electorado tiende a considerar a la mujer como más sensible a las demandas de la ciudadanía y también más cercana a la gente, y esto es particularmente importante en elecciones locales. Las mujeres poseen un elemento simbólico-afectivo en política que tiende a ser muy favorable en escenarios de desafección con los partidos. Esto fue bastante estudiado en el caso de la ex Presidenta Michelle Bachelet".
Marcela Porto, en tanto, señala que los liderazgos femeninos son, muchas veces, "construidos desde la cultura. Capaz que tengan una capacidad de mirar fenómenos, empatizando más con temas no sólo racionales, sino también incorporando la dimensión emocional de los fenómenos, un conocimiento también de las realidades que se debaten en los microespacios políticos, en las esferas domésticas donde por muchos años y siglos las mujeres hemos estado dominando".
"Por lo tanto -continúa-, ese conocimiento empírico que se arrastra de generación en generación creo que es un aporte en la política que organiza la vida social y política, pero la vida que también se debate en las esferas de lo cotidiano. Y creo que esos espacios los conoce muy bien la mujer, que muchas veces cumple una multiplicidad de tareas más descuidadas por los varones, por los roles que históricamente se han asignado a cada género. Yo creo que pueden aportar con un liderazgo que contribuye a estas dos esferas también, la pública y la privada".
Por su parte, Felipe Vergara destaca que "la mujer tiene mucha ventaja competitiva respecto al hombre. Tiene habilidad para desarrollar más de alguna función y hacerlas todas bastante bien, de manera más exitosa. En el transcurso de la historia, ha sido más proba que los hombres, y creo que esas son las competencias que hoy se están buscando. Darle un rostro de mujer, de diversidad, de inclusión en la política. Hemos tenido presidentas de la República, del Senado, y así y todo tenemos un país fuertemente liderado por hombres. Esta mirada podría darle una vuelta de tuerca a este tema".
El analista agrega que "hay una inclusión de la mujer en el mundo laboral que ha sido más fuerte, hay más mujeres en el mundo universitario, lo que antes era algo más de privilegio masculino. Y en las carreras más variadas, en las áreas duras también, y han demostrado tener las competencias suficientes para ser competitivas con los hombres, entonces, hay un temas que se rescata. En el área donde demandaban mayor presencia era la política, porque en otras áreas en el sector privado, la inclusión ha sido más notoria".
Trajtemberg afirma que si bien las mujeres son más empáticas que los hombres, remarca que "las capacidades de gestión son las mismas. Un hombre y una mujer tienen idénticas capacidades para llevar a cabo una buena gestión o mala gestión, eso no está determinado por el género de quien tiene el cargo. La diferencia está más bien dada por la persona y sus capacidades propias más que por el género que detenta".
Al respecto, la académica de la UAI ejemplifica con que "Viña está saliendo de una gestión de una mujer, y sería ridículo pensar que esa gestión, con todos sus altos y bajos, tenga que ver con que es mujer o no. En un mundo del siglo XXI debería quedar claro que la gestión de un hombre y una mujer no están determinados por su sexo".
Construcción de liderazgos
Junto con lo llamativo que puede ser que haya una mayoría de mujeres postulando en Viña del Mar, también causa extrañeza el por qué no ocurre lo mismo en Valparaíso, donde si bien María de los Ángeles de la Paz (Evópoli) y Priscilla Fleming (PR) compitieron en las primarias de sus sectores -Chile Vamos y Unidad Constituyente, respectivamente-, ninguna se alzó como candidata y, por cierto, la presencia en el Concejo Municipal también es mínima: en las pasadas elecciones municipales sólo fueron electas Ruth Cáceres (RN) y Zuliana Araya (PPD).
Karen Trajtemberg cree que allí se conjugan las capacidades de cada persona, más allá del fenómeno de mayor participación femenina en una u otra comuna. "No creo que la gestión de Virginia Reginato haya sido mejor o peor por el hecho de ser mujer. Creo que tiene que ver con su gestión, su capacidad de gestión administrativa y su capacidad de gestión política, pero no con su género. Y lo mismo pasa con las candidatas, la posibilidad que tienen de hacer una buena o mala gestión no tiene que ver con su género, sino que con sus redes políticas, su capacidad administrativa, su capacidad de manejo económico, pero no con ser mujer u hombre", remarca.
En cuanto a la Ciudad Puerto, recuerda que "hubo una precandidata para competir en la alcaldía que es la ex-gobernadora María de los Ángeles de la Paz, no le fue bien en la primaria, pero eso no parece determinado porque sea mujer sino por cómo se han ido construyendo los liderazgos y las fuerzas que se van generando en los distintos movimientos. Efectivamente en el mundo político hay pocas mujeres en puestos de liderazgo. Y por qué se da más en Viña... no tengo una respuesta para eso, pero tiene que ver con cómo se construyen los liderazgos al interior de los partidos y cómo se mueven las maquinarias políticas, más con el pensamiento de que en Viña hay una apuesta más fuerte por el género femenino versus Valparaíso".
Importancia de reginato
Sobre estas diferencias que se dan entre ambas comunas, Felipe Venegas apunta que "la realidad electoral de cada territorio responde a muchas y complejas variables, desde la composición de los padrones electorales (en ambas comunas votan más mujeres que hombres), los niveles de educación de la población -que los puede hacer más sensibles a temas como la igualdad de género- hasta las dinámicas internas de cada partido para escoger las candidaturas".
"En el caso de Viña del Mar, la alcaldesa Reginato marcó una impronta comunicacional reforzada por la alta exposición mediática, que puede tener estrecha relación con las candidaturas que se están proponiendo. En cuanto a Valparaíso, sigue siendo una tarea pendiente que la diversidad de su población se refleje en la composición de sus autoridades, en especial en el caso de las mujeres, donde existen interesantes liderazgos tanto a nivel de agrupaciones sociales como al interior de los propios partidos políticos", subraya el académico de la UPLA.
Una mirada similar es la que tiene Felipe Vergara, quien estima que en el caso de la participación femenina en la Ciudad Jardín "el éxito de Virginia Reginato ha sido muy importante. Pese a venir de un partido que no se caracteriza precisamente por ser de paridad, ha demostrado y ha defendido esa postura en varias oportunidades. Creo que eso también le ha dado un poco de mirada más femenina a este rol. Y ha trascendido más allá de aspectos que eran considerados casi exclusivos para las mujeres como el festival y la reina... se ha alejado un poco del estereotipo de mujer tradicional, de la clásica mujer de mediados del siglo XX. Eso le ha dado un poco de ventaja. No así en su administración, que ha tenido varios bemoles, pero ha podido potenciar que las mujeres son capaces y tienen la fuerza suficiente para llevar adelante este tipo de desafío. Creo que esa mirada se agradece y se valora mucho".
"Tanto es así, que la UDI vuelve a presentar una candidata mujer. Hoy genera una oportunidad tener mujeres candidatas, y esas mujeres han mostrado ser competitivas, han mostrado liderazgo en su gestión, y eso ayuda a potenciarlo. No por nada va de candidata la ex-diputada Molina. Es algo importante a destacar", suma Vergara.
En cuanto a la diferencia con Valparaíso en este ámbito, el analista de la UNAB explica que "hay cierta tradición, o sea, cuando una mujer se hace cargo es cuando uno se atreve a volver a votar por mujeres. Latinoamérica es una sociedad bastante machista, nos decimos liberales, nos jactamos de tener una presidenta o una alcaldesa mujer, pero no es habitual que hombre vote mujer y que mujer vote mujer. Pasa algo similar a lo que ocurrió con Trump y Bolsonaro. Somos sociedades más machistas donde a la mujer por ciertas características históricas o endémicas le genera más confianza votar por un hombre".
Por lo mismo, Vergara considera que "hasta el momento en que llegue una mujer power, que se plante en Valparaíso y que demuestre que tiene las competencias, la gente va a seguir votando por lo tradicional. Eso se logra con bastante tiempo, rompiendo las barreras y los mitos, exigiéndole a los partidos mayor consideración y tratando también de pedir más oportunidades a las mujeres en este ámbito que es bastante rudo y que muchos deciden que el poder político es un sector de hombres. La verdad es que no es así, pero sí entras a un sector que está dominado por hombres y por ende, la mujer tiene que entrar con mucho más fuerza. Yo creo que la experiencia internacional nos ha ayudado en eso para demostrarnos que sí se puede, y se puede revertir en el mediano plazo". 2
Creo que es un paso muy valorable, pero habría que ver en las dinámicas de poder de los partidos, el cómo se generan estas negociaciones".
Los partidos se han dado cuenta de que la tendencia es hacia una paridad de género. (...) Es un tema estratégico y de un convencimiento paulatino, pero conveniente".
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