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-¿Cuánto éxito tuvo la presencialidad que usted tanto promovió y cómo se proyecta a marzo?
-En su minuto fue criticada nuestra iniciativa de retomar la presencialidad, pero hoy podemos decir con satisfacción que fue positiva para los que abrieron y nos permitió demostrar que es posible combinar la presencialidad con el resguardo sanitario. Son del orden de 1.600 los establecimientos que volvieron a abrir sus puertas, tanto escolares como jardines infantiles. Y eso fue muy positivo para esas mismas comunidades, que obtuvieron un altísimo nivel de satisfacción por el hecho de hacer el esfuerzo. Además, estos adquirieron una experiencia muy relevante que les va a permitir funcionar mejor aún desde marzo. Y también fue motivante para el resto de los colegios, que pudo ver que efectivamente es posible combinar lo presencial con lo sanitario. Eso es muy valioso.
-¿Es posible que los equipos docentes sean incluidos entre los grupos prioritarios de vacunación contra el covid-19?
-La primera prioridad la tienen los equipos de salud, pero le hemos solicitado al ministro (Enrique) Paris que los profesores y asistentes de la educación tengan prioridad en los procesos de vacunación, cuestión que fue bien recibida.
-Esta semana se rinde la Prueba de Transición Universitaria. La ACES ya anunció una nueva "funa". ¿Es posible garantizar que los jóvenes la rendirán seguros?
-Se han tomado todas las medidas para asegurar que la Prueba de Transición Universitaria se rinda en forma segura. Para ello se generó una mesa de coordinación entre el Mineduc, el ministerio del Interior y el de Salud, junto al Demre, para tomar todas las medidas sanitarias para que los jóvenes se sientan tranquilos. Y, además se hizo un trabajo coordinado para asegurar que las medidas de logística y seguridad física. Este ha sido un año difícil para todos, pero particularmente para los de cuarto medio, que tuvieron que prepararse para la prueba en un contexto distinto. También emocional, porque muchos no pudieron despedirse de sus comunidades. Por lo tanto, creemos que es importante que los jóvenes solidaricen con esa realidad. Cualquier llamado que se haga a alterar el proceso de rendición de la prueba es un atentado contra sus propios compañeros. Creemos que tomándose todas las medidas que les den seguridad a los jóvenes, es importante que entre ellos exista la solidaridad necesaria para que este año sea una rendición tranquila y puedan proyectar su futuro.
-¿La nueva prueba se ajustó al contexto que se vivió este año?
-Se hizo un trabajo largo de socialización de los cambios. Esta prueba es muy distinta a la PSU. Tiene además menos materias, porque se eliminaron prácticamente todos los contenidos de cuarto medio para ajustarlos a la realidad de la pandemia. Se hizo un trabajo con distintas comunidades invitando incluso a las organizaciones de secundarios. En ese sentido, la ACES se restó de ese proceso. Este año los jóvenes tienen el derecho a rendir esa prueba y los dirigentes secundarios deben respetar eso.
-¿Cuánto va a cambiar la pandemia a la educación del futuro?
-Lo primero es que la pandemia nos ha permitido identificar nuevas oportunidades que debemos aprovechar en el sistema educativo y usarlas como un complemento del sistema tradicional al que estábamos acostumbrados. La presencialidad, a mi juicio, es irremplazable, y por lo tanto lo que hemos visto, como la incorporación de nuevas herramientas digitales, aulas virtuales, la TV como apoyo relevante, son interesantes complementos a los procesos formativos formales y presenciales.
-¿No sería una oportunidad para reducir la cantidad de horas en aula? Chile es de los países con más cantidad.
-El internet lo que permite es complementar el proceso formativo, darles a los jóvenes mayores oportunidades de electividad. En ese sentido el esfuerzo del Mineduc está en a través de un programa que se llama Conectividad para la Educación, en que todos los establecimientos del país tengan internet de alta velocidad para que dentro del proceso formativo las herramientas computacionales tangan un rol fundamental. Pero no como un reemplazo, sino complemento de las clases presenciales.
-¿Cómo debiera consagrase el derecho a la educación en la nueva Constitución?
-Obviamente la educación va a ser un elemento central del debate constituyente. Y es importante que se aproveche ese debate para reafirmar el derecho a la educación de los jóvenes y también asegurar un conjunto de condiciones que son relevantes para que ese derecho se pueda ejercer de manera adecuada. ¿Cuáles son? Primero, lo relevante de contar con proyectos diversos. La diversidad de proyectos educativos es importante para que el derecho a la educación se pueda ejercer de una manera completa. La posibilidad de que las familias opten por los proyectos que mejor se adecuen a sus propios intereses y bajo esa lógica de resguardar el derecho y el deber preferente de los padres de educar a sus hijos. La educación formal debe ser una proyección de ese derecho y deber de los padres.
-Pero ministro, son minoría las familias que pueden elegir un proyecto.
-Por eso el esfuerzo de la política pública es cómo podemos darles a todos los jóvenes las mismas oportunidades de acceder a un proceso educativo de calidad. Eso, más que a través de un proceso constituyente, por un desarrollo de políticas educativas que pongan el centro en lo que ocurre en cada escuela, en la sala de clases, que en definitiva se asegura trabajando en la escuela más que en una declaración en la constitución.
-¿Cómo vive desde dentro del Ejecutivo la baja aprobación del Gobierno?
-Las encuestas no determinan ni los estados de ánimo ni el foco de la política pública que debemos implementar. Existe un diagnóstico que es bien evidente y es que tenemos que trabajar todos los días para mejorar la condición de vida de todos los chilenos, especialmente en educación, entregándoles un sistema educativo de calidad que les permita alcanzar el máximo de sus capacidades.
-¿Qué pasa entonces?, ¿se comunica mal o se han hecho cosas mal?
-Evidentemente siempre hay cosas que se pueden hacer mejor o que se pueden comunicar mejor. Hay un esfuerzo permanente por mejorar la gestión y la comunicación. Pero también hay que entender que estamos en un año extremadamente complejo, en que todas las familias estamos viviendo con mucha incertidumbre marcada por el covid. Es imposible darles a todas las personas el nivel de certeza que esperan. Eso influye en que la ciudadanía espere mayores políticas de aplicación, más ágiles y efectivas. Nuestro esfuerzo siempre va a estar puesto en llegar lo antes posible con tal de entregar soluciones a las necesidades de los chilenos.
"Le hemos solicitado al ministro Enrique Paris que los profesores y asistentes de la educación tengan prioridad en los procesos de vacunación, cuestión que fue bien recibida".