La pandemia, peor que un terremoto
Tenemos clara conciencia de nuestra realidad sísmica, pero carecemos de ella ante el covid-19 que deja ya más de 17 mil fallecidos. Los controles y las banderas poco sirven cuando no hay voluntad de cumplir las normas de autocuidado. Y a la movilidad veraniega, se suma la variante británica del coronavirus, más contagiosa que la cepa original.
Fiestas clandestinas en Cachagua, San Antonio, cerro Alegre y Colliguay. Sumarios sanitarios, riesgo de elevadas multas y arrestos domiciliarios. De los 20 contagiados tras el jolgorio de Cachagua, dos de ellos cumplen cuarentena en Santiago. ¿Cómo se movilizaron estando contagiados?
Preguntas, dudas y recriminaciones mientras los números suben. Informa el Ministerio de Salud que en ninguna de las regiones de país ha bajado el número de casos. Por el contrario aumentan. Solo ayer se agregaron 4.181 casos nuevos y 59 fallecimientos, totalizando así 17.096 muertes debido a la pandemia.
Una catástrofe, peor que un terremoto, fenómenos ante los que hemos avanzado mucho en calidad de las construcciones y prevención tomando conciencia que somos un país sísmico. Pero en el caso de la pandemia la falta de conciencia es notoria en todos los sectores sociales.
"Las fiestas clandestinas representan un fracaso en cuanto a la educación, en torno al autocuidado y al riesgo de coronavirus…son un foco importante de contagio", advierte el presidente regional del Colegio Médico Luis Ignacio Latorre. Para Álvaro Erazo, exministro de Salud "esto habla de un individualismo extremo, y más criticable que sectores acomodados del país, teniendo más beneficios, y privilegios, no adopten un actitud más preventiva". Tiene toda la razón. Aterrizando en el tema de las fiestas, Paula Daza, subsecretaria de Salud, alerta que "muchas personas que estuvieron en los últimos días en fiestas o reuniones sociales, hoy pueden estar contagiadas y no lo saben". Y lo peor es que esos mismos ignorantes de su contagio están contagiando a otros y los números se siguen multiplicando, los hospitales se saturan y los fallecimientos continúan como una amenaza latente pero para muchos irrelevante.
Y nosotros, en esta Quinta Región, vivimos en una condición de alto riesgo. Un tercio de los permisos de vacaciones emitidos por la Comisaría Virtual - 76.405, contados hasta el domingo- tienen como destino comunas de la Región de Valparaíso. Hay que considerar que estos permisos posibilitan el traslado dentro de la Región, más allá del punto señalado para el alojamiento de las personas.
Hay medidas de control y en las playas banderas de advertencia, pero lo controles y las banderas poco sirven cuando no hay voluntad de cumplir las normas de autocuidado. Y a la movilidad veraniega, salvadora para algunos pero fatal para otros, se debe sumar la detección de la variante británica del coronavirus, que es más contagiosa que la cepa original. La única vacuna disponible por el momento es el autocuidado. No es hora de jolgorios para matar la pena y la soledad. Vivimos horas de duelo. No hay nada que celebrar.