Vuelven disturbios a la plaza Aníbal Pinto pese a pandemia
DESMANES. Incidentes se concentran desde la subida Cumming y están afectando al comercio del sector, que debe cerrar presuroso ante los enfrentamientos.
Este lunes, a eso de las siete de la tarde, se registraban nuevamente disturbios en la subida Cumming y Plaza Aníbal Pinto, donde manifestantes se apoderaban del sector, cerrando calles con barricadas y obligando a los locatarios a cerrar sus fuentes de ingresos. Un panorama que vuelve frecuente a más de un año del llamado "estallido social", que dejó sin trabajo a miles de porteños. En el sector, quienes aún mantienen abiertas sus puertas, miran con tristeza y preocupación en lo que se ha convertido el que fuera un paseo repleto de gente y turistas.
Pocas ventas
Pedro Shulz, dueño de un quiosco al inicio de Almirante Montt, es uno de estos tantos afectados, tanto por la pandemia como por los destrozos que dejan delincuentes que se apoderan de las calles.
"Las ventas se han mantenido siempre al límite, porque es poca la gente que sale, entonces hay pocas ventas", expresó el locatario. "El problema de venta viene desde el estallido social. Nos tuvo durante un tiempo abriendo a las ocho y teniendo que cerrar a las doce del día, a las cinco. Después se vino la pandemia, que en el caso mío, se perdieron la mayoría de las cosas, porque se vino la cuarentena y tuvimos que cerrar".
"Mucha gente quedó cesante", lamentó Shulz. "El lunes hubo una manifestación aquí, son puros cabros chicos que no tienen idea de qué pasa. A lo mejor tienen el conocimiento en cuanto a destruir, porque esto no te ayuda a construir. Nos perjudican a nosotros, al comercio, tanto a los restoranes como, en el caso mío, a los quioscos de diarios. En vez de hacernos un favor -según ellos-, nos hunden más", aseguró.
Es cosa de ver los cientos de restaurantes y locales que permanecen con sus puertas cerradas en el plan de la ciudad. Algunos icónicos como "El Desayunador", que tuvo que rematar todo para poder pagar las deudas que aquejaban a sus dueños.
Guilliermo Pacheco es otro quiosquero ubicado en la plaza Aníbal Pinto. Admite lo difícil que ha sido la situación "desde noviembre hasta ahora", explicó. Asegura, además, que las ventas han bajado bastante, creando una difícil situación, pues hay que pagar cuentas. Gracias a Dios nosotros podemos abrir, y han subido un poco en este tiempo porque pasamos a fase dos, pero sí ha estado bastante malo".
"La pandemia, protestas. Yo ayer justo me iba, pero a los otros vecinos igual les afecta harto, porque ellos tienen locales grandes y más personas que trabajan con ellos", dijo.
La gente ya no aparece
Otro afectado de esta difícil situación es Cristián García, dueño de Timbres de Goma Mayorga, una pequeña papelería subiendo por Almirante Montt. Como su nombre lo explicita, se centra en timbres, ya sean de metal, madera, microporosos, goma o personalizados, además de sellos secos.
"Ha estado muy malo, se puso mala la vida, se puso cara y hay poco trabajo", afirmó. "Desde el estallido social empezamos, pero ahora con esto de la pandemia culminamos con una crisis económica muy grande en Valparaíso. Está todo cerrado, y hay poca gente circulando".
Refiriéndonse a los hechos vandálicos ocurridos el lunes, expresó que todas las semanas hay manifestaciones en Valparaíso, específicamente en la calle Cumming. "Vienen a hacer desorden y a hacer que la gente cierre los locales temprano, sin poder trabajar", aseveró.
"La gente ya no viene para este lado ya. Tienen miedo de subir, así que estamos realmente mal. Valparaíso se está muriendo lentamente. Le llegó la agonía", acotó resignado.
Es posible notar la poca afluencia de personas que caminan por el sector. Donde hace un par de años se llenaban los espacios de comida y bebida, ahora hay mesas vacías y cortinas metálicas que quizás nunca vuelvan a abrir. Incluso las florerías han sufrido con esta situación. "La gente piensa que no estamos ni siquiera trabajando. Casi nadie circula por acá", declaró el pergolero Ronel Chavez, quien comentó además que, desde el estallido social, comenzó a decaer todo, debido a que tuvieron que adaptar y cambiar sus horarios de trabajo para no verse afectados por las manifestaciones y altercados del sector. "Ahora con la pandemia, estamos casi igual", sentenció.
"Ayer (lunes) tuvimos que salir arrancando de acá", aseveró. "Estábamos casi en la hora de cierre, pero igual nos afectó, porque la gente ya de antes estaba con menos movimiento y no venían", acotó.
"Aquí antes había cinco locales, contando con el de abajo, de la Punta de Diamante, y ahora nada más dos. Todos los demás han ido cerrando", lamentó Chavez.
Seguir adelante
A pesar de las complicaciones a las que se enfrentan los locatarios, siendo las manifestaciones un peso más sobre los hombros de los trabajadores que siguen en pie luchando por mantener sus ingresos, Guillermo Pacheco aseguró que "ha estado difícil, pero hay que poner el hombro no más".
"A lo mejor tienen el conocimiento en cuanto a destruir, porque esto no te ayuda a construir".
Pedro Shulz, Quiosquero Plaza Aníbal Pinto
"La gente ya no viene para este lado ya. Tienen miedo de subir, así que estamos realmente mal. Valparaíso se está muriendo".
Cristián García, Dueño de Timbres Mayorga