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Covid: Avalancha de información
En medio de la incertidumbre, gobernantes, médicos o profesionales de la salud y público general demandan certezas inmediatas: qué funciona, qué no, qué nos protege o qué nos perjudica. Miles de científicos en todo el mundo y de variadas disciplinas están trabajando en conocer en profundidad al nuevo coronavirus. ¿El resultado? La mayor avalancha de estudios científicos que se haya visto en la historia. Se calcula que las publicaciones del virus se duplican cada dos semanas ¿debemos creer en todo?
Un artículo científico aseguró haber hallado un parecido sospechoso entre el virus del sida y el coronavirus. Ese texto, sin revisión de pares, fue publicado en un repositorio abierto y luego de miles de críticas, retirado un par de días después. Pero hay un dato no menor: tuvo casi 200.000 descargas, se convirtió en el trabajo más visto de bioRxiv, el portal científico en el que estaba alojado. Más de 23.000 tuits lo difundieron entre millones en apenas un fin de semana.
Los artículos confusos o con datos poco concluyentes están siendo retractados por sus autores a velocidades récord. Pero la infodemia avanza mucho más rápido: para cuando se ha retirado, el artículo y las especulaciones han dado la vuelta al mundo.
La ciencia tiene sus tiempos, mucho más reposados de lo que demanda una pandemia global, eso debemos comprenderlo.
La ciencia es una acumulación de conocimiento, la última palabra no es la definitiva, es solo el último granito de arena en la montaña de la evidencia. Rara vez hay hallazgos exitosos que cambian completamente nuestra comprensión. Por tanto, la próxima vez que vea un anuncio que parece demasiado bueno para ser cierto, dud. Revise, confirme con la fuente y crea solo aquello corroborado.
Dr. Iván Suazo Vicerrector de Investigación y Doctorados de la Universidad Autónoma de Chile
Cambios decepcionantes
Cuando se reformó el sistema electoral -ampliándose con ello el número de parlamentarios- ¿se nos advirtió de la polarización que iba a producir o de los costos extra a las arcas fiscales? No, más bien todo lo contrario: los legisladores nos prometieron que los parlamentarios adicionales "no costarían un peso más". Cuando se derogó el DL 600 en 2015 con el fin de "modernizar" la regulación de la inversión extranjera directa ¿se pensó en una posible disminución de la inversión? No, incluso el Mensaje Presidencial de la reforma advertía que el régimen de excepcionalidad del DL 600 ya no era necesario, sin perjuicio de que la inversión bajó de forma dramática.
Estos dos ejemplos son una prueba de que no siempre los cambios son para mejor. Dicha advertencia en caso alguno nos debe llevar al inmovilismo, pero sí debe brindarnos una dosis de prudencia para afrontar nuestro próximo cambio a la Constitución repudiando el voluntarismo y el constructivismo tan propios del oficio del político.
Juan L. Lagos Fundación para el Progreso
Caso Game Stop
Lo de las acciones de Game Stop es una muestra de lo que permite el acceso a mercados más abiertos y libres. Ni los grandes están protegidos al desafío y la acción de otros actores, más creativos o más perspicaces.
De hecho, cuando los grandes inversores piden la regulación por parte del Estado, muestran que ésta no favorece la libre competencia y la irrupción de otros oferentes, sino que favorece el mercantilismo, es decir, mercados protegidos por regulaciones y burocracias en favor de ciertos grupos.
Si quieren ver una contraposición a partir del caso de Game Stop, ésta es entre libre mercado versus mercantilismo. Las regulaciones, sobre todo las excesivas por parte del Estado, generalmente favorecen lo segundo.
Jorge Gómez Arismendi
Reformar o esperar
Quedan poco más de 400 días para el cambio de Gobierno, y con la salida del ministro Ignacio Briones se abre la pregunta de seguir con una reforma previsional o bien esperar al próximo Gobierno para que lidere una reforma según sus propuestas de campañas, avaladas por la elección presidencial.
Hoy está en discusión una reforma previsional cuyos lineamientos están muy alejados a lo que el Presidente Piñera prometió en campaña, por lo que su electorado no ve con buenos ojos que del 6% de cotización adicional, un 4% se destine a un fondo de reparto y que el otro 4% de propiedad de trabajador lo administre el Estado.
Tampoco las negociaciones previsionales actuales recogen las encuestas de la ciudadanía, en las que sobre el 50% de los encuestados quieren que el 6% de cotización adicional vaya íntegramente a su cuenta, y donde un 35% sostiene que se distribuya en partes iguales entre capitalización y reparto.
Lamentablemente, la discusión previsional ha perdido un horizonte técnico, y si se va a hacer una mala reforma, es preferible que se haga con el respaldo de la ciudadanía con la próxima elección presidencial.
Eduardo Jerez Sanhueza