Desalar e impulsar con energía solar
Proyecto del doctor Pedro Sariego junto a equipo de USM propone fórmula para reemplazar embalse Catemu, que según su estimación demoraría entre 10 y 12 años en operar.
Una iniciativa que apunta a la posibilidad de reemplazar el proyecto del embalse para el sector de Catemu por una planta desaladora, otras de impulsión que operen con energía solar de manera diurna y por una hidráulica de bombeo de forma nocturna, plantea el doctor en Ingeniería Mecánica y académico de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), Pedro Sariego, quien la ha formulado en conjunto con un equipo de expertos de esa casa de estudios que busca colaborar en la mitigación de la crisis hídrica que afecta a la región, especialmente a las zonas de Petorca y Aconcagua.
El docente e investigador, exseremi de Obras Públicas, sostiene que uno de los grandes problemas a resolver en la desalación estriba en el costo energético que implica el traslado del agua de mar ya tratada desde la costa a las valles interiores o la montaña donde se la requiere, en circunstancias que en la actualidad el costo y eficiencia de algunas de las energías alternativas han experimentado una importante disminución.
Frente a este escenario, el equipo propone la implementación de una central hidráulica de bombeo, consistente en un circuito cerrado donde hay un estanque de agua debajo de un cerro, que sube el agua con una bomba a un estanque a la parte alta, lo que durante el día se logra con una planta solar, de manera que guarda energía, mientras que en la noche, cuando esa instalación no genera energía, el agua acumulada baja a través de una turbina y sigue produciéndola.
El doctor Sariego plantea que un embalse como el concebido para Catemu, con una capacidad de 180 hectómetros y una inversión de 630 millones de dólares, demoraría unos ocho años en ser diseñado y construido, y requeriría otros cuatro años para el llenado, suponiendo temporadas de lluvias normales, de modo que el proceso se extendería al menos por 10 ó 12 años, a diferencia de la solución de una desaladora, planta solar e hidraulica de bombeo como la propuesta, que es de más rápida construcción y tendría una capacidad equivalente.
Duro impacto de la crisis
El proyecto, presentado el año pasado al Ministerio de Agricultura, a la Fundación Piensa, a la Fundación Cuarta Ruta y a la Corporación Reguemos Chile, surge en el contexto de la megasequía que afecta a la zona centro sur desde hace más de una década y que derivó en que el 26 de septiembre de 2019 el Presidente decretara zona de catástrofe por sequía a toda la región continental.
La crisis hídrica provocó una drástica disminución de los acuíferos, de modo que los pozos habilitados para complementar el caudal de algunos ríos y esteros debieron profundizarse cada vez más en busca de agua, mientras el impacto de la situación se multiplicaba en la zona centro sur, donde, por ejemplo, en 2011 se secó el lago Rapel; el precio de los productos agrícolas experimentó una fuerte alza y hasta ahora es necesario apoyar a los campesinos con forraje para sus animales.
En el 2015, la sequía se extendería a la Región de Coquimbo en el norte y a La Araucanía, y las cosas no mejoraron en años posteriores. A inicios del 2017, los episodios de calor extremo facilitaron la propagación de una serie de mega incendios que afectaron a la zona centro-sur, registrándose la temperatura más alta de la historia de Chile en Quillón, que alcanzó 44,9 grados Celsius. En el 2019, se registraría el segundo año más seco registrado y todas las predicciones indican que estos datos se podrían replicar en el futuro.
A partir de este contexto surge el proyecto del equipo de expertos que lidera Sariego. "La Región de Valparaíso, con su clima mediterráneo, es una potencia agroindustrial y una zona con grandes exportaciones, pero que se encuentra bajo amenaza debido a la persistente sequía, (…) las universidades tienen el conocimiento y la técnica para sobreponerse a estas problemáticas para desarrollar proyectos innovadores y cuantificar los recursos disponibles para encontrar soluciones. En la USM estamos planteando varias, antes que el panorama hídrico empeore aún más", manifestó el académico el pasado diciembre en un artículo publicado por la casa de estudios.
Plazo de retorno de la inversión
Respecto al costo de la iniciativa en desarrollo, el experto expone que implicaría una mayor inversión que el embalse tradicional, alrededor de mil millones de dólares, monto que, propone, se podría financiar por la vía de concesión.
"Pareciera muy alta la inversión, pero se debe pensar en los importantes beneficios que otorgaría. Además, en tiempos de invierno o lluvia, si bien la planta no funcionaría a un 100%, la clave de todo está en que se podrían comercializar los excedentes de energía. Entonces se podría hablar de un retorno de la inversión entre 8 a 10 años, con indicadores propios para este tipo de inversión tremendamente atractivos, con los números que se manejan en nuestro equipo. Es una inversión, a grandes rasgos, que se recupera en poco tiempo y con importantes beneficios para toda la comunidad", subraya en la publicación de la USM.
Agrega que un sistema de desaladora - planta solar - y central de hidráulica bombeo de la magnitud descrita "es una situación extrema, pero esa misma solución se podría proyectar en situaciones de menor volumen para Aconcagua o en otras ubicaciones" como Petorca, La Ligua, Choapa, Elqui o Limarí", o en situaciones puntuales como Cuncumén, para elevar las aguas del Maipo al secano.
Explica también que "este proyecto innovador no sería posible un año atrás, lo que lo posibilita es la baja radical del precio de los paneles fotovoltaicos, el rescate de una tecnología de los años 20 y la posibilidad de vender energía al Sistema Interconectado (SIC) desde abril del 2020".
El proyecto ha sido presentado, además de las entidades ya mencionadas, a las comunidades de Petorca, Catemu y Ovalle. Además, el doctor Sariego espera presentar el proyecto a la Mesa Nacional del Agua, creada por el Presidente Piñera para hacer frente a la crisis, e iniciar el proceso presentando esta iniciativa, en conjunto con entidades como Reguemos Chile, a Concesiones para que sea definida como de interés público, primer paso para materializarla.
Queda solo espera que, de ser acogida la iniciativa, logre ser completada en beneficio de los agricultores del interior y de los ecosistemas de la zona interior. 2
Es una inversión, a grandes rasgos, que se recupera en poco tiempo y con importantes beneficios para toda la comunidad",
Doctor en Ingeniería Mecánica y docente de la USM.
La Región está bajo amenaza por la persistente sequía, (…) las universidades tienen el conocimiento y la técnica para sobreponerse a estas problemáticas, sostiene el Dr. pedro sariego.
Diego Olguín Bustamante
reportajes@mercuriovalpo.cl
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