Myanmar: suspenden tráfico aéreo y confinan a diputados
ASIA. Cerca de 400 parlamentarios se encuentran con custodia policial y militar. ONU pidió a potencias que rechacen plan de los militares para nuevos comicios.
Agencias
El Ejército birmano emitió una orden para suspender el tráfico aéreo internacional en Myanmar hasta el 1 de junio tras el golpe de Estado que efectuaron el lunes por los militares contra el Gobierno, al que acusan de haber cometido fraude electoral en noviembre pasado.
Según las informaciones recogidas por el diario birmano "The Myanmar Times", los militares publicaron una nota instruyendo a todos los pilotos que no vuelen al país sin permiso, orden que se extiende hasta las 23:59 horas (hora local) del 31 de mayo. Asimismo -indicó el medio-, el Ejército revocó todos los permisos de despegue y aterrizaje desde Birmania, lo que incluye los vuelos humanitarios.
La nación se encuentra en estado de emergencia y con toque de queda nocturno.
Mientras, cientos de miembros del Parlamento seguían confinados ayer en sus viviendas gubernamentales en la capital del país, Naypyidaw.
Uno de los legisladores bajo arresto domiciliario contó a la agencia AP que él y unos 400 parlamentarios más pudieron hablar entre ellos dentro del complejo y comunicarse con sus distritos electorales por teléfono, pero no se les permitió abandonar las residencias en Naypyidaw, donde no estaba Aung San Suu Kyi, la popular líder de facto y premio Nobel de la Paz, también detenida.
El legislador apuntó que los políticos, entre los que había miembros de la formación de Suu Kyi (Liga Nacional para la Democracia) y de varios partidos más pequeños, pasaron la noche en vela preocupados por una posible detención, pero que por lo demás están bien. Había policía dentro del complejo y soldados fuera, añadió. "Teníamos que permanecer despiertos y alerta", relató el legislador, que habló bajo condición de anonimato.
Aparente normalidad
Myanmar mostró una aparente normalidad en la jornada, mientras surgen los primeros movimientos de protesta tras el golpe de Estado. El cambio más llamativo en las calles de Rangún, la mayor ciudad del país, fue la desaparición de la mayoría de las banderas rojas de la tienda de Suu Kyi.
Fue uno de los pocos recordatorios de la turbulenta jornada del lunes en una ciudad donde se notó una actividad menor, pero con la mayoría de las tiendas y bancos abiertos y sin grandes dispositivos de seguridad, como la víspera. Los medios volvieron a emitir, y la señal de teléfono y líneas de internet se mantuvieron operativas tras los cortes del lunes.
La ONU, en una reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad, reclamó a las potencias internacionales su clara condena del golpe de Estado y les pidió que rechacen el plan de los militares para celebrar unas nuevas elecciones.