Cartas
No hay homicidio"No es que no esté probado, no hay homicidio", señaló uno de los ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago que dictó una sentencia absolutoria para los seis condenados en primera instancia por el supuesto homicidio del expresidente Eduardo Frei Montalva. Al respecto cabría comentar que el artículo 108 del Código de Procedimiento Penal establece: "La existencia del hecho punible es el fundamento de todo juicio criminal, y su comprobación por los medios que admite la ley es el primer objeto a que deben tender las investigaciones del sumario".Ahora bien, ¿cómo fue posible que el ministro Alejandro Madrid haya condenado a seis personas inocentes sin haberse acreditado el hecho punible? Porque aplicó el antiguo sistema de procedimiento penal inquisitivo -que quedó tácitamente derogado el 16 de junio de 2005, día en que el nuevo sistema procesal penal entró en vigor en todas las regiones del país-, el mismo que le es aplicado a los militares y policías imputados por violación a los derechos humanos; un sistema que no respeta el derecho humano a un debido proceso. El juicio sustanciado por el ministro Madrid es equivalente al de la asamblea del Sanedrín que condenó a Jesucristo, en el que no se respetaron normas elementales del debido proceso establecidas en la Biblia y en la Mischná; tales como aquellas que señalan que los testigos deben declarar siempre en presencia del acusado y que quien acusa no puede ser la misma persona que dicta sentencia. Tales normas fueron vulneradas en el proceso en comento, en que el ministro instructor actuó como investigador, interrogó a testigos sin la presencia de los imputados y de sus abogados, dejándolos sin derecho a defensa, y luego -utilizando tales testimonios, cuando ya está convencido de la culpabilidad de los imputados- procedió a acusarlos, convirtiéndose, acto seguido, en juez sentenciador, con una absoluta falta de imparcialidad.
Adolfo Paúl Latorre Abogado
CentroderechaLamentable espectáculo está mostrando un sector importante de la centroderecha en víspera de importantes actos eleccionarios en nuestro país. Un senador solicita "congelar" su militancia partidaria, aparentemente a causa de no contar con los votos necesarios en el Consejo General de su propio partido, para ser elegido precandidato. (¿Qué significa "congelar la militancia?, ¿renunciar sin renunciar?, ¿mantener los derechos pero no las obligaciones de militante?). A su vez, el candidato electo en la mencionada instancia hace declaraciones que en nada ayudan a calmar las aguas y unir a su sector, criticando a sus eventuales competidores y aludiendo a los ya socorridos "poderes fácticos", los cuales estarían torpedeando su postulación.
Un tercer potencial candidato presidencial abjura de su histórica doctrina ideológica y se declara, desde ahora, socialdemócrata (ideología universalmente conocida como de centroizquierda).
Para mayor abundamiento, otra posible postulante realiza una abierta crítica a un cuarto probable aspirante argumentando, en tono descalificador, que "es el candidato de los empresarios", como si eso fuese motivo para incapacitar su postulación.
A nivel regional, un candidato a concejal de Concón anuncia su apoyo a un candidato a alcalde que no participó en la primaria de Chile Vamos recientemente realizada y que tenía el carácter de vinculante. Para justificar este apoyo aduce conocer la gran calidad humana de su candidato y que por lo tanto sería la mejor carta para la comuna. No discuto la calidad personal del candidato pero, ¿por qué no se presentó a la primaria para tener un respaldo legítimo y cabal a su postulación? Si uno o más socios de la coalición no están de acuerdo con alguno de los precandidatos, el momento de la impugnación es antes de la elección y no después. Así funciona la democracia.
Con justa razón la ciudadanía manifiesta descontento, desconfianza y decepción con relación a la política y los políticos.
Nibaldo Morales Marín
Davos 2021
En Davos, pueblo de Suiza, desde hace años se reúne parte de la elite mundial para discutir, para bien o para mal, qué harán con la economía y el futuro de la población mundial.El 29 de enero se dio término a seis días de ponencias en diversos temas y con discursos de presidentes, con un discurso inaugural de Xi Jinping de la Chinacomunista. Ya en 2017, Xi Jinping había entregado un discurso muy parecido al de este año, diferenciado por la pandemia del coronavirus originado en Wuhan, China. No se da por aludido, ni menciona el origen de una de las pandemias más catastróficas de la humanidad. Da clases con un desparpajo impresionante de lo que se debe hacer y afirma aspectos como: "Los problemas que enfrenta el mundo son intrincados y complejos. La manera de salir de ellos es defender el multilateralismo y construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad". Sigue con: "Debemos defender los valores comunes de la humanidad, es decir, paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad, superar los prejuicios ideológicos (...)". "Debemos construir una economía mundial abierta (...)". "El fuerte no debe intimidar al débil (...)". "Necesitamos seguir una orientación política centrada en las personas (...)". "Necesitamos cumplir con el Acuerdo de París(...)". Y así. Ojalá se cumpliera. Mas, por otro lado dice: "Nos hemos embarcado en un nuevo viaje hacia la construcción plena de un país socialista moderno (...)". "Seguiremos una nueva filosofía de desarrollo (…)".
¿Qué creer en realidad?, con la "reeducación" de tibetanos, uigures, mongoles, los de Hong Kong, las intenciones de invasión de Taiwán, India, las represalias comerciales a Australia y otros países, la inmensa intromisión en Estados Unidos por años, su emigración supera a la inmigración, la extorsión a países de la nueva ruta de la seda, su elevada contaminación, que es el doble de USA y acaba de anunciar que seguirá construyendo generación térmica a carbón. Jornadas de trabajo semanales de 9 a 21 por 6 días. Algofalta. Ver para creer. Obras son amores y no buenas razones.
Jorge P. Porter Taschkewitz Centro de Estudios Erudis