Vigilancia permanente para el estero de Viña
La limpieza de un corto tramo del Marga Marga dejó a la vista que el lecho se utiliza como basural, creando problemas ambientales para los vecinos. El problema de la disposición irregular de residuos, que es muy notorio a lo largo del estero, también se advierte junto a los contenedores de aseo domiciliario ubicados en diversas calles.
Desde hace años el estero Marga Marga, en su tramo final que cruza de oriente a poniente Viña del Mar, se ha convertido en un botadero de basuras y escombros. Un cómodo vertedero en pleno centro de la ciudad, donde sistemáticamente se están depositando residuos de los más variados orígenes, lo que conlleva riesgos de contaminación y también de inundaciones en años de lluvia intensa, como ya ha ocurrido.
Este problema afecta directamente a vecinos del sector. Es así como residentes en la ribera sur del Marga Marga, entre el puente Cancha y la calle Ocoa, pidieron a la municipalidad la realización de un operativo de limpieza, el que se materializó con el retiro de toneladas de desechos.
El director de Seguridad, Fiscalización y Ordenamiento Comunal, Jorge Cafena, informó que desde ese tramo, que no es de gran extensión, se retiraron ocho camionadas de materiales diversos.
Pero el directivo municipal, junto con dar cuenta de la magnitud de la operación, informo que "tenemos registros de camionetas que llegan en las noches a botar escombros y basura y esto no puede seguir sucediendo". Advirtió que "tenemos normativas con multas altísimas para quienes pillemos cometiendo esto delitos en lugares públicos, solo basta una foto con la patente del vehículo para hacer la denuncia en el juzgado respectivo". Efectivamente, la disposición municipal establece multas que en determinados casos parten de los $300.000.
El problema de la disposición irregular de residuos, que es muy notorio a lo largo del estero, también se advierte junto a los contenedores de aseo domiciliario ubicados en diversas calles, donde aparecen materiales de construcción, muebles y electrodomésticos de gran tamaño.
Se podría decir que este problema es derivado del progreso y la cultura de lo desechable, de aquella "obsolescencia planificada" de la que hablaba el sociólogo Vance Packard, artefactos con vida calculadamente limitada. Pero no nos perdamos en especulaciones; hay una necesidad concreta de espacios para disponer desechos no habituales. Ello supone también transporte y costos que al no corresponder al aseo habitual por el que se paga un derecho, debería ser financiado por quien bota esos materiales.
Lamentablemente, no todos lo entienden así y recurren a la solución fácil y convierten el estero en un basural, contaminando incluso el modesto curso de agua que corre por la ribera norte.
A este problema se suma en algunos puntos la instalación de carpas como viviendas provisorias y el consumo y venta de alcohol y droga, lo que ha desembocado en hechos de violencia, hasta homicidios.
La labor de limpieza realizada por la municipalidad es positiva y se debe mantener en forma permanente insistiendo, junto con las policías, en aspectos delictuales que alteran la seguridad general de la población, además del entorno y el medioambiente.