Claves ante queja que llega desde Rapa Nui
Ingresos irregulares a la isla y problemas de conectividad desataron la protesta que impide la llegada de vuelos a Mataveri. Hay que insistir en la conectividad y el costo de los fletes hasta ese territorio insular. Este aspecto supone subsidios que aseguren abastecimiento y transporte a los residentes, de modo que con hechos se reafirme su pertenencia al territorio nacional.
La suspensión de los vuelos entre el continente y la mítica Rapa Nui, Isla de Pascua, amenaza con crear graves problemas en ese lejano territorio insular de la Región de Valparaíso. La suspensión, originada por una toma del aeropuerto Mataveri, impide la llegada a la isla de un vuelo con 305 personas que debió aterrizar el viernes. Entre ellas se encuentran 58 parte de la etnia local. Según el alcalde, Pedro Edmunds, el 65% de los pasajeros son docentes y asistentes de la educación y sus familias, quienes trabajarían en los cuatro colegios y jardines infantiles de la isla. También entre los frustrados pasajeros hay personal de la Armada, Poder Judicial, entidades públicas y técnicos que deben revisar el sistema eléctrico de Rapa Nui que sufre frecuentes cortes. La suspensión del servicio afectaría también la impulsión de agua potable. Se descartó la alteración de la refrigeración de las 2.400 vacunas que llegaron a la isla, ya que se cuenta con un grupo electrógeno de respaldo.
La toma del aeropuerto, en que mayoritariamente participan mujeres, es una expresión de protesta ante múltiples problemas que afectan a la isla, entre ellos el supuesto incumplimiento de la Ley 21.070, que regula el acceso a ese territorio ante riesgos de sobrepoblación y daño a sus valores ambientales y culturales.
Quienes protestan afirman que en forma fraudulenta se habilita el ingreso a personas que solo quieren visitar la isla. A ese problema se suma el alto costo de los fletes entre el continente y ese territorio, lo que repercute en una "inflación local". Un kilo de pan cuesta $ 3.800, en tanto los ingresos han bajado drásticamente debido a que la pandemia, como en todo el país, afecta al turismo, actividad básica de los isleños. Latam, principal transportista aéreo, rechaza la acusación y afirma que los precios de carga se mantienen desde septiembre y responden a costos operacionales.
La suspensión de los vuelos es grave, pues se podrían ver afectados servicios básicos por falta de mantención y también los preparativos para un retorno seguro a clases presenciales.
Pero sin justificar una medida de fuerza como es la toma del aeropuerto, es pertinente investigar las denuncias sobre vulneración de las normas de ingreso a la isla afinando la norma legal vigente.
A la vez, hay que insistir en la conectividad y el costo de los fletes hasta ese territorio insular, situado a 2.300 millas náuticas de Valparaíso. Este aspecto, tal como ocurre con el archipiélago Juan Fernández, también parte de la Región de Valparaíso, supone inversión en subsidios que aseguren abastecimiento y transporte a los residentes en esas islas, de modo que con hechos se reafirme su pertenencia al territorio nacional. En suma, ingreso y conectividad son claves para resolver la queja que llega desde la lejana Rapa Nui.