Cartas
No todo está perdido
La incertidumbre, la angustia, el desánimo y la desesperanza, debido a la falta de autoridad, de orden y de respeto a la ley, inundan al presente el alma chilena.
Debemos levantar el espíritu, pues no todo está perdido. Aún hay personas que son respetuosas de nuestra historia, de nuestros héroes y de nuestras tradiciones; aún hay quienes saben de abnegación y de sacrificio y que están dispuestos a dar su vida en el cumplimiento de su deber; no todo es materialismo; no está todo corrupto; no todos blasfeman contra Dios y predican el odio; no todos atentan contra el matrimonio, la familia o la vida del niño que está por nacer; no todos apoyan la secesión de parte del territorio nacional; no todos atentan contra el orden institucional y los principios de una sociedad libre.
Aún tenemos patria, ciudadanos.
Adolfo Paúl Latorre Abogado
Declaraciones
La presidenta del Senado, Adriana Muñoz, ha declarado: "Se debe tener muy claro que en La Araucanía no hay solo un conflicto por la violencia, hay un conflicto por la demanda histórica de derechos ancestrales del pueblo mapuche, y a eso no se le ha dado ninguna atención". Se equivoca absolutamente la senadora, puesto que las demandas de las gentes mapuches han sido plenamente recogidas por el Estado de Chile.
En efecto, a partir del gobierno del Presidente Pinochet se inició el proceso de restitución de tierras, que ha continuado ininterrumpidamente hasta nuestros días, asignándose gratuitamente miles de hectáreas de tierra a las comunidades hoy existentes, así como ayuda técnica y económica de una magnitud nunca vista.
El terrorismo instalado en la zona se escuda en una supuesta deuda histórica que ya no existe y se levanta para poder justificar sus acciones de extrema violencia que desarrollan con un fin ideológico y político, cual es instalar un Estado mapuche dentro del territorio del Estado de Chile, Estado que dominarán y gobernarán los mismos terroristas.
Las declaraciones de la presidenta del Senado alientan el interés de la guerrilla y lo grave es que ella lo sabe.
Francisco Bartolucci Johnston Abogado
Futuro
Desde el año 2019 hemos visto jóvenes pululando por las calles, con rostros cubiertos y levantando banderas de luchas ideológicas y aduciendo argumentos banales, repetitivos, al mejor estilo comunista, pero sin saber muy bien de qué se trata a juzgar por diversas entrevistas donde las respuestas, en general, muestran poco conocimiento de su entorno y más aún, ignorancia acerca de la propia ideología que vociferan o ideas que defienden.
Dichos jóvenes, dentro de unos años, deberán formar parte de la masa laboral de este país. Deberán trabajar para sostenerse, tanto ellos como sus familias (si logran formarlas). Ya no recibirán bonos para "primeras líneas" y como sucediera con el movimiento hippie, hoy todos setentones, deberán trabajar, muchos de cuello y corbata, obligados a dejar atrás las exaltaciones y delirios provocados por la inmadurez.
Por tanto, me pregunto: ¿De qué van a subsistir en el futuro cuando no sean tan jóvenes? ¿Quién pagará sus gastos? ¿Cómo pagarán sus impuestos? ¿Podrán tener jubilación? ¿Tendrán la sapiencia para formar a sus propios hijos en el ejemplo? ¿Qué ejemplo? ¿Quién pagará su salud?
No se dejen engañar por voladores de luces o adalides de papel que nunca están en la primera fila. La vida deberán enfrentarla solos y no tendrán a sus "compañeros" delirantes usándolos como escudos. Aún tienen tiempo para forjar su futuro. Mañana no lo tendrán.
Pedro Campos Arizabalo
Oportunidades laborales
En buena hora los clubes deportivos Coquimbo Unido y La Serena, de la Cuarta Región, han contratado a jugadores con muchos años de experiencia. De seguro, serán los equipos con el promedio de edad más alto del fútbol profesional.
Ojalá que todos los directivos de empresas, de los más diversos rubros, también se "contagien" de esta actitud impulsada por las directivas de estos equipos de fútbol nortino y contraten a personas de muy larga experiencia, para que sigan haciendo lo que saben hacer muy bien y que lo han hecho durante toda su vida laboral. Así podrán demostrar que aún tienen mucho que aportar para el progreso de nuestro Chile.
Luis Enrique Soler Milla
Presencialidad escolar
Al cumplirse un año de la pandemia por covid-19 en el país, recién se ha logrado iniciar y dar continuidad -hasta ahora sin complicaciones- a un proceso de vacunación, el cual podrá generar la instancia sanitaria para retomar de a poco nuestra cotidianeidad, sobre todo a nivel laboral/escolar, con los debidos resguardos.
Esta cotidianeidad será completamente distinta y con importantes cargas de ansiedad, expectación y de estrés que debemos cuidar que no se transformen en ansiedad/angustia patológica o que comiencen a dificultar la participación en las actividades laborales o escolares.
Existen algunas interrogantes ante este reingreso de los escolares a la presencialidad. ¿Responde o no a una necesidad pensada en la infancia? ¿O es más bien una decisión que ayudara a reactivar aspectos económicos? ¿Están perdiendo espacios y tiempo de desarrollo/aprendizaje? ¿Tendrán importantes vacíos teóricos y curriculares que será complejo llenar? La adquisición de conocimiento formal, que es lo que en el contexto escolar sucede mayoritariamente, si bien obedece al desarrollo, no debiera ser un argumento por sobre la integridad de niños, niñas y adolescentes.
Muchos niños, niñas y adolescentes se encuentran ansiosos y expectantes por asistir al colegio, es verdad… al igual que muchos adultos estamos ansiosos de poder retomar nuestras rutinas y volver a las actividades que teníamos en relación a participación/desarrollo de intereses, participación social y recreativa, laboral regular etc… pero ¿existe claridad acerca del riesgo que aun suponen estas actividades?
Claudio Acevedo Académico Esc. Terapia Ocupacional Universidad Andrés Bello
Expulsión de inmigrantes
Creo que el Gobierno, por fin, está haciendo lo correcto al no dejar ingresar indocumentados y expulsando a los indeseables o con malos antecedentes (los cupos están llenos con los nuestros). Todos estamos de acuerdo en recibir con los brazos abiertos a quienes buscan una estabilidad económica y garantías sociales en nuestro país. Eso sí, sería importante que los encargados de DD.HH. ayuden y favorezcan a quienes realmente lo necesitan y merezcan.
Jorge Valenzuela Araya