La autoridad frente a las cifras de covid
Valparaíso y Viña del Mar tienen más casos activos que en junio del año pasado, cuando se decretó la cuarentena en ambas comunas. La situación amerita que el Ministerio de Salud adopte nuevas medidas capaces de reducir la persistente alza de contagios, pero deberá tener en cuenta el daño que hacen las cuarentenas a la economía regional.
Decisiones difíciles deberá tomar en los próximos días la autoridad sanitaria si quiere reducir los preocupantes indicadores de contagio por covid-19 que se viven en el Gran Valparaíso. De acuerdo al último informe epidemiológico, los casos activos -capaces de propagar el virus- volvieron a subir hasta un total de 2.893 personas, con una preocupación particular por Valparaíso, comuna que alcanzó los 563 casos activos, décima a nivel del país para esta estadística. La situación de la Ciudad Puerto es incluso peor que en junio, cuando había una cuarentena estricta y el temor al coronavirus mantenía cerrados todos los servicios de atención a público. Todo indica que persiste en la capital regional aquello que los epidemiólogos han denominado una endemia alta, es decir, una situación estructural que impide al puerto principal reducir su ritmo de contagio, pese a todos los esfuerzos puestos para lograrlo. Luego, Viña del Mar, con 494 casos activos, también supera las cifras que exhibía en junio de 2020 (234, según el EPI del 8 de junio), cuando el Ministerio de Salud, encabezado en esa época por Jaime Mañalich, definió el confinamiento absoluto para la comuna. Aunque por el tamaño de su población ambas son las urbes más relevantes de la zona, existen otros casos de preocupación, como Quilpué, con 230 casos activos; Villa Alemana, con 167, y Quillota, con 126.
¿Debe decidir la autoridad sanitaria un nuevo confinamiento para las comunas más afectadas por la pandemia? ¿Aplicará la misma regla de invierno, cuando las decisiones para Viña del Mar y Valparaíso se adoptaban con criterio unificado? ¿Alcanzarán esas medidas a Quilpué, Villa Alemana y Concón, parte del Gran Valparaíso, una conurbación de vínculos tan estrechos que son difíciles de analizar por separado?
Si hiciéramos caso a las señales dadas ayer por el Ministerio de Salud, que puso en cuarentena 11 comunas del país, entre ellas Concepción y Temuco, ambas capitales regionales, uno podría avizorar que no hay otra alternativa. Sin embargo, las autoridades regionales de salud han planteado en más de alguna oportunidad su reticencia a la aplicación de cuarentenas y los gremios han advertido que un retroceso a fase 1 provocaría un serio daño económico al inmovilizar una serie de actividades productivas que son clave para el repunte del empleo regional, uno de los más bajos del país, según cifras del INE.
Tampoco los especialistas están del todo convencidos de que un confinamiento estricto permitiría reducir los factores que explican la endemia alta de casos activos. También la sensación de relajo que produjo la exitosa campaña de vacunación -aún en desarrollo y con obstáculos serios por delante- y los cambios de criterio aplicados a la fase 2 -que permite incluso abrir gimnasios y casinos-, podrían estar entre las causas de las altas cifras que vemos. Por todo ello, es necesario que la autoridad adopte las medidas adecuadas, que lo haga en el tiempo oportuno y con la creatividad debida, tomando las lecciones que dejó el plan aplicado el año pasado.