Cambio en criterio de la cuarentena
Con su decisión de ayer, la autoridad cambió la fórmula que consideraba a Valparaíso y Viña como una gran urbe para el plan Paso a Paso. La excesiva distancia que existe entre las fases 1 y 2 -cuarentena y transición- termina por confundir a la población, que siente como una injusticia que se restrinjan casi todas las actividades y a unas cuadras puedan abrir hasta gimnasios.
La proyección planteada el viernes por la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, se cumplió, aunque solo en parte. El Ministerio de Salud decidió implementar una nueva cuarentena en la comuna de Valparaíso, que a partir del jueves retrocederá a fase 1 en el listado del plan Paso a Paso, pero dejó fuera a Viña del Mar, lo que representa un cambio en el criterio definido anteriormente por la propia autoridad, de considerar para términos de la pandemia a las dos ciudades más grandes de la región como una sola conurbación, tan entrelazadas, que las decisiones en una repercuten invariablemente en la otra.
Es verdad que la Ciudad Jardín mantiene una cifra de casos activos menor a la capital regional, pero Viña aún presenta una endemia de contagios más alta de la que había en junio del año pasado, cuando la autoridad aplicó el primer confinamiento estricto a las dos en forma simultánea.
Más allá de las explicaciones que pueda entregar el Ministerio de Salud, esta modificación en la forma cómo son consideradas ambas comunas se suma a otras -mayor flexibilidad para la fase 2, la ampliación de los aforos en fase 3 y las priorizaciones para la entrega de vacunas, por dar tres ejemplos- para configurar el gran problema que ha tenido el Gobierno durante la pandemia: la información de riesgos. No es razonable pedir la colaboración mancomunada de los porteños para cumplir con el confinamiento más duro previsto para enfrentar la propagación del coronavirus -con el grave impacto que ello representa para el empleo y la economía de esa comuna-, cuando a pocos metros los viñamarinos viven una fase 2 de amplias libertades durante la semana. La diferencia se ha hecho tan grande entre ambos pasos, que es natural la sensación de injusticia. El alivio y la angustia, separados por solo algunas calles. Dicho de otro modo, el criterio zigzagueante del Minsal entorpece el entendimiento cabal de las medidas y cualquier cumplimiento se dará con mayor adhesión cuando los sujetos afectados comprenden a cabalidad la situación a la cual están obligados.
La aplicación de esta cuarentena se transforma además en la primera gran prueba para el secretario regional ministerial de Salud, George Hübner, quien deberá demostrar sobre el terreno que el intendente, Jorge Martínez, no se equivocó al insistir con terquedad en su nombramiento, a contrapelo del interés de su propio partido. También es una oportunidad para que el propio jefe regional reasuma el rol de liderazgo que mantuvo en la primera fase de la pandemia, cuando junto al entonces seremi, Francisco Álvarez, y al exjefe de la Defensa, Yerko Marcic, informaba puntualmente de todas las medidas que se aplicarían en la región que está bajo su responsabilidad administrativa.