Javier Jiménez sigue creciendo a pasos agigantados. El seleccionado chileno de levantamiento de pesas adaptado (Para Powerlifting) volvió a la competencia oficial después de 19 meses y lo hizo cosechando un nuevo éxito.

Su último torneo había sido en los Juegos Parapanamericanos de Lima, que se disputaron entre agosto y septiembre de 2019. Luego de ello, el estallido social y la pandemia del covid-19 pondrían en pausa los torneos.

En Perú, el pesista de 22 años estableció su mejor marca personal, al levantar 123 kilos, pero solo le alcanzó para finalizar en el cuarto puesto a nivel americano.

Ahora, en su anhelado retorno, el oriundo de Viña del Mar igualó su registro más destacado y se impuso en la categoría de 54 kilos, quedándose con la medalla de oro en la Copa del Mundo de Bogotá 2021.

No lo esperaba

"Es algo que no esperaba para esta competencia. Si bien es cierto que faltaron algunos participantes de mi competencia directa, estoy feliz por esta vuelta. No sé si tan satisfecho por el rendimiento, pero sí contento con todo lo que logramos. No competía desde los Juegos Panamericanos de Lima 2019, casi un año y medio", cuenta.

Si bien a nivel competitivo no califica este logro como el más importante, sí lo es desde el punto de vista emocional: "Esta medalla se la dediqué a mi tío, quien falleció en agosto producto del coronavirus. Fue deportista por muchos años al igual que mi abuelo. Entonces han sido una gran inspiración para mi carrera deportiva. Mi tío disfrutaba mucho verme competir y seguía mi carrera. Este campeonato es bastante especial, con dedicatoria para él".

"Mi mayor logro ha sido poder participar en los Panamericanos de Lima, que es un megaevento", sostiene el deportista, aunque asegura que "obtener el oro en Colombia me dejó muy contento porque ha costado mucho mantenerse entrenando y con motivación. Esto es un shot de energía para poder seguir".

El representante nacional está viviendo actualmente en la residencia del Centro de Alto Rendimiento de Santiago (CAR). Ahí se queda y también entrena dos veces al día, pero asume que no ha sido fácil mantenerse en actividad por el contexto.

"Ha sido un año duro y difícil para todos, sobre todo solo entrenando. Cuesta tener motivación a ratos, pero dentro de todo podemos tener una mirada positiva después de esta última competencia. Demostramos que hemos podido mantener un buen nivel", reflexiona el viñamarino.

Ascenso veloz

Recién en 2018 el atleta de la Ciudad Jardín comenzó a incursionar en el Para Powerlifting. Antes, practicó tenis en silla de ruedas durante cinco años. Pese al drástico cambio, y al poco tiempo en la disciplina de las pesas, a Jiménez no le sorprende su rápido crecimiento.

"Ha sido un trabajo en conjunto con todo el equipo, he tenido mucho apoyo siempre. Bajo el manto del comité y de mi entrenador, he podido desarrollarme como un buen deportista. Llevo tres años, partí en un deporte nuevo para mí, pero me he construido poco a poco gracias al buen trabajo que hay detrás. Eso me lleva a que hoy sea uno de los mejores de América y de Chile. Ha sido un trabajo en conjunto y es mérito de todos", señala.

En esa misma línea, complementa que "uno siempre se pone metas, se plantea objetivos y en la medida que los va cumpliendo la felicidad es mayor. Pero uno siempre tiene que ir paso a paso, poniéndose desafíos de a poco y cada vez más grandes. Mi carrera está recién empezando, aún me queda mucho camino por recorrer. Si confiaba en cumplir lo que me he propuesto. Así ha sido mi vida en general".

En plena niñez, cuando tenía solo 11 años de edad, tuvo que lidiar con un cáncer óseo que le significó la amputación de su pierna izquierda. Por ello, su historia personal, tanto en la vida como en el deporte, habla de una constante superación.

"Siempre trato de dar lo mejor, de superarme día a día. Uno siempre va a querer obtener el mejor lugar. Creo que es algo innato en el deportista de alto rendimiento. Pero trato de enfocarme sólo en mí, obtener mejores resultados y superarme. Compito contra mi versión anterior, me gusta hacerme saber de que me la puedo siempre", confiesa.

De todas formas, reconoce que su prioridad en cada certamen es disfrutar, dejando en segundo plano los triunfos: "Nunca espero un resultado en sí, más que nada espero un buen rendimiento y presentación. Siempre pretendo dar lo mejor de mi, sin importar mucho el resultado. Lo que venga después, maravilloso. Pero trato de siempre mantener el pensamiento de que voy a disfrutar de una competencia y de que lo haré bien, antes de pensar en un posible resultado".

Próximas metas

Por ahora, el calendario para el pesista de la región de Valparaíso es una incógnita, ya que muchos torneos han tenido que ir modificando sus fechas debido a la emergencia sanitaria.

Sin embargo, el joven, que ya se tituló de preparador físico y mientras tanto trabaja como vendedor, tiene claro que su principal objetivo a mediano plazo son "los Panamericanos de Santiago 2023, donde pretendo obtener un mejor lugar que en Lima y superar la marca. De aquí en adelante quiero seguir mejorando mis registros en cada competencia. Hasta el momento no hay ninguna certeza sobre próximos torneos".

Al pesista le motiva la idea de competir con su gente y lo llena de ilusión. "Todas mis energías están puestas para Santiago 2023. Va a ser una gran competencia, se disputará en Chile y qué mejor que eso. Habrá mucha gente apoyándome de cerca y esa es mi meta por ahora", concluye Jiménez.

"Todas mis energías están puestas para Santiago 2023. Va a ser una gran competencia".

Javier Jiménez, Seleccionado de pesas adaptado

"