Síndrome de abstinencia
Han pasado apenas 26 días desde que vimos el último partido del torneo nacional, Colo Colo versus Universidad de Concepción, y no vemos la hora de que vuelva el fútbol chileno a las pantallas de nuestros televisores.
La para por la pandemia obligó a la ANFP a programar una cantidad obscena de partidos en pocos meses. De un momento a otro, empezamos a ver fútbol desde las 10.15 de la mañana los días lunes, martes, miércoles… ¡toda la semana!
A veces, uno trataba de desconectarse y de repente llegaban los Whatsapp: "Otro gol de Chupete Suazo"; "Está perdiendo Colo Colo"; "Le anularon el gol a la Católica"; "Penal contra Wanderers"; "Qué gol se comió Herrera", por recordar algunos mensajes. Con esas noticias, llenas de morbo, era imposible no ceder a la curiosidad y había que parar lo que uno estaba haciendo para ir a ver el CDF y ser testigo directo de lo que sucedía.
No era fácil trabajar, ni concentrarse, menos aún cuando algunos equipos podían estar disputando la clasificación a una copa internacional y el descenso al mismo tiempo. A eso había que sumar los promedios (que nunca supe calcular) y tratar de entender las combinaciones para que bajaran Colo Colo o la U.
Desde ese caluroso miércoles 17 de febrero en que el flacuchento Pablo Solari se destapó con un golazo y el panameño Cecilio Waterman se farreó el empate ante Colo Colo, que no hemos visto más partidos y la sensación es terrible. En más de una oportunidad me he sorprendido a las 11 de la mañana del lunes haciendo zapping en busca de un partido del fútbol chileno, o un jueves por la tarde viendo la repetición de un Cobresal vs Antofagasta o Curicó contra Iquique. Revisando los mensajes antiguos en el teléfono, anotando estadísticas, analizando goles y llamando a un amigo para comentar qué habría pasado si es que no hubiese existido el VAR.
Hemos tratado de llenar el vacío con la liga italiana y los goles y habilitaciones de Alexis en esos miserables minutos que le da su jefe, la racha imparable de Pellegrini en el Betis, el ocaso de Messi y Ronaldo en la Champions, algo del Leeds de Bielsa, la Copa Libertadores Femenina, pero nada nos satisface, ni siquiera el 9-0 del Morning contra el Deportivo Trópico…
Las contrataciones, salvo las de Coquimbo y La Serena, han sido lentas y aburridas y no han hecho más que aumentar la ansiedad. Quedan once días para que arranque el nuevo campeonato y siento que falta una eternidad, cuando son menos de dos semanas.
En fin, nuestro fútbol es lento y el juego es predecible. Ya no tiene las grandes figuras que ostentó hace algunas décadas, pero tiene un no sé qué y un no sé cómo que nos atrae y llama la atención, por lo menos a algunos que, pese a la cada vez más paupérrima calidad del producto, no aceptamos sucedáneos.
por WINSTON