Vacunación, detección y tratamiento: cómo erradicar el cáncer cervicouterino
La OMS ha planteado una estrategia para acelerar la eliminación de esta enfermedad, la que es prevenible si se cumple con medidas como la realización periódica del PAP.
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En el mundo, más de 600 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer cervicouterino cada año y sobre 340 mil mueren. Para la Organización Mundial de la Salud, se trata de una enfermedad que es posible erradicar. "La eliminación de un cáncer habría parecido un sueño imposible hace un tiempo, pero ahora disponemos de herramientas costoeficaces y basadas en datos científicos que pueden hacer realidad ese sueño", ha dicho el Director General de la OMS. La estrategia para lograrlo se basa en la consecución de tres claros objetivos de aquí al año 2030: alcanzar un 90% de cobertura de la vacunación contra el VPH en niñas hasta los 15 años; que un 70% de las mujeres sean examinadas antes de los 35 años y nuevamente antes de los 45, mediante pruebas de alta precisión; y el tratamiento del 90% de lesiones precancerosas y cánceres invasivos.
Se estima que de aplicarse con éxito esta estrategia -basada en la prevención, detección y tratamiento-, se podrían evitar 5 millones de muertes para el año 2050.
La realidad en Chile, según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, es que al año se registran más de 1.500 nuevos casos y alrededor de 800 muertes.
Vacuna
En nuestro país, la vacunación contra el VPH está incluida en el Programa Nacional de Inmunizaciones, por lo que se aplica a niñas y niños en 4° y 5° básico.
¿Cuál es su importancia? Casi todos los cánceres de cuello uterino son provocados por el Virus Papiloma Humano, o VPH, muy común en la población y que se transmite por vía sexual. El VPH es en realidad un grupo de más de 200 virus, algunos de los cuales representan un mayor riesgo de causar cáncer, como los tipos 16 y 18. El sistema inmune suele controlar las infecciones por VPH, pero cuando esto no ocurre y ellas persisten, pueden producir cambios celulares que con el paso de los años se transformen en un cáncer.
"La vacuna en niñas protege contra los virus de mayor riesgo, evitando a futuro una infección que podría llevar a desarrollar una lesión precancerosa o un cáncer", explica el Dr. Sebastián Ramírez, jefe del Equipo de Ginecología Oncológica FALP. "Su uso en mujeres adultas es excepcional, puesto que lo ideal es aplicarla cuando aún no se ha iniciado la actividad sexual y porque aparentemente la reacción inmunológica no es tan buena como cuando se administra en menores", agrega.
Detección
La principal herramienta de diagnóstico del cáncer cervicouterino es la citología o Papanicolaou (PAP), capaz de detectar alteraciones morfológicas en las células -provocadas por una infección viral- antes de que lleguen a convertirse en un cáncer. Su sensibilidad es variable y depende, entre otros factores, de la frecuencia con que se realice. "Es importante efectuarlo periódicamente para aumentar la sensibilidad de la detección", dice la Dra. Verónica Sanhueza, anatomopatóloga de FALP.
En Chile, a pesar de tener acceso a través del sistema público y privado de salud, muchas mujeres no se realizan este examen. "El PAP, al poder detectar lesiones precancerosas, permite evitar un cáncer 5 años antes de que se desarrolle. Sin embargo, seguimos teniendo una cobertura de PAP baja, menor a un 70%, por lo que siguen llegando pacientes con cánceres más avanzados y no hemos podido disminuir la mortalidad por esta enfermedad, a pesar de que han surgido más herramientas diagnósticas", comenta el Dr. Ramírez.
Un estudio que se ha sumado a la detección del cáncer cervicouterino es la búsqueda de ADN viral en las células cervicales. "El test de detección de VPH no reemplaza al PAP, sino que lo complementa. Puede detectar la presencia de VPH en el organismo incluso años antes de la aparición de alteraciones visibles al microscopio, y además identificar su genotipo. Para realizarlo se utiliza la misma muestra del PAP", describe la Dra. Sanhueza, sobre este examen, recomendado en las guías clínicas del Minsal para la detección del cáncer cervicouterino y disponible en ciertos centros de salud, como el Instituto Oncológico FALP.
La información que arroja esta prueba permite adoptar diferentes estrategias. El Dr. Ramírez ejemplifica: "Si una paciente no presenta el virus y tiene un PAP normal, puede espaciar este último examen de 3 a 5 años, puesto que no hay factores de riesgo para un precáncer o cáncer. O si alguien tiene un PAP alterado, éste se puede complementar con el test de VPH para identificar qué tipo de virus tiene y con eso definir qué otros estudios se requieren. También nos permite vigilar pacientes que ya han tenido algún problema en el cuello del útero. Es un examen que se les debiera sugerir a las pacientes a partir de los 30 años como complemento del PAP".
La Dra. Verónica Sanhueza añade que "la detección de VPH de alto riesgo no permite predecir qué pacientes van a desarrollar cáncer, pero sí cuáles tienen más riesgo de hacerlo y tomar medidas adicionales para hacerles un mejor seguimiento y evitarlo".
Tratamiento
Existen diferentes alternativas quirúrgicas para el tratamiento del cáncer cervicouterino, siendo la histerectomía la más común. En casos de lesiones precancerosas o cánceres muy iniciales, existe la posibilidad de realizar una conización (extracción de una porción, con forma de cono, de tejido del cuello y canal uterino), alternativa que permite conservar la opción de maternidad, al igual que un procedimiento excepcional denominado traquelectomía (extracción de la zona del tumor junto con el tejido que rodea al cuello uterino, para luego unir el cuerpo del útero con la vagina) en tumores un poco mayores. Cuando la enfermedad es más avanzada, el manejo es con radioterapia acompañada de quimioterapia.
"En los casos de precáncer y primeras etapas de cáncer, habitualmente los tratamientos son exitosos. Cuando las pacientes llegan más avanzadas, van a tratamientos con intención curativa, aunque con menos éxito que aquellas pesquisadas precozmente", explica el Dr. Ramírez.
Es por esto que la prevención y detección precoz son tan fundamentales. "En general se sabe poco sobre el cáncer cervicouterino, pero es necesario recalcar que esta es una enfermedad prevenible, por lo que debemos mejorar la educación e información en torno a la importancia de la vacuna, del PAP sobre los 20 años y del test de VPH después de los 30", afirma el Dr. Ramírez. "Erradicar esta enfermedad es una meta que se puede alcanzar", concluye la Dra. Sanhueza.
FALP es integrante de la
Organización Europea de
Institutos de Cáncer
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