Dificultades del plan de ayuda oficial
El nuevo paquete de medidas económicas por US$ 6.000 millones contempla un bono para la clase media y la extensión de otros beneficios. La propuesta deberá enfrentar las dudas que plantean tanto parlamentarios de Gobierno como de oposición. También se encontrará con las comparaciones que habrá con el tercer retiro de fondos de las AFP.
Para mitigar el impacto económico -principalmente en el empleo informal y de servicios- de las cuarentenas anunciadas para gran parte del país, el Gobierno presentó un plan basado en la entrega de nuevos bonos, la extensión de los aportes familiares y la apertura de créditos y subsidios destinados a pequeños empresarios.
Según informó el propio Presidente Sebastián Piñera, el eje de la propuesta es el llamado "Bono Clase Media", que consistirá en una ayuda de hasta $500 mil a quienes tengan una renta entre el salario mínimo y $1,5 millones. Quienes ganen entre el salario mínimo y $408 mil accederán al bono sin condición de reducción de ingresos; el resto de beneficiados deberá acreditar una reducción del 20% de sus ingresos. La idea deberá pasar por la aprobación del Congreso y aunque responde a algunas de las ideas planteadas por varios parlamentarios -tanto de oposición como del oficialismo-, no alcanza a cumplir con una de las condiciones más requeridas: que la entrega de recursos sea sin condiciones como sería el demostrar una merma de ingresos.
Más allá de este aspecto, la iniciativa del Ejecutivo deberá enfrentar otros escollos en los pasillos del Parlamento, en calle Pedro Montt. La más evidente será la comparación que sufrirá frente a la idea de un tercer retiro de los fondos previsionales. Aunque muchos parlamentarios creen que volver a meter la mano al bolsillo de los ahorros de pensiones no es técnicamente adecuado, reconocen que es una idea popular a la cual es difícil confrontar públicamente.
Otra complejidad surge de contingencia electoral, que empujaría a las fuerzas políticas a exigir el aporte de más recursos, aunque el paquete completo de ayudas económicas representa ya un total de US$ 6.000 millones. El senador Ricardo Lagos Weber destacó la decisión del Ejecutivo para aportar esa cifra de la billetera fiscal, pero advirtió que el plan del Gobierno tiene "muchos objetivos al mismo tiempo" y puso el acento en cómo se distribuirá: "Una cosa es que vaya a Salud en general y otra es que se entregue a las familias y las pequeñas y medianas empresas". Tampoco los transportistas quedaron del todo conformes que lo presentado -exigen más transferencias directas y menos préstamos a tasas bajas-, ni los gremios de pymes, que han reclamado desde el inicio de la pandemia por la falta de celeridad en la entrega de las ayudas comprometidas. Hay otro punto completamente excluido del mensaje expuesto por el Presidente, pero que tarde o temprano el Gobierno de turno deberá abordar: una fórmula de apoyo particular para la Región de Valparaíso, cuyas empresas y empleos se vieron más afectados que otras por la pandemia y cuya historia revela un pesimista recuento de dificultades estructurales para volver a crecer al mismo ritmo del país cuando este tipo de crisis quedan superadas.