Preocupa impacto de caída en matrículas de pedagogías
Disminución sostenida anticipa un déficit de profesores idóneos -que cuentan con título en la disciplina y/o nivel que imparten- que está a la vuelta de la esquina. Tres expertos en Educación de universidades de la zona abordan el problema y plantean pasos a seguir.
Lamentable. Grave. Preocupante. Así califican tres expertos en Educación de universidades de la zona la sostenida tendencia a la baja que experimentan desde hace una década las matrículas de las carreras de pedagogía a nivel nacional: entre 2010 y 2019 cayeron aproximadamente un 30%, de acuerdo a un estudio de Elige Educar, mientras que el año pasado disminuyeron 15% respecto de 2019. Y la admisión 2021 volvió a marcar a la baja.
Según una estimación del Foro de Educación Superior Aequalis, en 2023 los egresados de pedagogía no superarían las 9 mil personas, cerca de 45% menos de las que se titulaban en 2014, mientras Elige Educar proyectó que en 2025 faltarían en el país 32 mil educadores idóneos, vale decir, que cuentan con el título de profesor en la disciplina y/o nivel de enseñanza que imparten.
Es más, esta última organización calculó en 1.850 profesores -13% de las necesidades- el déficit de docentes que registrará en 2025 la Región de Valparaíso, una de las que tiene más programas de formación de docentes en Chile. ¿Qué queda para las zonas extremas? Atacama encabeza el triste ranking, con 42% de necesidades no cubiertas.
Diversificación y percepción de riesgo
"Lo que Elige Educar ha diagnosticado es real, y por esa razón las autoridades públicas han empezado a preocuparse del tema desde el planteamiento y el discurso", señala el vicerrector académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Nelson Vásquez, para quien esta situación responde a una serie de factores.
Menciona la diversificación tanto de la educación superior como del mercado laboral y la ampliación de la oferta de carreras, todo lo cual incide en las expectativas de trabajo y remuneración que tienen los jóvenes. A ello le suma la pérdida de interés en incentivos como la Beca Vocación de Profesor, que a partir de la gratuidad dejó de ser interesante para los sectores de los primeros quintiles; la percepción de que los sueldos no se condicen con las altas exigencias de una profesión sometida a fuertes presiones, así como la constatación de que ya no es un vehículo de ascenso social.
"Por décadas ser profesor era una profesión que permitía a muchos jóvenes de familias más vulnerables o del mundo agrario llegar a la universidad, obtener un título y ascender socialmente. Hoy día, ya no cumple esa función completamente, prueba de ello es que muchos hijos de profesores no quieren ser educadores como sus padres, porque ven en ellos las características y las condiciones laborales en que se desarrolla la profesión docente", ejemplifica.
Pero también hace notar que "la pedagogía comienza a verse como una profesión de alto riesgo por lo que ocurre en muchos establecimientos escolares donde los niveles de conflictividad, las exigencias que los padres hacen sobre los profesores, la alta politización del Colegio de Profesores, son aspectos que además se han agudizado en tiempos de pandemia".
A ello suma que se trata de una carrera cada vez más regulada por el Estado y por las políticas públicas, "y los profesores tienen mayor accountability, están siendo evaluados por los resultados de aprendizaje que logran con sus alumnos. Entonces, se observa como una profesión muy expuesta en la sociedad, lo que hace que a los hijos de los profesores les cueste más tomar la decisión de estudiar pedagogía".
Desvalorización e incentivos estancados
La decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Silvia Sarzoza, opina que uno de los principales factores que inciden en la disminución de matrículas en esta área es la desvalorización de la profesión, a pesar de que un estudio nacional del año 2020 concluye que las pedagogías ocupan el cuarto lugar entre de las carreras más valoradas en el país.
"Sin embargo, todo indica que la valoración no ha sido suficiente para atraer a más estudiantes. Creo que resulta necesario abordar el tema con seriedad y revisar las políticas educativas, especialmente las referidas a la formación inicial docente y a la carrera docente, de manera participativa y democrática", remarca.
"En los últimos años se asumió el desafío consciente de mejorar la percepción social y el prestigio de la profesión docente a nivel de política pública y se esperaba que, a partir de la Ley 20.903 de carrera docente, se lograra una mejora constante en ese sentido. Sin
cambios en algunas de las políticas públicas vinculadas al sector y revisión de los incentivos a la luz de las nuevas realidades y exigencias de la profesión son parte de las propuestas.
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercurio valpo.cl