Delivery en tiempos de pandemia
Por Marcelo Beltrand Opazo
En estos tiempos, la adaptación es una cuestión de sobrevivencia. Sobrevivir a tiempos aciagos, difíciles. Tiempos en que la gastronomía y el turismo se encuentran en los límites de sus posibilidades. Claramente, el sector servicios ha quedado casi a la deriva, en un estado de precariedad que solo nos ha mostrado lo débil del sector.
"Estamos solos" es la frase que se repetía el año pasado. Solos con los sueños de hacer una cocina de excelencia, solos y sin ayuda, solos con las deudas. Pero así todo, aquellos que han podido resistir y aguantar, hoy se adaptan, se amoldan a condiciones únicas y extraordinarias, porque adaptación es la clave para sobrevivir, sobre todo en momentos hostiles y precarios.
El año pasado escribí que un restaurante no solo entrega un servicio de comida, sino que es el reproductor y transmisor de prácticas culturales. De ahí la urgencia e importancia del cuidado y protección del sector. Hoy, creo, es necesario volver a recordar estas palabras porque volvemos a estar en cuarentena. Recordar que un plato, una preparación, una puesta en escena, una carta, el servicio completo es la cara que tenemos como cultura ante otros (ante nosotros mismos), pero, además, es el reflejo de lo que somos. La cocina chilena, en los últimos veinte años, ha sufrido cambios significativos, ha evolucionado, gracias a la fusión cultural con otras tradiciones culinarias, pero sobre todo gracias a esa forma de querer transmitir, a través de la comida, lo que somos como país. Hay una vuelta de tuerca que se ha visto reflejada en el auge de las carreras de gastronomía y turismo, además del nuevo posicionamiento mediático de los chefs, redundando, finalmente, en cambios y avances culturales, de ahí la importancia del sector. La cocina de un país, habla de su cultura.
Después de meses en cuarentena, el delivery se instala con fuerza, se instala y se queda como una forma más de venta en estos tiempos. Los que no lo tenían incorporado, ahora ya lo utilizan y han adaptado sus instalaciones para dar el mejor servicio. En Valparaíso son muchos los que entregan delivery. Por ejemplo, en Playa Ancha, el restaurante "Las Torpederas" entrega su especialidad, que son los mariscos; también el "Café República Independiente de Playa Ancha" o el "Pastas Vincitore". En el cerro Alegre se encuentra el "Tres Peces", "Il Paparazzo Ristorante", el "Mar de Amores", "La Morada Alegre", "La Boca del Oso", con comida vegetariana, vegana y cerveza artesanal, entre otros; y en el Almendral, Casa Plan, el restaurante "Del Barrio", con sándwich y pizzas. Luego, en Viña del Mar, pueden encontrar el "Teien", con su propuesta de comida oriental, ahora con una carta adaptada para el delivery, en el que encontrarán Baos de verduras y sushis y también cuentan con menú para niños; también tenemos al restaurante del que hemos hablado en más de una ocasión, "Don Emelio", que cuenta hoy con algunos platos nuevos, como camarones al pilpil, o las clásicas croquetas de mechada o las calugas de merluza. Hay también restaurantes de sándwiches, como "Pedro Juan & Diego" y el "Roof Burger". También pueden encontrar sushis en "Seiko Sushi". Y en Quilpué, el "Origami", un conocido nuestro, con lo mejor de la comida Nikkey, o el "Sous Sol", del que hablamos la semana pasada. También está el "Brasas del Sur" y el "Café con Historia".
Todos estos restaurantes se han adaptado, insisto, algunos con delivery incorporado en sus modelos de servicios, pero otros han tenido que hacer cambios importantes en sus negocios, aprendiendo algo nuevo.
La pandemia está cambiando la forma que tenemos de relacionarnos, saludarnos, mostrarnos y ser. Estaremos con mascarilla por muchos meses más. Y ya comenzamos a extrañar los abrazos, las sonrisas en la calle, los gestos. Ahora, debemos aprender a leer las miradas, porque aún seguimos caminando, tenemos que volver a recorrer la ciudad, tenemos que volver a construir comunidad.