Cartas
Enfermedad traicionera
La muerte de Alejandro Valdés (41) no solo sorprendió a quienes trabajamos en Everton o son hinchas del querido equipo de Viña del Mar. Cruzó los límites del fútbol. ¿La razón? Su historia comienza a repetirse en nuestro país cada día con más fuerza.
Fue detectado positivo en uno de los controles internos del club e inmediatamente inició su cuarentena. Cuando su confinamiento obligado llegaba a su fin, comenzaron los problemas. En solo un par de días Alejandro pasó a ser parte de la lista negra de esta pandemia, una enfermedad muy traicionera, que ahora comienza a mostrar su cara más agresiva.
Ojalá su muerte no sea en vano y ayude a convencer a los incrédulos que el covid está cada vez más cerca. Vuela alto, Ale.
Rodrigo Córdova Alfaro
Inconsciencia
La detención de tres carabineros y un fiscal metropolitano mientras participaban en eventos clandestinos, prohibidos por la pandemia, de seguro es la peor respuesta que pueden recibir los esforzados trabajadores de la salud que todos los días, a lo largo de todo Chile, ponen en riesgo sus vidas y las de sus propias familias por combatir al virus en medio de miles y miles de contagiados.
¿Qué falta por decir y por hacer? ¿Qué falta por mostrar para que todas las personas asuman, con la debida responsabilidad, que estamos en medio de una gravísima crisis sanitaria, sobre todo aquellos llamados a dar el ejemplo?
Es verdad, son dueños de sus vidas y, en rigor, pueden hacer con ella lo que quieran, pero lo deleznable es que en sus desatinadas actuaciones, directa e indirectamente, involucran gravemente a otras personas.
En Uruguay, un organizador de una fiesta clandestina fue condenado a prestar servicios comunitarios en un hospital. Tal vez no sea mala idea hacerlo en Chile, para que los porfiados vean in situ la realidad.
Luis Enrique Soler Milla
Comportamiento
Recientemente, una noticia publicada en el diario ABC, de España, daba cuenta de la presunta paradoja que era que Chile, con un espectacular proceso de vacunación que ya lo quisiera cualquier país, tuviese a la mayoría de su población confinada y con severas restricciones de movimiento.
Esto no encierra una paradoja alguna. Es parte de la modificación de la estrategia nacional para enfrentar la que es a la fecha la peor fase de la pandemia. Con la barrera de los 8 mil casos diarios rota, fue oportuno implementar un endurecimiento de las medidas, las que por semanas fueron solicitadas por los especialistas de todo espectro. Nada de esto cambia la responsabilidad que cae sobre nuestros comportamientos individuales y nuestras decisiones: el buen gobierno no facilitará el mejoramiento de la situación sanitaria sin la responsabilidad ciudadana de la que tanto se pontifica. Es una cuestión de economía del comportamiento.
Camilo Barría-Rodríguez
Crisis sanitaria
Cuando se produce un accidente aéreo y mueren 50 personas, es noticia de primera plana y todos lamentamos lo ocurrido. Hoy, en Chile, mueren unas 100 personas diarias por el coronavirus. ¿Estamos comportándonos? ¿Estamos cumpliendo y haciendo cumplir todas las medidas sanitarias?
Patricio Cañete Toro
Carnet de vacunación
Si bien el carnet de vacunación es, de momento, un cartón con información sencilla sobre las dosis y el tipo de vacuna que ha recibido una persona, tiene el riesgo de convertirse, en mediano a breve plazo, en un requisito o exigencia para poder realizar actividades o acceder a ciertos lugares o eventos en medio de la pandemia. Así se está considerando, por ejemplo, en la Unión Europea.
Medidas como ésta (que también se han discutido en otros países y de forma muy embrionaria fue propuesta a mediados de 2020 por el entonces ministro Jaime Mañalich) hacen surgir desafíos regulatorios relevantes.
Si Chile hiciera suya esa idea, ¿sería legítimo requerir un carnet de vacunación para entrar a un cine o para viajar? ¿Podría ser solicitado como un requisito para postular o mantener un trabajo?
En Chile, la campaña de vacunación ha dispuesto que la inoculación de la vacuna es algo voluntario, donde cada persona puede, libre y autónomamente, elegir entre vacunarse o no hacerlo, por lo que aunque la vacuna puede proteger tanto a la persona como a quienes lo rodean, su decisión al respecto debe ser respetada. En tal contexto, las situaciones planteadas y muchas otras deben ser analizadas y abordadas desde una perspectiva legal que conjugue el bien común, el legítimo ejercicio de la libertad individual y la no discriminación. Distinto sería si la vacunación fuere obligatoria. ¿Sería legítimo que lo fuera? E ahí otro dilema que nos impone este virus.
Gerardo Otero Abogado Socio de Ecija-Otero
Contribuciones
Comienza abril y también comienza el drama del pago de las contribuciones de bienes raíces para un gran porcentaje de pensionados. Es otra gran injusticia tener que pagar para poder vivir en propiedades que adquirimos con gran esfuerzo en nuestro periodo laboral, tomando en cuenta los montos de pensiones reducidos que recibimos, aunque tengamos cotizaciones sin lagunas y por 43 años, como es mi caso.
Entendemos que el Estado necesita recaudar para financiar grandes necesidades en un país con una gran cantidad de gente pobre, con un promedio de sueldos muy bajo; pero no debería ser que nos siguieran obligando a pagar verdaderos arriendos cuatro meses al año para tener derecho a vivir en nuestras propiedades, bajo amenaza de que terminemos con las propiedades rematadas, con todo lo que eso implica, como le ha pasado, desgraciadamente, a tantos pensionados.
Arturo E. Morales P.
Esperanza y fe
Ya no repican las campanas, el silencio se ha tomado las calles. Todo se ha convertido en quietud.
No dejo de recordar cuando en Semana Santa, los domingos, a las 10 de la mañana, mi madre me lavaba la cara con agua fresca porque era el día de Gloria. La esperanza y la fe no deben perderse jamás.
Renato Norero V.