El fantasma de los programas ídem
Una parte del municipio porteño -hoy completamente dividido- intenta redibujar la realidad a su antojo.
En medio de la farragosa semana que enfrentó la Municipalidad porteña por los cuestionamientos al "Programa Comunitario de Fortalecimiento de Espacios Públicos y Patrimoniales de la Comuna de Valparaíso", tras la auditoría dada a conocer por la Dirección de Control del propio municipio y que incluso motivó un Concejo Municipal extraordinario, queda la impresión de que la comprobación de pagos a "operadores políticos", como acusó el concejal Iván Vuskovic, no sería algo mayormente escandaloso para un municipio que ya nos tiene acostumbrados a eventos de esta laya.
Contratar dirigentes vecinales críticos al alcalde de turno es una treta más vieja que el hilo negro y en la cual Jorge Sharp se muestra como un más que aventajado alumno de sus antecesores en el cargo. Asimismo, entregarle dinero del municipio a un "licenciado" (es decir, no titulado) para que éste "planifique" los espacios públicos y patrimoniales de Valparaíso mientras hace su campaña a alcalde en Concepción no suena como algo muy pulcro, pero tampoco es nada nuevo. Ya antes "trabajó" en el municipio un actual candidato a alcalde de Temuco, sobre quien el PH y RD pidieron a Contraloría investigar un eventual financiamiento irregular de su campaña desde las generosas arcas de Condell 1490.
En el camino -algo ya habitual en el desenfadado actuar de la actual administración porteña- fueron lamentablemente enlodados otros profesionales de recorrido intachable en la ciudad, como la historiadora del Arte, Macarena Carroza, quien en su defensa "tasó" el convenio firmado con el subsecretario de Patrimonio, Emilio de la Cerda, en más de 400 millones pesos y hoy está ingenuamente siendo utilizada por la Alcaldía Ciudadana para que se sume al coro de que todo se trata de un montaje de la UDI y la prensa derecho-pintista-castrista-trumpista-empresarial que, suponemos, es El Mercurio de Valparaíso. O el propio director de Control, Christian Paz, quien con un recorrido de 18 años en el municipio debió salir a defender, cual estudiante en práctica, su trabajo, nombre y honestidad al ser acusado de "mala fe" por el alcalde.
Lo cierto y lo concreto es que el informe da cuenta de que el proyecto no fue aprobado nunca por el Concejo Municipal (Nicolás Guzmán podrá hablar otras dos horas y difícilmente convencerá a alguien de su enrevesada interpretación), de que pese a la aprobación y ejecución de montos, en los papeles el programa no existió durante 2020 y 2021, lo que impide saber en qué consiste buena parte de los servicios prestados por 14 personas a cambio de 215 millones en 2019 y 19 personas por la misma cantidad en 2020, no existiendo relación o concordancia entre las funciones de los profesionales establecidas en los contratos e informes de desempeño de los mismos. Obviamente, tampoco hay forma de saber si efectivamente trabajaron, si asistieron alguna vez a alguna parte (reunión por Zoom, malón donde la exsecpla, lo que sea), por cuanto era un acuerdo "a la antigua", sin asistencia ni horarios.
Pero el conflicto, empero, es más profundo y se enmarca en el nerviosismo de Sharp por una eventual derrota en sus delirios de reelección, abandonado por La Matriz, la izquierda dura, los votantes de Valparaíso y, en rigor, todo aquel que alguna vez le creyó sin entregar boleta. Todo se remontaría al quiebre del alcalde con el Frente Amplio y el lanzamiento de aquella entelequia llamada "Territorios en Red", después de que el conglomerado le pusiera condiciones tras el escándalo de los $ 931 millones de pesos de subvenciones escolares revelado por Contraloría.
"Sin ir más lejos, el joven anticorrupción terminó entre la espada y la pared en un caso de corrupción producto de la crisis estructural del financiamiento a los municipios", concluye La Izquierda Diario, no precisamente un miembro de la "prensa burguesa".