Nutrirse bien para protegerse del Alzheimer
ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3, ANTIOXIDANTES Y VITAMINAS SON CLAVE PARA UNA ALIMENTACIÓN QUE PUEDE AYUDAR A PREVENIR O RETRASAR LA ENFERMEDAD.
La Enfermedad de Alzheimer (EA) es un trastorno neurodegenerativo del cerebro y una de las formas más común de demencia, que generalmente se presenta en las personas a partir de los 65 años, calculándose que a nivel mundial existen en la actualidad más de 15 millones que tienen esta patología.
Por lo anterior, y considerando que la prevalencia de la EA crece con la edad, es importante prestar atención a los factores protectores, dentro de los que destacan la nutrición y, en especial, la rica en el consumo de omega 3, antioxidantes y vitaminas, ya que una adecuada alimentación ayuda a prevenir o retrasar su aparición.
Al respecto, la académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Natalia Muñoz explicó que, lo primero que se debe hacer frente a un paciente, es identificar en qué etapa de la enfermedad se encuentra ya que ello determinará cuál será la alimentación más adecuada a seguir.
En este sentido, indicó que "durante las primeras etapas, el paciente puede consumir a través de la vía oral, por lo tanto, lo que nosotros vamos a hacer es identificar cuáles son sus hábitos alimentarios, establecer los alimentos que les guste consumir y aquellos que rechaza, entregar alimentos que le evoquen buenos recuerdos, y establecer horarios para que estos se conviertan en una rutina y sobre todo, preocuparnos para que la alimentación sea equilibrada y variada con una presentación y sabor agradable.", agregando que "el paciente debe alimentarse en un ambiente tranquilo y seguro".
La docente añadió que uno de los principales problemas nutricionales de la persona que padece Alzheimer es la pérdida de peso corporal y la desnutrición, por lo que apuntó que "siempre es necesario acompañarlo, especialmente en sus horas de comida, para asegurarse de que efectivamente se está alimentando. La pérdida de peso, además, tiende a agudizarse con la progresión de la enfermedad, con lo cual se pone en riesgo su salud".
TIPOS DE ALIMENTOS
En cuanto al tipo de alimento que el paciente debe consumir, lo ideal es una dieta equilibrada y variada, que contenga todos los grupos de la pirámide alimentaria, y teniendo siempre en consideración otras patologías que se pueden presentar, como la diabetes mellitus o la hipertensión arterial.
Ejemplo de lo anterior son cereales integrales, legumbres, vegetales, frutas y pescados, todo bajo en grasas y azúcar, optando por productos ricos en ácidos grasos omega3, los antioxidantes que se encuentran en las frutas rojas y vitaminas como la B9 del ácido fólico y la B12.
Natalia Muñoz sostuvo que "a raíz de los cambios que se producen en el transcurso de la enfermedad, las personas con EA pueden presentar dificultades en su alimentación o distintos comportamientos, en cuyo caso, la paciencia de los familiares o cuidadores es muy importante".
De esta forma, puntualizó que "en la fase inicial de la enfermedad, los pacientes pueden alimentarse solos, pero muchas veces olvidan si comieron o no, por lo tanto, suelen saltarse comidas. En la etapa moderada, se aprecia cierta dependencia y el enfermo necesita ayuda para comer y beber. En algunos casos pierden la percepción de los olores y sabores, y disminuye la salivación causando sequedad de boca, lo que provoca un rechazo de la comida. Cuando la enfermedad está muy avanzada, la persona depende completamente de otros para alimentarse y aparece la dificultad para tragar, tanto alimentos sólidos como líquidos, con riesgo de atragantamiento y neumonías por aspiración".