Un complejo escenario es el que se avecina, de aquí hasta el 15 y 16 mayo, para los partidos políticos y candidatos a los distintos cargos que están en disputa, luego que a principios de abril se aprobara la reforma constitucional que permitió la postergación de los comicios, fijados para el 10 y 11 del presente mes. Pero el alza en los casos de covid-19 dijo otra cosa, ya que no solo estaba presente el riesgo sanitario, sino también el fantasma de la baja participación, tomando en cuenta que para el plebiscito, si bien asistió una gran cantidad de personas a sufragar, apenas fue el 50,95% del padrón, en un escenario epidemiológico mucho menos grave que el actual.

Eso sí, la postergación no fue gratis y trajo consigo una serie de indicaciones bastante discutidas en el Congreso. La primera dice relación con la suspensión de las campañas por diferentes vías hasta el 29 de abril, las cuales serán retomadas únicamente hasta el 13 de mayo, dos días antes de los comicios. En la misma línea, quedó prohibido todo tipo de despliegue territorial, la franja televisiva y, durante el plazo de suspensión tampoco se podrían realizar propagandas pagadas en medios de comunicación, plataformas digitales y redes sociales.

Otro punto, íntimamente ligado con la suspensión de las campañas es la prohibición de entregar o recibir aportes económicos a las candidaturas. El gasto electoral, en tanto, quedó limitado al pago de arriendo de bienes muebles o inmuebles destinados al funcionamiento de las candidaturas, los sueldos o remuneraciones de personas que presten algún servicio a los aspirantes -salvo por los brigadistas, ante la prohibición del despliegue territorial- y otros tipos de costos operativos, como intereses, gastos notariales o créditos; pero todo con el dinero que se recaudó hasta antes de que la normativa entrara en vigencia.

Este es uno de los puntos más complejos, tomando en cuenta las amplias brechas que se generan entre las listas, donde las cartas de centroderecha resaltan como las que más aportes reciben: de acuerdo a un análisis hecho por Unholster, hasta el 19 de marzo, entre todas las candidaturas oficialistas recaudaron $7.656 millones, superando en casi un 50% a las listas de Unidad Constituyente ($ 5.103 millones) y en 670% al Frente Amplio ($986 millones).

Vuelco a lo digital

Pese a las diferencias en términos generales que hay respecto de los montos que recibe uno u otro candidato, lo cierto es que este nuevo periodo de campañas no pilla bien parados a todos, por lo cual algunos tendrán que hacer malabares presupuestarios si quieren mantener la exposición pública que han tenido hasta ahora y llegar bien parados a los comicios. Por lo mismo, desde las directivas de los partidos plantean la importancia que tendrán las redes sociales en las próximas dos semanas, como una forma de retomar el camino recorrido y seguir acercando sus propuestas a la ciudadanía. Al respecto, el presidente regional de la DC, Álex Avsolomovich, espera que se haga "todo lo normal en una campaña", aunque asume que "la gran limitación común para muchos partidos políticos -como ocurre en la centroizquierda-, que carecen de recursos para hacer un gran despliegue de propaganda. Entonces, creo que el uso de las redes sociales de nuestros camaradas y los respectivos puerta a puerta, se harán. Hay un cambio de comunicación social que favorece el tenor de las campañas y espero que todo eso rinda los frutos que deban rendir".

En tanto, el timonel local del PS, Eduardo Pastén, sostiene que tanto en el partido como en UC "la campaña va a estar dada por un fuerte desarrollo en las redes sociales, porque vamos a estar igual con bastantes restricciones en lo sanitario y, por lo tanto, la potencia va a estar dada por esa área. No hay indicios de que las cuarentenas se vayan a levantar y será ese marco donde hay que moverse. Va a haber un fuerte alza en las redes sociales del 29 para adelante. Y otro medio de comunicación que será importante, son las radios. Creo que por ahí van a estar las fortalezas que nosotros vemos que nos podemos desarrollar".