Cuando se mueve por Valparaíso, el artífice de la recuperación de la estatua conocida como La República -y de una veintena de otras piezas robadas desde distintos lugares del país- "barre" el entorno con su escáner visual y así detecta el punto preciso donde se robaron un medallón conmemorativo, la placa de un monolito está sujeta apenas por un tornillo, hay un monograma a punto de fenecer u otras situaciones que se suman a sus denuncias.

Donde Lautaro Triviño Hermosilla pone el ojo, pone la bala, y en la cadencia del viaje en trole eso es perfectamente posible para quien alertó -en las páginas de este diario- sobre el paradero de la estatua robada en 2003, lo que derivó en el cinematográfico despliegue con que la PDI allanó en noviembre de 2018 el fundo "La Punta" de Raúl Schüler, en San Francisco de Mostazal, e incautó todo lo que ya se sabe, por lo cual el imputado espera audiencia de preparación de juicio oral para el 23 de julio.

El investigador urbano había visto la foto de la estatua en un artículo sobre casas patronales del diario digital Independencia de la Región de O'Higgins. Y en su denuncia señaló: "La estatua desapareció desde su ubicación en el Paseo Rubén Darío de Valparaíso en 2003 (...) En un fundo cercano a Rancagua hay una escultura similar y lo que más llama la atención es que le falta la misma parte que a la de Valparaíso, un engranaje en la mano izquierda, como se aprecia en la imagen del catálogo francés Val D' Osne, mediante el cual el intendente Francisco Echaurren la encargó a fines del siglo XIX".

Fue suficiente para que la PDI se pusiera manos a la obra. "Llegamos al caso por su diario", relató a Domingo el entonces subprefecto Pablo Ibarra, jefe de la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural Metropolitana. "Con los antecedentes de la denuncia del señor Triviño, donde aparece la foto de la estatua que él señala que había sido robada y se hallaría en manos de un tercero, nos abocamos a la pesquisa".

Deterioro de la ciudad

Totalmente autodidacta, en más de 30 años de hurgar en libros y archivos ha recopilado información de gran valor sobre la historia de la ciudad. Como que el 28 de noviembre de 2010 aportó los antecedentes e imágenes de una infografía gigante publicada por este diario, que daba cuenta de la ubicación, características y estado de cada uno delos 30 ascensores inaugurados entre 1883 y 1931.

Crítico de la gestión patrimonial de esta y las anteriores administraciones, Triviño sostiene que desde que el casco histórico de Valparaíso fue declarado Patrimonio de la Humanidad, "la depredación del mismo ha sido mucho más rápida que cuando no lo era".

Y tras enumerar una serie de pérdidas históricas, subraya: "De las mil ciento y tantas construcciones declaradas como inmuebles de conservación histórica, están quedando 999. Todos tenían ficha de protección y hay como 40 que tienen orden de demolición". Todo eso lo apena y lo rebela. "Esto es como luchar contra molinos. No hay respuestas. No hay soluciones".

Infancia y golpes de la vida

Hijo de Luis y Sonia, garzón del Casino de Mecánicos de la Armada y dueña de casa, dos hermanos, Lautaro (56) pasó su primera infancia en el cerro Barón y luego la familia se trasladó al Santo Domingo, donde asistió a la Escuela N° 5 y luego al Instituto Comercial.

De chico, se acuerda, era un niño casero y solitario, no le gustaba andar en grupo, ver ni jugar al fútbol. Coleccionaba autitos y láminas. Pillaba insectos hasta que se volvió ecológico. No sabía que la vida le depararía duros golpes.

En 1995 entró a estudiar derecho y ese mismo año su mamá sufrió una fractura de cadera, y no pudo seguir adelante. En 2001 retomó los estudios, pero en programación y análisis de sistemas. Ese año lo despidieron de su trabajo y falleció su madre, y de nuevo tuvo que volver a empezar.

En mayo del año pasado se quemó la casa en que vivía con sus dos hermanos. Uno de ellos falleció un mes después del incendio, en el cual quedaron destruidas otras seis viviendas. Perdieron todo