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y eso hace muy difícil gobernar.
-¿Cuál es su opinión sobre el proyecto de tercer retiro de 10% de fondos previsionales frente al proyecto presentado por el gobierno: era una mejor idea o un mal menor?
-Tenemos que tener claro que hay mucha gente que no ha podido trabajar y que por diversas razones ellos no han podido tener ayudas del Estado. Y el tercer retiro ha sido una fórmula para salir de deudas y pagar cuentas. Pero hay muchos que también tienen miedo de lo que ocurrirá con los fondos a futuro. Yo preferiría que dejemos de poner en riesgo las pensiones y que podamos ir con ayudas directas a quienes lo necesitan. Ese dinero la gente debería tenerlo para sus pensiones y no para enfrentar la pandemia, debemos llegar con más ayudas.
-¿Cuán negativo fue el traspié de que el Tribunal Constitucional no haya acogido a trámite el requerimiento contra el tercer retiro del 10%?
-A mí me parece que haber llegado al Tribunal Constitucional fue un error. El Tribunal Constitucional ha estado bajo fuertes críticas, a su expresidente lo golpearon. Entonces, hacer dirimir a este Tribunal frente a lo que mandatan dos tercios del Congreso, es un error grave.
-¿Considera que La Moneda ha sido errática en esta y otras materias?
-Creo que no se ha llegado a tiempo en ayudas. El Gobierno ha entregado muchos recursos, pero por ciertos tecnicismos han quedado también varias personas fuera. Hay que revisar los escollos para saber por qué no han llegado bonos o fondos. Más que errático, el Gobierno ha sido lento en levantar los escollos.
-Si usted se encaminara a La Moneda, ¿qué ideas o propuestas incorporaría a su programa para levantar una sociedad golpeada por la situación sanitaria y económica?
-Hay que poner estándares éticos súper estrictos, porque creo que parte de la rabia que existe se debe también al hecho de ver que hay mucha gente que llega al poder básicamente para arreglarse ellos mismos y no para arreglar la situación de la gente de más escasos recursos. Yo creo que la rabia tiene mucho que ver con todo lo que está pasando. En segundo lugar, me preocupa mucho el ir mejorando algunos barrios de manera de poder tener viviendas accesibles en diversas ciudades del país, no sólo en Santiago, donde las personas de clase media, las personas vulnerables, puedan vivir en un departamento que no sea de 40 metros cuadrados o en una pequeña casa, sino en una de tamaño razonable y en lugares en que existan áreas verdes, de manera que haya un poco más de calidad de vida. Creo que estas viviendas sociales, para las que la gente ha ahorrado, ha hecho un esfuerzo, para finalmente encontrarse con unas viviendas de una calidad horrorosa, son también parte del problema. Obviamente que me empezaría a preocupar fuertemente del tema de la educación, que es algo de lo que yo estoy convencida que constituye lo que más nos ayuda a nivelar la cancha. Y, finalmente, que hay que hacerle frente al tema de la droga en los distintos barrios. No dejaría fuera el tema de La Araucanía.
-¿Tiene claro con quiénes gobernaría y con quiénes por ningún motivo o puede ser flexible al respecto?
-Gobernaría con todos aquellos que aceptaran ser parte del Gobierno, pero más que hablar de personas, cosa que creo no corresponde, considero que hay que conversar mucho con la oposición, muchísimo. Yo he sido alcaldesa durante cuatro años, tenía seis concejales que eran de Chile Vamos y cuatro de oposición, por lo que con mi voto éramos 7 contra 4. Sin embargo, nunca jamás pasé la maquinaria por encima. Siempre escuché a todo el mundo, porque uno tiene que entender que la gente que piensa diferente a uno, tiene mucho que aportar, y uno tiene el deber de escuchar a todo el mundo y de considerar en serio lo que ellos están proponiendo, porque muchas veces tienen cosas súper importantes que decir, cosas que uno no está viendo. En la medida en que se toman en consideración todas las opiniones, se toman mejores decisiones.
-Habiendo sido senadora por la región de Coquimbo, conoció de cerca las desigualdades de las regiones.
-Efectivamente en Coquimbo, y en San Antonio, donde fui diputada, uno ve las tremendas inequidades respecto a Santiago, pero también dentro de las mismas regiones. Cuando estaba en Illapel o en Ovalle, ellos sentían que La Serena y Coquimbo se llevaban toda la plata de la región. Hay algo así como un doble centralismo, centralismo de Santiago, pero también centralismo de las comunas más grandes.
-¿Considera que la elección de gobernadores puede ayudar que esto sea menos marcado?, ¿tiene ideas en su eventual gobierno para una mayor descentralización?
-Creo que los gobernadores son importantes, pero lo más importante son los alcaldes. Ellos tienen mucho más claro qué es lo que se requiere en cada una de sus comunas. Yo empezaría por pasar tanto dinero que se gasta en Santiago de forma centralizada, como también algunas atribuciones, tanto a las regiones como a las comunas. Claramente hay que descentralizar.
-¿Cuál es, a grandes rasgos, su postura frente a una Reforma Tributaria: es necesaria y, de serlo, cuáles serían los ejes a que atender?
-Yo creo que una Reforma Tributaria es absolutamente necesaria. Es indudable que necesitamos mayor recaudación para poder ir construyendo mayor grado de equidad. Obviamente hay que tratar de ir eliminando la mayor cantidad de exenciones posibles, creo que hay que aumentar el impuesto a las ganancias de capital. Un impuesto a los "súper ricos", como le llaman, creo que recauda muy poco, es difícil de aplicar, pero creo que desde el punto de vista de un símbolo que Chile necesita, de una mayor equidad, probablemente hay que avanzar en ese sentido también.
-¿Qué espera de la Convención Constitucional?
-Que ojalá llegue a esa instancia mucha gente sensata, sea de izquierda, de derecha o de centro. Lo que espero, básicamente, es sensatez, eso es lo que necesitamos. Y también conocimientos, por supuesto, porque hay veces que se propone una solución y dicha solución hace que el remedio sea peor que la enfermedad.
-¿Y cómo cree que será la política pospandemia: se reconfigurarán fuerzas y cambiarán actitudes o todo seguirá igual?
-Nuestro país necesita con urgencia que se reconfiguren las fuerzas políticas y que cambiemos muchas actitudes. La actitud de varios políticos, de oponerse a todo y de buscar beneficios personales, no ayuda en nada. Los únicos afectados con nuestros desencuentros son finalmente los chilenos. 2
"Hay que aumentar el impuesto a las ganancias de capital. Un impuesto a los 'súper ricos', como le llaman, recauda muy poco, pero desde el punto de vista de un símbolo que Chile necesita, probablemente hay que avanzar en ese sentido también".